Publicado el 2009-11-13 In Vida en alianza

Las misioneras lloraban cuando la Mater venía en la procesión y yo lloraba al verlas con tanta fe y devoción

18 de octubre, Tuparenda - Foto: Marcelo LuzardiPARAGUAY, Estela Franco. «Las misioneras lloraban cuando la Mater venía en la procesión y luego frente al Santuario, y yo lloraba al verlas con tanta fe y devoción. Me tocó estar muy de cerca y escuchaba sus plegarias, impresionante y profundamente conmovedoras. Realmente la Mater es infinitamente admirable». Es el testimonio de un miembro de la familia de Schoenstatt después del 18 de octubre en Tuparenda. Uno se pone al servicio de los peregrinos este día, comenta, y sale profundamente renovada en la fe gracias al testimonio vivo de ellos… El 18 de octubre en Tuparenda es una sola renovación en la Alianza de Amor, para todos…


Procesión con la VirgenMe decía un grupo de parejas que se inició este año en la rama familiar: «Es que Ella sabe elegir a los hermanos de grupo, nos apoyamos tanto los unos en los otros, desde que estamos en el grupo nos unimos más como pareja, nos damos fuerzas para luchar día a día, del grupo sacamos fuerzas para ser testimonios de María en la sociedad, en nuestros trabajos»…

«Recibimos gracias de Ella todos los días, siempre conseguimos lo que le pedimos».

«Vengo a agradecerle por la salud de mi mamá, ella se operó hace 15 días y ya está aquí conmigo, ¡recorriendo Tuparenda!».

Si voy a morirme, quiero morirme acá

«Vine enferma con dengue, me sentía débil y estaba muy pálida. Parecía que iba a morir. Entonces fui al Santuario y le dije: si voy a morirme, quiero morirme acá. Pasó un rato y todo el dolor se había ido. La Virgen me curó».

MisionerasUna señora, con lágrimas en los ojos, me dijo: «Yo vengo por primera vez y no vengo a pedirle nada. Sólo quiero que me perdone por haberme alejado de Ella».

«Yo quiero ser misionera de la Campaña del Rosario porque me dolía mucho la cabeza por mi sinusitis y le dije a la Mater que si me curaba yo iba a hacer esto por Ella. Me curó y vengo a cumplir mi promesa».

«Desde que vine acá hace diez años mi vida fue diferente. Ahora necesito pedirle a la Mater por la conversión de mi familia».

«Yo estoy muy mal de salud, pero vengo a agradecerle por lo que me ayudó este año, no porque sólo si me da algo yo vengo, sino porque le tengo fe».

«Yo vengo de muy lejos. El año pasado vine para las cuatro y demasiado quería quedarme para la misa de la noche pero ya no tenía cómo volver. Sin embargo, sentí que tenía que quedarme y dije que la Virgen proveería. Cuando terminó la misa salí a la ruta a ver si por ahí no aparecía un colectivo y entonces una señora se ofreció a llevarme a casa y gracias a la Virgen encontré una nueva amiga».

Si no fuera por Ella…

MisioneraMe decía una señora con cáncer: «Últimamente las sesiones de quimioterapia me daban reacciones muy fuertes. Esa mañana le pedí a la Mater antes de ir a una de ellas que me deje volver a casa, mi hija tenía una gripe muy fuerte y quería volver a verla. Fui tranquila a la quimioterapia, me sedaron y me quedé dormida durante la sesión. De repente vi a María en el techo de mi habitación que me decía ¡despiértate!, y entonces clavé los ojos en el techo mirándola a Ella. Mi hermana, que me estaba cuidando, salió corriendo a llamar a los médicos, el medicamento me había dado una reacción muy fuerte: me puse toda negra, me conectaron al oxígeno; si no hubiera sido por la Virgen que me sacudió para que abriera los ojos, hoy ya no estaría contando esto».

Contaba su historia un señor: «Me detectaron un tumor en la cabeza y los médicos recomendaron operación urgente alertando a mi familia de las secuelas que podrían quedar luego de ella (parálisis, ceguera, etc.). Cuando iba a la sala de operación le pedí a la Mater que hiciera el papel de mamá ya que la mía ya no podía acompañarme físicamente y fue así que me aferré a Ella. Durante la operación, mi sobrino médico que me acompañaba vio la imagen de la Mater en mi cabecera, entonces llamó a mi esposa por celular preguntando si ella llevó a la Mater a la sala de operación, a lo que ella le contestó que no. Al finalizar la operación mi esposa fue a la sala de operación pero se dio cuenta de que no había ninguna imagen. Lo importante es que Ella estuvo ahí conmigo y hoy estoy yo aquí sin ninguna de las secuelas con las que debería haber quedado. Ella es grande».

Cautivado por la mirada de la Mater

PeregrinaCristian nace prematuro y con algunos problemas físicos. La mamá no lo puede mantener y se lo da a la abuela, que en su impotencia trae al bebé a Tuparendá y se lo encomienda a la Virgen. El, ya de joven, viene a Tuparenda con todo su vacío y sus dolencias interiores. Llega quebrado. Se siente cautivado por la mirada de Ella y le dice a la Mater: «Hazme persona». Experimenta que la Mater le dice que sí, que acepta esa tarea. Al poco tiempo supera todos sus límites físicos y espirituales. Y me dice: «Vengo todos los años a agradecerle. Le debo a ella y a mi abuela todo lo que soy».

 

 

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