BRASIL, Cássio Leal. La familia de Schoenstatt en Jaraguá (São Paulo) demostró que «con lluvia o con sol» nada obstaculiza a uno de los momentos más esperados del año: la convivencia de retiro anual, en donde todas las ramas se encuentran para un momento de oración en el santuario y después diversión en un ambiente familiar.
Y nosotros ¿qué debemos hacer?
La convivencia de fin de año de la familia de Schoenstatt en Jaraguá es ya una tradición que forma parte del calendario de todas las ramas. Es el momento de encontrarse, compartir, visitar el santuario y agradecer por todas las cosas que la MTA y su hijo Jesús hicieron por la familia en el año que va llegando a su fin. Como no había ningún padre de Schoenstatt que pudiese estar presente para celebrar la Santa Misa, se llevó a cabo una celebración de la palabra por el Ministro de la Palabra Luiz Mochiatti (Ginho) el domingo por la mañana (13 de diciembre.) Ginho habló sobre el Evangelio y preguntó a los presentes en el santuario: El pueblo preguntaba a San Juan Bautista qué deberían hacer para ganar la salvación… y nosotros, como schoenstattianos, ¿qué debemos hacer? ¿Qué respondería San Juan Bautista? Después de algunas respuestas y un momento de reflexión, Ginho complementó: «Como schoenstattianos que somos, debemos cumplir con nuestro Ideal Personal». Antes de la Eucaristía hubo también un momento de Adoración al Santísimo Sacramento. Las juventudes masculina y femenina llevaron sus violines y entonaron música del Movimiento durante la celebración.
Desde hace varios días la lluvia no da tregua a la Ciudad de São Paulo y el clima cerrado y lluvioso «intentó» echar abajo los planes de un domingo de encuentro familiar y de esparcimiento. Cuando terminó la celebración los planes eran ir a una finca en la ciudad de Campo Limpo Paulista (a 1 hora y media de São Paulo) y pasar el día ahí. Por eso, al culminar la Celebración de la Palabra, algunas personas se preguntaron: ¿Qué vamos a hacer? ¿Ir a la finca con este clima lluvioso? Y la respuesta fue: sí, con lluvia o con sol, eso no es un pretexto para cancelar un día de fiesta en familia.
La lluvia continuó cayendo y la familia de Schoenstatt seguía su rumbo hacia el paseo que habían planeado con aproximadamente 50 personas de varias ramas del Movimiento. Los autos quedaron todos salpicados de lodo, ya que al interior del estado de São Paulo todavía hay muchos caminos de terracería.
Ni la lluvia ni el lodo quitaron el brillo de la fiesta
Llegando al local la Juventud Masculina (JUMAS) no lo pensó dos veces y organizó un equipo de fútbol en la lluvia. Al final estaban todos sucios de lodo, pero en absoluto arrepentidos de aprovechar el día aunque el clima no colaboraba mucho. Júnior Finatto de la Juventud Masculina se quebró el pie en el Encuentro Nacional de la JUMAS a principios de noviembre y aun con el pie enyesado no dejó de participar en la Convivencia de la Familia de Schoenstatt. Claro que él se quedó con ganas de jugar al fútbol con sus amigos, pero se contentó con presenciar el juego sentado en una silla cercana al campo. La Juventud Femenina no se quedó atrás y de inmediato se fue a la piscina. La rama de matrimonios ayudó a preparar el asado y se puso al día en la conversación. Todos se divirtieron, hasta parecía un domingo soleado…
La familia de Schoenstatt en Jaraguá agradece a todas las personas que se esforzaron para la preparación de esta fiesta y en especial al Sr. Carlos y su familia (propietarios de la finca) que con mucho cariño y disposición prestaron una vez más la finca para la realización de este evento que marca el cierre del año para la familia de Schoenstatt.
Traducción: Eduardo Shelley, Monterrey, México
