Primer Curso de la Federación de Familias en Costa Rica

COSTA RICA, Michelle Ramírez / Marianella Coto. El 24 de septiembre de 1944 – día de Nuestra Señora de la Merced – el Padre Kentenich fundó en Dachau la Internacional schoenstattiana. Sesenta y seis años después, el 24 de septiembre de 2010, se constituyó en Costa Rica el primer curso de la Federación de Familias. Un acontecimiento que suscitó mucha alegría en los matrimonios que hace años lo esperaban.

¡Costa Rica está de fiesta! «Sentimos que la Mater nos ha llamado nuevamente, pero esta vez para dar inicio a un compromiso de comunidad apostólica de nueve matrimonios que lo esperábamos desde hace más de tres años. Primero lo anhelamos, ahora lo que más deseamos es trabajar mucho como comunidad de familias para lograrlo», comentan los matrimonios que tienen el privilegio y la responsabilidad de ser los fundadores de la Federación de Familias en su país. «¡Ha iniciado su camino el primer curso de la Federación de Familias en Costa Rica! Hoy podemos decir que saboreamos intensamente no sólo esta primera etapa de conquista, sino todo lo que está por venir, no sólo para nuestro país, sino para toda Centroamérica».

«Su alegría y su historia de la Fundación»

Con motivo de este acontecimiento los jefes de la dirección internacional de la Federación Apostólica de Familias de Schoenstatt, Ramón y Marité Marini, escribieron desde Paraguay:

«La idea en germen desde hace ya algunos años se hace realidad. Llama la atención, no es casualidad o suerte, porque si algo caracteriza a la Familia costarricense a nivel internacional, es precisamente su carácter laical… su alegría y su historia de fundación».

El curso recibió también la grata visita de un matrimonio de la dirección internacional de la Federación de Familias, Fernando Alliende y Carolina Critchon, para hacer «formal» la noticia que con anterioridad se les había comunicado. Ellos serán el «matrimonio acompañante» en este hermoso camino. Junto a ellos ya uno de los asesores, el Padre Juan Guillermo Muzquiz, que acrecentó la riqueza espiritual, los matrimonios hicieron un retiro de tres días en el que pudieron aclarar algunos conceptos y comenzar a vivir la «comunidad de corazones» con mayor intensidad.

La primera fundación de la Dirección Internacional

Esta ha sido la primera fundación que hace la Dirección Internacional de la Federación de Familias. La Familia de Schoenstatt en Costa Rica nació, creció y maduró gracias al esfuerzo de los laicos, ya que aún no tienen asesores sacerdotales permanentes. Se sienten, con cierto orgullo, como un ejemplo de una familia del movimiento internacional que se caracteriza por el compromiso laical, y coincide con esto el hecho de que la primera comunidad de Federaciones o Institutos que se funda en su país es justo una de laicos. De los seis Institutos seculares que tiene Schoenstatt, los únicos que no son laicales son el de los Padres de Schoenstatt y el de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt; de las siete Federaciones, sólo la Federación de sacerdotes diocesanos no es laical.

«Días llenos del Espíritu Santo»

«Para nosotros han sido unos días increíbles, llenos del Espíritu Santo», comenta el matrimonio de Luli y Manrique Gutiérrez. «Es un hito para nuestra historia personal, un hito para Schoenstatt en Costa Rica y un hito para Schoenstatt Internacional. Viendo para atrás todo calza, los tres años que tuvimos que esperar nos han hecho estar más seguros de lo que queríamos, el material que estudiamos nos permitió ir avanzando… así lo tenía dispuesto la Mater. Si nos hubieran permitido inmediatamente ser candidatos a la Federación tal vez no nos hubiéramos sentido tan satisfechos como ahora, porque nos costó».

«Tuvimos la oportunidad de sentarnos y conversar con los Alliende en la mesa de nuestra casa, y la verdad es que fue un regalito de Dios… cuando se fueron sentimos un gran vacío. Increíble, tres días fueron suficientes para quererlos y extrañarlos», dice emocionada Daniela de Mesalles.

«Palabras que llegaron al corazón»

«Son muchas las palabras de los Alliende que nos llegaron al corazón, en lo personal me quedaron grabadas aquellas acerca de que debe haber una comunidad de corazones, que debemos trabajar para conocer el corazón del otro y que es importante aprender a decir lo que sentimos y si es un asunto serio, con más razón», dice Luli Gutiérrez.

«Para mí lo que más me llegó al corazón fue el captarles a ellos la espiritualidad y adónde debemos dirigir nuestros esfuerzos para conquistar nuestra anhelada comunidad de corazones», agrega Alexandra de Fumero.

Fernando Alliende dijo: «Entre ustedes no hay competencia, se han unido por el trabajo de la Familia y eso los ha hecho crecer, desear ser Federación, ahora les toca profundizar en la comunidad de corazones, pero ya han avanzado muchísimo en ese camino, estoy impresionado». Amparo de Prieto recuerda un comentario de Carolina Critchon de Alliende: «La verdad es que en cada pareja hemos visto que son gente feliz en lo que hace».

Dios y la Mater ya los tenían en su corazón

Manuel E. y Nella de Montero comentan: «Lo que más me llamó la atención del mensaje del matrimonio Alliende Critchon fue que al relatarles gran parte de nuestras vivencias como familia, su respuesta fue: ‘Todo ese ímpetu y esfuerzo que ustedes, como fundadores, tuvieron desde el principio para crecer y formarse y para hacer apostolado, aún sin tener asesor, es propio de la Federación, o sea, que Dios y la Mater ya los tenían en su corazón'». Y lo que más los alegra es saber que hay muchos otros matrimonios que muy pronto los seguirán en esta vocación.