Publicado el 2012-05-15 In Vida en alianza

¿Quién está a cargo?

Margaret Steinhage Fenelon. Oh, me lo puedo imaginar, sentado frente a mí en la mesa, garabateando palabras y símbolos en su block de notas y con un brillo de picardía en sus ojos. Yo voy de un tema a otro, reclamando con furia por algo que salió mal en mi vida y buscando una justificación, dirección y rectificación. Mi director espiritual sonríe, deja su pluma sobre la mesa, se hace para atrás en su silla y me mira a los ojos.

 

 

“¿Quién está a cargo?”, pregunta con una calma perfecta.

Esto no es precisamente lo que quiero escuchar. Suspiré profundamente.

“Ella está a cargo,” le respondí.

“¿Quién está a cargo?”, me pregunta otra vez.

Suspiro con más fuerza esta vez. “Ella está a cargo”, le respondo nuevamente.

“¿Quién está a cargo?”.

“Ella está a cargo”.

El ciclo de pregunta-suspiro-respuesta se repite múltiples veces hasta que estoy casi al final de mi paciencia. “¡Ella está a cargo!” exclamo fuertemente.

“Bien,” responde el P. Jonathan plácidamente. Se inclina hacia adelante, levanta su pluma y empieza a garabatear de nuevo en actitud pensativa. “Ahora, ¿en qué estábamos?”, pregunta con una sonrisa grande y cálida.

Hemos repetido esta escena incontables ocasiones desde hace muchos años – en su salita de visitas, en encuentros casuales en los eventos de Schoenstatt, e incluso vía correo electrónico una vez que fue trasladado a otro lugar. En algún momento de nuestra conversación casual surgiría la pregunta: “¿Quién está a cargo?” “Ella está a cargo”. Mis mensajes por correo electrónico podían tener muchas páginas; el largo de la respuesta del P. Jonathan podía estar entre un párrafo y una página de largo pero de alguna manera él lograba introducir su “¿Quién está a cargo?”.

Vivir la Alianza de Amor

Esta fue la forma magistral con la que él me ayudó a vivir – en todo su esplendor – la Alianza de Amor que sellé con la Mater hace tanto tiempo. Eso me hizo comprender verdaderamente la realidad de que, cuando sellamos una alianza con alguien, nos entregamos a ese alguien de manera completa y permanente. El 15 de mayo de 1977 la Mater y yo nos entregamos la una a la otra, y desde ese momento la he puesto a Ella a cargo de todos los aspectos de mi vida. El P. Jonathan lo sabía, y también sabía que la clave para ayudarme a sobrellevar cualquier cosa era recordarme que he puesto a la Mater a cargo de todo y que Ella toma perfecto cuidado con su poderosa intercesión (omnipotencia suplicante, como diría el P. Kentenich) si tan sólo yo respirara profundo de vez en cuando y la dejara hacerlo.

¿Apostolado truncado? ¿Traicionada o calumniada?

¿Apostolado truncado? ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo. ¿Traicionada o calumniada? ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo. ¿Problemas de salud o financieros? ¿Quién está a cargo? ¿Incertidumbre en el camino? ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo. ¿Incomprendida por superiores o seres queridos? ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo.

El P. Jonathan no estaba tratando de distraerme de mis preocupaciones; de hecho las validó con caridad y paciencia. Los garabatos siempre terminaban en algún tipo de cuadro o diagrama que representaría la situación de una forma visual y sería un recordatorio para mí en las semanas siguientes – hasta que empezara el siguiente ataque. Su objetivo era que yo llegara a ver que todo, todo sucede en el plan de Dios y que, con María en el timón, mi barco navegará sin ser perturbado incluso en las aguas más turbulentas. Ella es la Reina de todo, y Ella vencerá sobre todo.

Mi éxito le pertenece a la Madre Tres Veces Admirable también

Él utilizó este método también para recodarme que – en la Alianza de Amor – mi éxito también le pertenece a la Madre Tres Veces Admirable.

¿La publicación de un nuevo libro? ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo. ¿Diste en el clavo con esa presentación? ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo. ¿Un problema resuelto? ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo. ¿Una discordia superada? ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo.

Al enfrentar algunos de los retos más grandes que aún me toca enfrentar…

Así, al enfrentar algunos de los retos más grandes que aun debo enfrentar, me descubro a mí misma repitiéndome interiormente y sin parar: “¿Quién está a cargo? Ella está a cargo. ¿Quién está a cargo? Ella está a cargo. ¿Quién…”, como si fuera una canción que uno no puede sacarse de la cabeza. Pero esta vez estoy agradecida que no puedo sacármelo de la cabeza y espero que aún siga penetrando el corazón.

Habiendo perdido una batalla contra el cáncer hace unos meses, el P. Jonathan ya no está en persona para ser un eco de estas palabras. Sin embargo, aún puedo verlo sentado frente a mí, sus ojos brillando, garabateando con la pluma en el block de notas, una sonrisa cálida en su rostro. Y aún puedo escuchar su voz, clara como siempre. “¿Quién está a cargo?”. Ella está a cargo. Ella siempre estará a cargo.

 

Traducción: María Elena Vilches, Ecuador/schoenstatt.org

2 Responses

  1. Estela de Frutos dice:

    Simplemente, gracias por compartirlo!
    Ella está a cargo!

  2. hma argentina dice:

    Muchas gracias, Marge, por este hermoso testimonio. Por una parte nos da una valiosa idea para los momentos difíciles. Y por otra nos acerca nuevamente al P. Jonathan, a quien sin haberlo visto personalmente muchos conocimos de cerca gracias a schoenstatt.org, y a la intensidad con la que rezamos por su salud. Ahora Ella está a cargo de todo. Verdaderamente.

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