Una victoria de la Mater experimentada por toda la Familia

PARAGUAY, María Luz Fleitas. El 18 un poquito antes de terminar la Misa me encontré cerca del rinconcito del Padre Kentenich en el patio de la Casa del Padre con el Sr. Freddy Ratti. Le dije: Felicidades Sr. Ratti, la Mater estuvo con ustedes. El me respondió: No dejamos de pedirle, todo el tiempo estuvimos tirando de su manto (mostraba con su mano como si fuera que la tenía a la Mater allí mismo), ¡no le quedó otra a la Mater!!! Con suspiro y descanso Freddy Ratti (suegro de Fidel Zavala, liberado en vísperas del 18 de enero después de 94 días en manos de secuestradores), miembro de Federación de Familias y uno de los fundadores de la primera hora de Schoenstatt-Paraguay, expresaba su fe y agradecimiento a la Reina por el retorno de Fidel.

Mi corazón se solidarizaba y alegraba con el Sr. Ratti; muchas misas celebradas en el Santuario Joven en Asunción pidiendo por la liberación de Fidel, peticiones en Tuparenda, rezos del Rosario alrededor de la Inmaculada, unidos en la oración y en la fe, sentimos todos la victoria de la MTA, somos una familia.

El 20 de enero a las 19:30, en la misa celebrada en el Santuario Joven en Asunción, Paraguay, el celebrante, Padre Pedro Kuehlcke, tomó la misa de la Paz y la Justicia, en honor al pedido de paz y justicia que tanto imploró el pueblo paraguayo en el tiempo en que estuvo en cautiverio Fidel Zavala, agregando que esa bandera blanca que teníamos colocada en nuestras casas, por los portones, en las empresas, y que se había empezado a colocar como manifiesto el 18 de octubre en Tuparenda, ya no es necesaria: Fidel ya está libre.

El anhelo de seguir conquistando la paz y la justicia

El Padre Pedro habló de la alegría que está viviendo la familia de Schoenstatt que se mantuvo en constante oración y de la fortaleza de la familia Zavala que supo sobrellevar esta situación tan difícil, pero afirmó que esto no termina acá sino que en nosotros está el gran anhelo de seguir conquistando la paz y la justicia en Paraguay. Decía que hemos recobrado nuevamente la esperanza para seguir construyendo un país de paz, una nación de Dios.

Resaltaba la decisión tomada por el Padre Kentenich ese 20 de enero de 1942 de ir voluntariamente al campo de concentración de Dachau, esperando su liberación mediante el esfuerzo heroico de sus hijos por alcanzar un alto grado de libertad interior y una seria santificación de la vida diaria, y así nosotros debemos ir entregándonos por los demás.

Al culminar la misa, se rezó la oración por la canonización del Padre Kentenich y la consagración a la Mater. Seguidamente el Padre Pedro dio lugar a que hablaran los suegros de Fidel, Freddy y Marucha Ratti. Ellos dijeron que ese 15 de octubre, día en que secuestraron a Fidel, todo estaba congelado; no se sabía si iba a ser liberado en algún momento, pero el Sr. Freddy Ratti sintió que la Mater iba a ser quien liberara a Fidel. Acotó que esa presunción pasó a ser una realidad y dieron muchas gracias a la Familia de Schoenstatt de Paraguay y a la Familia internacional de Schoenstatt por la unión en la oración. También contó que una gran cantidad de cartas y mails le han llegado de diversos países donde reina la MTA. Respondimos con aplausos de amor y alegría. El Padre Pedro agregó que ese aplauso también va muy especialmente para nuestra Madre y Reina, quien una vez más demostró toda su gloria y poder intercesor.

La armonía y alegría continuaba también ya culminada la misa: frente al Santuario, en el patio, miembros de la Familia se abrazaban, estaban sonrientes… esto va registrándose en la historia de Schoenstatt-Paraguay, que vive un arraigo a la espiritualidad de Schoenstatt, basándose en la ley fundamental, viviendo la Alianza de Amor con la MTA.

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