Publicado el 2010-07-15 In Vida en alianza

Cómo he vivido en Schoenstatt los 100 años del Sacerdocio del Padre Kentenich

8 de julio, Casa de los Pallottinos, lugar de la ordenación del Padre KentenichSandra Lezcano. La Mater me ha regalado una temporada en Schoenstatt y puedo decir que es un gran regalo, una bendición que se vive a cada minuto y más en una fecha tan importante para la familia de Schoenstatt como lo es el Aniversario 100 de ordenación sacerdotal y la primera misa de nuestro Padre Fundador.

 

 


Misa en la Catedral de Limburgo

Catedral de LimburgEl 8 de julio hubo una misa en la catedral de Limburgo. Fue algo que se vivió de manera solemne, en Schoenstatt no había otro tema de conversación. Ese día todos hicieron una pausa en sus actividades para ir hasta Limburgo, estábamos schoenstattianos de todas partes del mundo de Sudáfrica, Polonia, Alemania. América latina fue bien representada por Chile, Brasil, Bolivia, Argentina, Paraguay, Ecuador. Una larga fila de sacerdotes que concelebraron la misa junto con el Obispo de Limburgo y un Obispo auxiliar de Polonia hicieron su entrada a la catedral dando inicio a la Santa Misa. Cada canto daba una brisa al alma y la prédica si bien mucho aun no entiendo el alemán eran palabras que nos recordaban el carisma de nuestro querido Padre Kentenich.

Al finalizar la ceremonia, fuimos recibidos en el patio de la parroquia al costado de la Catedral donde pudimos saludarnos todos y compartir un picnic recordando a nuestro Padre Fundador.

Un verdadero día de gracias

En la catedral de LimburgBajo el inesperado calor de este verano alemán salimos como a las 14hs rumbo a la Casa de los Pallottinos, y puedo decir que ese momento fue único. Nos recibieron con las puertas abiertas y por primera vez fue posible que Pallottinos y Schoenstattianos estuviéramos orando juntos en el lugar donde el Padre Kentenich fue ordenado sacerdote y donde también celebró su primera misa, yo no lo podía creer, si bien la capilla físicamente ya no existe estar parada en el mismo lugar en el que Padre Kentenich fue ordenado era hermoso, una bendición muy grande, ¡me remontaba en la historia!!! Lo que algún día fue la capilla hoy es un comedor. En sus paredes colgaban las fotos encuadradas de lo que era la antigua capilla donde tantas veces habrá ido el Padre antes y después de ser ordenado sacerdote. Los pilares que eran del altar aun se encuentran y en ese lugar se hallaba el primer retrato del Padre una vez ordenado y a la derecha la Patena que había utilizado en sus misas. Cada rinconcito de este lugar era increíble, estar en los pasillos donde el Padre habrá caminado mientras estudiaba, todo el proceso de sus conflictos internos los pasó en esta casa, ¡el comedor al que iba el Padre sigue intacto! Todo me hacía ver que nuestro fundador era tan humano y al mismo tiempo sobrenatural para haber sufrido tanto y cada sufrimiento aumentaba su fe.

P. Alexander Holzbach SACAl ver cómo Pallottinos y schoenstattianos compartíamos ese momento fue histórico para Schoenstatt y para mi vida. Tenía la rara sensación de que se soltaban nudos, la magnitud del momento me superaba, yo sólo podía imaginar la cara sonriente del Padre Kentenich, pienso que fue el mejor regalo que se le pudo dar.

Fue un 8 de julio muy especial, que lo llevaré guardado en el corazón, me sentí parte de la historia. La sonrisa en el rostro de todos era algo que no se podía disimular. Un verdadero día de gracias, la Mater no deja de sorprendernos y el Padre José siempre fiel a su lado como su gran cómplice en todo.

Compartiendo un día de sol en la casa del Padre Kentenich

Gymnich, Casa Natal del Padre KentenichEl domingo 10 seguimos con las celebraciones, esta vez fuimos a la ciudad natal del Padre Kentenich donde se celebraba una misa en la parroquia de Gymnich a las 10.30 de la mañana. Fuimos directo a la iglesia y llegando a la puerta nos encontramos con otras personas y nos dicen: ¡Rápido que nos perdemos la procesión! Unas cuadras más adelante nos encontramos con la grata sorpresa, frente a la casa del Padre Kentenich estaban todos en formación como para iniciar la procesión. El sol ya estaba fuerte pero no impidió para que varias personas del lugar y otras que fuimos desde Schoenstatt nos alistáramos también en la fila. Fue algo muy lindo a pesar de las formalidades de la procesión se sentía un ambiente cálido, de familia que se reúne a festejar un día especial, ¡daba la impresión de que el P. Kentenich también caminaba con nosotros!

Lugar del nacimiento del Padre KentenichLa Iglesia estaba llena y la celebración fue muy emotiva, al terminar la misa todos nos dirigimos a la casa del Padre. Era como un día de cumpleaños, todos contentos en el patio de la casa, ambiente festivo y el motivo no era para menos los 100 años de ordenación sacerdotal del Padre y el aniversario 100 de su primera misa. Las puertas de la casa estuvieron abiertas en todo momento, estar en la sala, en el dormitorio del Padre ha sido un regalo muy emocionante inclusive para los que ya han estado en ella más de una vez. Poder ver los muebles, sentir su hogar es algo indescriptible, estas celebraciones en Limburgo y en Gymnich verdaderamente me hacen sentir que voy tras sus huellas, me permiten conocerlo mejor y amar cada día más a Schoenstatt, y amar a Schoenstatt es amarlo a él. Hermanas de María, Padres de Schoenstatt, vecinos de la zona y muchos otros schoenstattianos compartimos un domingo diferente, un domingo en la «Casa del Padre».

Sandra (izq.) y Jorgelina en la catedral de LimburgoEstoy segura de que el Padre José estuvo paseando entre nosotros por las calles de Gymnich, que se sentó en cada mesa y nos dio una palmadita en la espalda al despedirnos en la puerta.

Esta es la forma en que estoy viviendo los 100 años de ordenación del Padre desde Schoenstatt en familia, siguiendo las huellas del Padre…

 

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