Publicado el 2010-05-21 In Vida en alianza

La vista del Santo Padre Benedicto XVI a Portugal

PORTUGAL, P. Miguel Lencastre. Pese a que ya han transcurrido tres días, le escribo aún bajo una fuerte emoción. Nuestro querido Papa Benedicto XVI ha dominado nuestro país. En Lisboa, Fátima y Porto, las ciudades por donde pasó, conquistó a todo el mundo y siempre abarrotó los lugares donde se celebró la Eucaristía. Fue ovacionado y aclamado por todos.

 

Lisboa

En Fátima saludado por 500.000 peregrinos y otros 150.000 en Porto y Lisboa. Superó los cálculos más optimistas, incluso en su contacto directo con la gente. Hizo detener varias veces el papamóvil para tomar niños en sus brazos acariciándolos y besándolos. La realidad lo superó todo. Con sus 83 años, no sé de donde tuvo fuerzas. Significo una gran bendición para nuestro país y ciertamente para toda la Iglesia. Estuvo preciso y oportuno en los temas que abordó en las homilías y discursos.

Arco irisImagínese que el día 13, en Fátima surgió un enorme arco iris doble momentos antes del comienzo de la Santa Misa. De colores vivos, se conservó así durante mucho rato, deslumbrado a medio millón de peregrinos.

Un regalo más de Dios que hizo brillar sobre el Altar del Mundo el símbolo de su Alianza con su pueblo, mostrando una señal de esperanza en los tiempos difíciles que han amenazado a la Iglesia, la sociedad y a nuestro querido Papa Benedicto XVI.

Estuve allí desde el día 11 al 13. Me encontré con los padres de nuestra Comunidad incluyendo el P. Grass, sacerdote de la comunidad suiza, contemporáneo mío, que contribuyó a  fundar Schoenstatt en Portugal. Hubo más de mil sacerdotes y 52 Obispos y Cardenales presentes, de varias nacionalidades.

Ya de regreso en el Vaticano agradeció emocionado la extraordinaria acogida recibida en nuestro país

Las autoridades eclesiásticas y de gobierno se entendieron y colaboraron muy bien. Cada cual a su manera supo manifestar su apoyo al Santo Padre. La participación de la Radio y TV contribuyó ampliamente. Y así de rápido se pasaron los cuatro días durante los cuales el Santo Padre estuvo con nosotros. Regresó emocionado con tantas pruebas de adhesión y cariño, dejando muchos recuerdos.

LisboaCiertas reservas, fueron olvidadas totalmente. En general todos quedaron encantados con su actitud y sus declaraciones. Ya en el Vaticano agradeció emocionado el extraordinario acogimiento que había recibido de nuestro país. Que Dios le conceda muchos años de vida con perfecta salud y lucidez de espíritu para que continúe dirigiendo con mano firme la barca de Pedro.

Un abrazo de amistad con la bendición de nuestra querida Madre y Reina.

Traducción: Carmen Rogers, Santiago, Chile

 

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