Publicado el 2010-05-27 In Vida en alianza

Inauguración del Santuario de Maipo, Valle de María

Entrada del imagen de la MaterCHILE, Juan Enrique Coeymans. El sábado 22 de mayo a las 15 horas fue la consagración del Santuario N° 21 de Chile, llamado Valle de María en la zona de Maipo, ubicada al sur de Santiago a unos 40 Km. Con mucho entusiasmo, sacrificio y oración y capital de gracias se había preparado la Familia de Buin Maipo para esta consagración del Santuario. Tenían una estupenda organización, y no les faltaron los detalles logísticos.

 

 


Bendición del Santuario de MaipoDesde muy temprano llegaron los peregrinos desde muchas partes de Chile, principalmente Santiago, estimándose en 6000 los asistentes.

La ceremonia comenzó puntualmente, con una procesión de entrada casi bizantina e imperial: la cruz, luego banderas de las diferentes ramas, 50 seminaristas de los padres de Schoenstatt, y un medio centenar de sacerdotes, mas algunos diáconos y el Obispo de la diócesis de San Bernardo (a la cual pertenece el Santuario) Monseñor Javier Gonzalez Errázuriz, quien antes de ser Obispo era sacerdote del Opus Dei.

Los Coordinadores de la Familia de Maipo dieron la bienvenida, seguida de la entrega de las llaves del Santuario al Obispo, quien a su vez se las entregó al Director del Movimiento y se abrieron las puertas del Santuario.

Las piedras vivas del Santuario

Luego siguió la liturgia penitencial con la aspersión de los muros del Santuario y de todos los presentes, que somos las piedras vivas de ese Santuario. En ese momento se descargó una lluvia increíble, parecía que el cielo quería también purificarnos a todos, lo que obligó a abrir paraguas, porque el público preveía que podría llover, y los organizadores trajeron paraguas muy elegantes blancos y amarillos para los concelebrantes porque todo era al aire libre.

Siguió la liturgia de la palabra, en que se proclamó el evangelio de la Visitación y luego la plática del Obispo. Fue una hermosa sorpresa, porque se había documentado muy bien en escritos de nuestro fundador, y fue muy empático, cariñoso, acogedor y alentador. Citó también a varios padres y doctores de la Iglesia, pero no para alardear de erudición, sino para reforzar en el público la importancia del amor y la entrega a María. Mostró un filial afecto y cariño a nuestra Madre, tratándola de Mater todo el tiempo como schoenstattiano viejo iberoamericano.

La procesión de entronización de la Mater

ProcesiónA continuación fue el momento de la consagración del Santuario propiamente tal, comenzando con las letanías de los santos, cantadas con esa melodía argentina, que al menos para muchos fue estrenada en la consagración de la Iglesia de Dios Padre en Florencia Varela, Argentina, el año 1992.

Luego vino la colocación de unas reliquias de Santa Teresa de Los Andes (regaladas por el Obispo), la primera santa chilena en el altar, y la oración de consagración seguida en un impresionante silencio. La unción en de toda la mesa del altar, la incensación del Santuario con una gran brasero que elevaba el humo de nuestras oraciones al cielo en forma espectacular y la incensación del pueblo de Dios, que también somos santuarios vivos, y en el cual está también Cristo presente.

Finalmente, se encendieron los cirios, se vistió el altar, se colocaron las flores y comenzó entonces mientras cantábamos las 6000 personas, la procesión de entronización de la Mater: delante y atrás iban niñitas tirando pétalos de flores. Ella venía en un anda muy adornada de flores llevada por hombres del Movimiento de Maipo. Miles de pañuelos blancos, azules y rojos se agitaban en medio de gritos, aplausos y cantos, mientas ella recorría los pasillos, y se nos llenaban los ojos de lágrimas de emoción porque Ella llegaba triunfalmente a presidir su trono de gracias.

A pesar del viento y del frío

En la oración de los fieles se pidió con mucha fuerza por la Iglesia y los difíciles momentos que estamos pasando, y se pidió por Ignacio Ruiz-Tagle, quien era alma de la construcción de este Santuario y muriera repentinamente el año pasado, constituyéndose en fundamento vivo del Santuario del Valle de María.

Santa MisaLuego siguió la Eucaristía celebrada por todos (sacerdotes y laicos) con mucha concentración y buen espíritu, porque la lluvia y el viento helado, pudo habernos matado de frío a todos, pero no pasó nada, porque el corazón estaba alegre y lleno de las gracias ese momento.

Después de la comunión, repartida por los numerosos concelebrantes, se leyó el decreto por el cual se erigía canónicamente este Santuario y se permitía dar todos los sacramentos. Que se tenga memoria es el primer Santuario en Chile que es erigido por el Obispo con decreto y todo.

A continuación se llevó en solemne procesión el Santísimo por parte del Obispo, mientras los seminaristas de los Padres de Schoenstatt cantaban el estribillo con música de Taizé, Laudate Dominum. Como había pantalla gigante de televisión, pudimos ver el momento de profundo recogimiento vivido por el Obispo y los celebrantes principales, mientras se incensaba y se hacía en silencio adoración del Señor sacramentado, que ya ocupaba su sitio en este nuevo Santuario. Fue un momento íntimo y recogido, de mucha emoción.

Finalmente, el Obispo salió del Santuario, se leyó la bendición papal enviada por intermedio del Nuncio para ese momento, y se dió la bendición final, mientras todo el pueblo entonaba el Himno de nuestra Familia: Protéjanos tu Manto…

Las celebraciones continuaron

Las celebraciones continuaron, ya con menos público hasta cerca de medianoche, con cantatas, representaciones y otras actividades. Pero las dos horas y media de la consagración se pasaron volando. Fué una tarde lluviosa, presagio de las gracias que desde allí se derramarán, con bastante frío, pero el corazón ardiendo, que no se olvidará. A la Familia de Schoenstatt de Buin Maipo le toca con su capital de gracias mantener vivo ese Santuario y que se atraiga a muchos corazones juveniles, como lo soñaba nuestro padre.

La noticia en Tele 13

Texto de la prédica de Mons. Juan Ignacio González

Álbum de fotos (Diana González)

1 Responses

  1. Gimena Cardo Hinojosa dice:

    Tal como lo describe Juan Enrique Coeymans fue un momento de cielo, a pesar del frio y la lluvia se sentía mucho calor humano.
    Desde temprano uno sentía ese ambiente de alegría, recogimiento y agradecimiento a Dios por darnos un nuevo Santuario de nuestra querida MTA a Chile, sobretodo en estos momentos que hemos pasado después del terremoto y maremoto que tuvimos el 27/febrero.
    Gracias también a nuestro querido Padre y Fundador por regalarnos este maravilloso camino de santidad.

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