Publicado el 2010-12-31 In Vida en alianza

Discípulos de fuego

Curso 19 de la Federación de Familias en ParaguayPARAGUAY, Katia Monreale. Amanecía el 12 de diciembre. Un día largamente esperado, no sólo porque era la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América, o porque era el aniversario del nacimiento de Don João Pozzobon, iniciador de la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt. Para el Curso 19 de la Federación Apostólica de Familias de Schoenstatt era un día muy importante: haría la primera consagración y con ella la incorporación oficial a la FAF.

de izquierda a derecha: Elena y Carlos Alexandra y Augusto Clara y Joaquin Cynthia y Juan Carlos Katia y Dani Diana y Reinaldo Mirta y Julio Maria Irene y Juan Carlos Rosa Maria y Luis Marta y Javier

Las emociones y los sentimientos eran muchos: no sabíamos si la aceleración de los corazones era por los 40° C que hacían esa mañana, o por la alegría del gran paso que daríamos en unas pocas horas más. La mañana de ese domingo pasó muy rápido, todos coincidimos después que ni tiempo hubo para almorzar: ya era hora de partir hacia el Santuario de Tupãrenda, donde todavía teníamos que realizar algunos trabajos de ambientación para tan importante acontecimiento.

Hoy es un día de fiesta

Santa MisaLa primera alegría la recibimos al llegar: vimos el Santuario luciendo la bandera paraguaya como diciendo ¡hoy es día de fiesta! Uno por uno fueron llegando nuestros hermanos de curso, el tiempo corría velozmente, y también nosotros para poder terminar todo. En el bosquecito del Padre Kentenich colocamos unos lienzos, velas y unas llamitas que nuestros hijos habían preparado en la semana previa. De esta manera también ellos fueron parte de esta gran celebración de nuestras familias.

Cuando terminamos este trabajo, iba desapareciendo el calor sofocante y la Mater nos regalaba un clima mucho más fresco. Tanto era el gozo de los veinte corazones del curso que sus anhelos llegaron hasta el mismo cielo, porque no pasó mucho tiempo y comenzó a caer una tenue llovizna… Tener este fresco en pleno diciembre es un poco difícil de creer… pero ni la llovizna, ni el frío lograrían apagar el fuego de amor que ardía en nuestros corazones a punto de consagrarse a la Mater y darle el poder en blanco.

Espíritu de familia

Santa MisaEste cambio de clima nos llevó a trasladar la celebración, prevista en principio frente al Santuario, a la Iglesia Santa María de la Trinidad. Podríamos decir que fue providencial. La Santa Misa, celebrada por el Padre Pedro Kühlcke – asesor sacerdotal de la FAF que nos acompañó tan cercanamente durante los cuatro años de candidatura – fue profundamente emotiva. Varios momentos de la celebración serán inolvidables para nosotros como familia, su homilía llegó a nuestros corazones y en algunos hasta las lágrimas. La oración de los fieles leída por nuestros hijos más grandes. Las ofrendas: nuestras velas, el rosario de cada uno que nos acompañó durante estos cuatro años y especialmente durante el novenario que ofrecimos a la Mater antes de nuestra consagración, y el capitalario, fueron llevados al altar por nuestros hijos más pequeños. Uno de los momentos más lindos fue cuando el Padre Pedro invitó a todos nuestros hijos a pasar al altar junto a él en el momento de la consagración. Verdaderamente se podía sentir el espíritu de familia, también cuando mirábamos hacia el altar y veíamos la imponente imagen de la Sagrada Familia de Nazaret.

«Vayan y enciendan el mundo»

Foto con los niñosOtro de los momentos muy emotivos y de gran sorpresa fue cuando nuestros educadores, Mónica y Cristian Heisecke, leyeron la carta que nos escribió desde el Santuario Original la Hermana M. Edna, que fue nuestra asesora durante la candidatura.

Ya en el Santuario, pudimos hacer nuestra consagración a la Mater, con nuestro ideal de ser «Discípulos de fuego, en las manos del Padre, reflejo de la Sagrada Familia». Los jefes de la FAF nos dieron la bienvenida y se realizó la incorporación oficial de cada uno de los matrimonios del curso: Alexandra y Augusto Sánchez, Diana y Reinaldo Notario, Katia y Daniel Monreale, Marta y Javier Toñanez, Cynthia y Juan Carlos Descalzo, Mirta y Julio Patiño, María Irene y Juan Carlos Fernández, Clarita y Joaquín Pardo, Rosa María y Luis Lezcano y Elena y Carlos Melgarejo, luego fuimos al bosquecito del Padre Kentenich a pedir su bendición, que también cayó con una lluvia de gracias… Entre paraguas y velas encendidas terminamos con el corazón regocijado nuestra primera consagración.

«Vayan y enciendan el mundo»

2 Responses

  1. Diana notario dice:

    Gracias Kathia por tan Bello escrito!!! Se vive ese momento al leer tu escrito Hna!!! Viva los discípulos de fuego!!!

  2. Carmen dice:

    Hermosisimo día de familia hermanos del Paraguay desde Argentina, Mar del Plata les mando un fraternal abrazo

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