Publicado el 2010-05-18 In Vida en alianza

“Sin la ayuda y participación de Schoenstatt, esto no hubiese sido posible…”

8 de mayo en San JuanARGENTINA, Sonia y Alberto Hierrezuelo. «Entre 8.000 y 9.000 personas…Diario EL ZONDA» – «10.000 personas… DIARIO DE CUYO» (9 de mayo de 2010). Lo que parecía imposible se hizo realidad el 8 de mayo. La organización de la gran fiesta a nuestra Madre de Luján, en la Provincia de San Juan, estuvo a cargo de la Comisión Coordinadora del Bicentenario que durante dos meses, todos los martes a las 21.00 hs. se reunía en el obispado con la anuencia del obispo, Monseñor Alfonso Delgado.

 


8 de mayo en San Juan

Esta comisión estaba compuesta por los diferentes Movimientos y Agrupaciones católicas de la arquidiócesis de San Juan: Acción Católica Argentina, Scouts, Comisión de Justicia y Paz, Movimiento Apostólico de Schoenstatt, etc.

Entusiasmo, compromiso, responsabilidad, alegría, dialogo, solidaridad, fraternidad, respeto, unidad, amor a Cristo y a María, amor a la Iglesia, los valores esenciales nacidos y fundados en Dios que se querían rescatar con esta fiesta mariana, se vieron reflejados constantemente en esas reuniones.

El apoyo de las parroquias, entidades particulares, gubernamentales, iban sumándose a este gran desafío de los laicos que tenía como único fin, unirse, agradecer y poner a los pies de María a la querida patria Argentina que tanto anhela crecer bajo su amparo maternal.

Centro de convenciones

Reunión de la familia de SchoenstattAl tratarse de un festejo regional, la Familia schoenstattiana de toda la zona de Cuyo (al oeste de la Argentina) quiso estar presente. El acto comenzó a las 10.00 hs. y allí llegaron las delegaciones de Mendoza, San Luis, San Rafael, La Rioja. Había más de 350 personas reunidas en el Centro de convenciones.

Cantos, alegría, amor a la Mater, amor a Dios Padre, a la patria, se vieron reflejados en cada peregrino que llegaba portando su imagen. No faltaron las imágenes auxiliares, que le dieron mayor relieve a la fiesta.

La conferencia estuvo a cargo del Padre Guillermo Carmona, quien a través de un dialogo con la Virgen María, iba explicando por qué María es Madre, Educadora y Reina de una Patria para todos.

Se realizó un pequeño taller y posteriormente el profesor Roald Viganó, ilustre sanjuanino, que también participó en los comienzos del Movimiento en San Juan, cerró la jornada con sus sabias y enriquecedoras palabras.

«Schoenstatt largó la pelota a la cancha….», «Schoenstatt encendió la llama que pronto se convirtió en un incendio…», «Sin la ayuda y la participación de Schoenstatt, esto no hubiese sido posible…», fueron las palabras del Obispo que escuchó asombrada la Familia.

Monseñor Delgado estuvo presente también durante esa mañana, apoyando el trabajo y la misión de Schoenstatt, instando a seguir confiando y trabajando por la patria, y también rezó para que San Juan tuviera su Santuario.

Fiesta ciudadana

8 de mayo en San JuanEl canto fue congregando a los fieles desde el escenario levantado en las avenidas José Ignacio de la Rosa y Las Heras.

Estuvieron presentes autoridades del gobierno, referentes de los distintos credos en la provincia, representaciones de la comunidad huarpe (indígenas del lugar), colectividades, colegios, peregrinos de las distintas parroquias, y finalmente la fiesta alcanzó su máximo esplendor con la llegada de la imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina, que fue acercada el alto hasta el altar con la escolta de la Policía Federal y seguida por miles de devotos que portaban una bandera de más de doscientos metros.

Más de 10.000 personas acudieron a su llamado, que participaron del acto con un silencio respetuoso y una ferviente devoción.

Al «momento de la luz», le siguió la Santa Misa. Posteriormente se realizó el acto cívico donde las promesas a la Patria, los poemas, cantos y representaciones artísticas hicieron avivar el sentimiento de patria.

Finalmente se entonó el Himno nacional, ejecutado con solemnidad por la banda del ejército y acompañando por coros, autoridades y personas importantes de la cultura local.

8 de mayo en San JuanEsta fiesta demostró que cuando la familia está unida, la Virgen también está presente, y con Ella, todo el cielo estuvo allí. Dios, con su misericordia, quiso que todo un país alabara a su Madre. Y Ella volvía a decir a sus hijos: «hagan lo que Él les diga».

«Buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura».

«Sí, Madre, nuestro único fin fue agradecerte por esta Nación en la que vivimos y poner a tus pies, esta Argentina que anhela vivir en paz, con corazones dispuestos a luchar por los verdaderos valores cristianos, por la familia y por la Iglesia.

Acrecienta en nosotros ese amor a la patria, a nuestros próceres, a nuestros símbolos, a nuestro pueblo, y que seamos verdaderos testigos de aquellos que con honor dieron su vida por Ella.

Te agradecemos Señor, que nos hayas dado a María como madre nuestra. Ayúdanos a conocerla y amarla cada día más, para que de la mano de ella nos hagamos como niños pequeños, y así podamos llegar algún día a la casa de nuestro Padre Celestial. ¡Madre, instálate en nuestro terruño, manifiesta tu gloria y regálanos tus gracias ilimitadas!».

«Schoenstatt prendió una llama que pronto se convirtió en un incendio»

El Movimiento Apostólico de Schoenstatt quiere agradecer a la «Comisión coordinadora del Bicentenario», integrada por la Acción Católica, Comisión de Justicia y Paz, al personal del obispado, docentes, Scouts, Cruz Roja Argentina, movimientos apostólicos, etc. el aporte, la colaboración, disponibilidady participación en estajornada del 8 de mayo.

También agradece a las entidades particulares y gubernamentales que con su contribución desinteresada hicieron posible este día.

Siempre se pensó en la Familia de Schoenstatt que esta fiesta sería un hito, un punto de inflexión en la historia de San Juan. Poder reunir a 10.000 personas no fue nada fácil, parecía imposible, pero se hizo realidad. Se experimentó que cuando la familia está unida, la Virgen hace «su tarea».

Por último, un profundo agradecimiento a los asesores, Hna. M. Catalina Walsh y Padre Guillermo Carmona, y a todos los peregrinos que llegaron de las provincias cuyanas.

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