ITALIA, Marta Raineri. El pasado 18 de abril se realizó el 5º Congreso regional de la Campaña de la Virgen Peregrina de Schoenstatt en Sicilia, junto al Hotel Saracen, en Capaci. Comenzó a la 9,30 con los saludos y felicitaciones a las casi mil personas provenientes de las diócesis de Messina, Mazara del Vallo, Palermo y Monreale, ubicados en una sala y en un anfiteatro con un escenario semicircular que tenía como fondo a la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt.
El éxito del encuentro fue el resultado de un camino recorrido durante casi un año. En este período el responsable regional, Calogero Tuzzolino, reunió a todos los responsables de las parroquias de Sicilia, creándose así, de manera espontánea, un comité regional que se preocupó, además de gestar la Campaña de la Virgen Peregrina, de clarificar todos los aspectos del Congreso. La reflexión constante, la coherencia, la sinergia, fueron los elementos indispensables y presentes en cada uno, tanto es así, que se pudo alcanzar el objetivo prefijado: «Recibir a María como nuestra Madre».
Una organización perfecta, dividida en distintos sectores a partir del recibimiento coordinado por Natale Asareo, hasta la música bien preparada por Katia Raineri y Totus Tuzzolino, que se empeñaron en animar todo el Congreso; la parte litúrgica, coordinada por Maurizio Cavallaro y Sebastiano Scalici, de Capaci, que se ocuparon de conseguir todos los ornamentos sacros para la adoración y la celebración eucarística; el sector que se ocupó del orden, que con mucha paciencia evitó que hubiera confusiones durante los momentos comunitarios y finalmente el de la animación para los niños, coordinado por Antonella Asaro y que fue confiado a los jóvenes de la parroquia San Juan Apóstol de Palermo, que de manera brillante, y hay que agregar, incansable, entretuvieron a un centenar de niños.
El cristiano se consagra a María para vivir la hermandad con Jesucristo
Qué maravilla, qué armonía, y sobre todo, cuánta alegría durante toda la jornada. Todo estaba ubicado en el lugar justo, como si todo lo condujera María desde lo alto, allanando el camino.
Con una presencia humilde y silenciosa, participaron del encuentro la Hna. M. Ivonne Zevonello, Hermana de María de Schoenstatt, responsable, junto con el P Ludovico Tedeschi, de la Campaña de la Virgen Peregrina de Schoenstatt en Italia.
Los temas tratados fueron «la fe» y «la familia», expuestos por el Padre Ludovico y Fray Benigno, de la Orden de los Hermanos Menores Renovados.
¡Cuántas verdades dijeron ante la atenta escucha de los presentes! Resuenan aún las palabras del P. Ludovico subrayando la importancia de confiar en María, ilustrándolo con el lema de Juan Pablo II «Todo tuyo»: la entrega total a la Virgen, que debe ser un ejemplo para todos. Y es reconociendo a María como Madre, que uno se libera de todos los temores.
La Alianza de Amor implica un verdadero estilo de vida propio, toca la identidad más profunda de la persona y se constituye en un elemento de la vocación: el cristiano se consagra a María para vivir la fraternidad con Jesucristo.
Y aún más, las palabras de Fary Benigno sobre la santidad de los esposos que supone acoger el don del matrimonio como sacramento, el amor matrimonial que está llamado a ser signo del amor que Cristo tiene por la Iglesia y que constituye un testimonio visible de ese amor. El carisma de los esposos es vivir unidos en el amor, en la docilidad, benignidad, bondad, misericordia, respeto, paciencia, perdón, delicadeza y sobre todo en el servicio, como Cristo lo hace con la Iglesia. El matrimonio así vivido no deja lugar al divorcio, que es de hecho la negación del amor en el aspecto de la misericordia, mientras que la fidelidad, cultivada a pesar de todo, es el triunfo de la misericordia. Los esposos fueron creados a imagen de Dios, marido y mujer son una sola carne, reflejando en esta unión la Unidad de Dios. Dios es amante y amado, en efecto, genera al Hijo. Por lo tanto el misterio del Dios Trino y Uno está representado en la familia. Mirándola con los ojos de la fe, es posible contemplar el rostro de Dios como lo ha revelado Jesús: un solo Dios en tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Adoración Eucarística
Otro momento fuerte de la jornada fue la Adoración Eucarística, guiada por el P. Leoluca Pasqua, párroco de Marineo, quien con sencillez, en una atmósfera de profundo recogimiento, después de una breve introducción llevó a Jesús entre las personas bendiciéndolas, seguido de numerosos niños. Fue un momento de gran emoción en el que se percibía la viva presencia de Jesús.
La segunda parte de la jornada se inició con cantos dirigidos por el P. Pipo Spata. Simultáneamente otros sacerdotes, ubicados en distintos lugares de la sala, ofrecieron la posibilidad de confesarse a muchas personas.
El P. Pipo Graziano, párroco de Bolognetta, guió el Santo Rosario meditando los misterios gloriosos. A continuación los muchachos encargados de la animación organizaron un momento con los niños, quienes además de cantar y bailar, dieron un bello testimonio leyendo oraciones que ellos mismo habían preparado.
La tocante ceremonia de la Alianza de Amor
Toda la jornada culminó a las 17 hs con al celebración Eucarística, presidida por al P. Ludovico y concelebrada por Fray Benigno, el P. Pipo Spataro, P. Salvatore Orofino, P. Plácido Chisari, P. Giuseppe Sammartano, P. Giuseppe Maniscalco y P. Ignazio Vazzana. Después de la homilía, Rosy Passatempo coordinó a las 54 personas que sellaron la Alianza de Amor, entre ellas también un sacerdote, el Padre Ignazio. Todos firmaron luego el libro de la Alianza, que será puesto en el Santuario «Matri Ecclesiae», de Roma.
«Personalmente quiero agradecer a María y a su Hijo Jesús, por habernos llamado a todos a este grupo tan entusiasta, que anhela colaborar en la construcción del Reino de Dios uniendo en una única dirección los esfuerzos generosos y las aspiraciones a la santidad», dijo una de las participantes como resumen de su experiencia.
Traducción: Clara Herbón, Argentina
