Publicado el 2013-12-27 In Vida en alianza

Jesús entre nosotros

URUGUAY, Gonzalo Rodríguez. Un par de años anteriores a descubrirse el tumor a mi señora, yo solía salir los miércoles de noche junto a un grupo de la Parroquia a repartir comida caliente a las personas en situación de calle. Para esto, además de la comida, llevábamos ropa para entregarles junto a abrigos para pasar el invierno. Les pedía a conocidos y compañeros de trabajo que me llevaran ropa que ya no usaron y les compartía el objetivo.

 

En una de las bolsas con ropa, de las tantas que recibía, vino lo que parecía ser una perilla de mueble muy antiguo, muy bien trabajada. Parecía que la parte superior fuera una tapa, pero imposible abrirla por más que lo intenté. Estuve por tirarla a la basura varias veces, pero pensaba que quien hubiera perdido esa perilla tan fina y bien trabajada, seguramente algún día me preguntaría si por casualidad no estaba en una bolsa de las que recibiera. Así que durante unos 9 meses la conservé sobre la mesa del comedor, aguardando que me la reclamaran. En medio de estos meses, me mudé a Colonia de donde era oriunda mi señora y nuevamente estuve por tirarla para no cargar cosas innecesarias en la mudanza. Pero me costaba desprenderme de ella por lo linda que era y pensando que a pesar del tiempo alguien podría reclamármela. Ya la había conservado durante tantos meses!!

La gran sorpresa

Luego de la primera quimioterapia, regresamos del Hospital de Montevideo a Colonia, donde nos esperaban nuestros hijos. El menor de ellos, Martín de 7 años, nos dio la sorpresa. Abrió lo que parecía una perilla de mueble antiguo y en su interior vio dos cosas: 5 pedacitos de lo que mi suegra pensó eran cartoncitos, pero Martín le pareció que era lo mismo que el sacerdote entregaba en la misa y por eso no lo tiró… y una imagen en el fondo de la «perilla» de la Virgen de Schoenstatt. Cuando nosotros lo vimos nos dimos cuenta que era una Hostia Consagrada… y el sacerdote amigo nos confirmó que se trataba de una TECA o Portaviático, lo cual nosotros no conocíamos su significado ni origen.

No lo podíamos creer…!!! Tantos meses por tirarlo y siempre reservándolo y hasta sobrevivió a la mudanza de ciudad!!!!  Y fue el pequeño de la casa quien pudo abrirlo y conservarlo porque no le parecieron «cartoncitos».

A sugerencia del Párroco, fuimos con mi señora al Santuario de Nueva Helvecia y entregamos la «TECA». La Hermana Directora del Colegio que nos atendió, nos comunicó que sería depositada en el Sagrario del Santuario.

Ser misionero

Durante 9 meses tuvimos a Jesús Sacramentado y a la Mater, sin saberlo en nuestro hogar. Unos meses más tarde, mi esposa falleció. Por algún designio de Dios, fuimos llamados por la Mater, a pesar de nuestra nada a ser portadores de ese milagro escondido. Dios quiera que pueda servirle desde esta nueva opción de Misionero de la Campaña del Rosario en Montevideo.  Tal vez, ¿quién pudiera saberlo?, el sufrimiento y fallecimiento de mi señora hayan contribuido al Capital de gracias en esos designios misteriosos de Dios.

 

 

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Jesús entre nosotros

URUGUAY, Gonzalo Rodríguez. Un par de años anteriores a descubrirse el tumor a mi señora, yo solía salir los miércoles de noche junto a un grupo de la Parroquia a repartir comida caliente a las personas en situación de calle. Para esto, además de la comida, llevábamos ropa para entregarles junto a abrigos para pasar el invierno. Les pedía a conocidos y compañeros de trabajo que me llevaran ropa que ya no usaron y les compartía el objetivo.

 

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