Publicado el 2010-09-08 In Santuario Original

Ordenación de diáconos en Schoenstatt: “Quiero ser instrumento en la Casa de Dios”

Diakonenweihe in Schönstatt, 5. Septembermkf. «Veo muy negro el futuro de Schoenstatt», dijo uno de los participantes de la Santa Misa del 4 de septiembre, un soleado domingo de otoño en Schoenstatt. Su rostro radiante desmentía sus palabras al indicar a los muchos jóvenes negros que rodeaban el altar y ocupaban las primeras filas en la Iglesia de Peregrinos: eran jóvenes sacerdotes y seminaristas de la comunidad de los Padres de Schoenstatt provenientes de Nigeria, Burundi y del Congo; jóvenes Hermanas de María de Kenia; el coro de las «Hijas del Divino Amor», de Nigeria, y el «Coro de los Trópicos», de Camerún, además participó una buena cantidad de jóvenes y de matrimonios también jóvenes con sus hijos pequeños… Esta es una Iglesia joven, viva, es el futuro de la Iglesia.

Einzug der Priester mit Weihbischof Peters

Junto a su alegría de vivir expresada con tambores, danzas y aplausos, trajeron su profunda religiosidad, lo que hizo «que este domingo en Schoenstatt sea para nosotros una experiencia de la Iglesia universal», como dijo en la homilía el obispo auxiliar de Tréveris, Mons. Jörg Michael Peters. Destacó «que este acontecimiento de hoy a la mañana no es un asunto privado de unos pocos», sino «algo sumamente necesario para el pueblo de Dios y para la Iglesia en su totalidad».

Sacerdotes según el ejemplo del Padre Kentenich

WeiheritusEste domingo Mons. Peters, a pedido de la comunidad de los Padres de Schoenstatt, consagró diáconos a cuatro seminaristas de Nigeria: Paschal Ndubueze Agor, Joseph Chikwe Anyanu, Stanley Chibuike Ekwugha y Nichodemus Chigozie Okenawa. Junto con veinte sacerdotes y seminaristas de la India, Burundi, Nigeria y del Congo, están actualmente en Schoenstatt por tres meses, en una formación intensiva preparándose para su servicio sacerdotal a la Iglesia local y al Movimiento de Schoenstatt. En Nigeria hay en este momento treinta candidatos preparándose para el sacerdocio. En la comunidad de los Padres de Schoenstatt en todo el mundo, hay trescientos sacerdotes y más de doscientos novicios y seminaristas. Solamente en la India hay actualmente setenta jóvenes en el noviciado. Las primeras filas de la Iglesia de Peregrinos estaban ocupadas por novicios alemanes, suizos y polacos que hacen su noviciado en Schoenstatt, más seminaristas y Padres de Schoenstatt de varios países. Una imagen que recuerda las grandes celebraciones y jornadas que se han hecho o harán en Schoenstatt y en todo el mundo en este año dedicado al sacerdocio y a la conmemoración del centenario de la ordenación sacerdotal del Padre Kentenich, como la que se hará del 13 al 15 de septiembre en Buenos Aires, Argentina.

Porque la Iglesia y la parroquia no se pueden «hacer» por sí mismas

Daughters of Divine Love Sisters, NigeriaDurante la Santa Misa – que se celebró en alemán e inglés y fue acompañada por cantos en inglés, alemán, francés, latín, ibo y bamiléké – Mons. Peters destacó la importancia del diaconado y el sacerdocio para todo el pueblo de Dios: «por nuestro testimonio debe aparecer la buena nueva del Evangelio con toda la fuerza de su veracidad y de su carisma, para que los hombres, en todos los tiempos, encuentren el acceso a la fe y a Dios. Porque la Iglesia y la parroquia no se pueden «hacer» por sí mismas, se necesitan portadores vivientes de este servicio testimonial, que con la fuerza del Espíritu Santo anuncien la buena nueva del Evangelio, que la fortalezcan en el servicio al prójimo, y finalmente suministren los sacramentos. Esta capacidad, en la fuerza del Espíritu Santo, se recibe con el sacramento del orden sagrado; lo que Dios quiere obrar en estos cuatro hombres que están entre nosotros, es el motivo por el que estamos aquí para celebrarlo con ellos.

María: la medida de toda conducta

PredigtMons. Jörg Michael Peters citó algunos testimonios que lo habían conmovido en el encuentro con los cuatro candidatos, el lunes pasado, en Tréveris. Algunos de ellos:

«Quiero ser instrumento en la Casa de Dios, servidor al servicio que Dios nos hace a nosotros, abierto a su voluntad y a las exigencias de nuestro tiempo».

Otro dijo: «Quiero comprender con una actitud mariana el servicio que se me otorga, y tomar a María, la portadora del Verbo encarnado, como medida de toda mi conducta y así ser un servidor de Dios y de los hombres».

O: «Quiero esforzarme en alcanzar la santidad en mi vida según el ejemplo de Jesús, y con esta actitud celebrar los santos sacramentos con el pueblo».

Para servir a Cristo en su Iglesia

BereitschaftMons. Peters saludó a todos los que participaban en la Eucaristía mediante la transmisión en directo por Internet, especialmente a quienes estaban en África.

Incluso esto manifestó que la ordenación de los diáconos no era un asunto privado, «ni una distinción para unos pocos entre nosotros.

La ceremonia es más bien una entrega al servicio de hombres vivos y de aceptación de este servicio, dispuestos a servir al Señor en su Iglesia en estas, nuestras concretas situaciones eclesiales, y así transformarse en testigos de su magnificencia, estar junto a los hombres en sus necesidades y sufrimientos, y alguna vez pasar por el umbral de la muerte. En una época en la que la carrera, la eficiencia y el éxito son tan importantes, estos cuatro hombres tienen la firme voluntad de orientarse por el modelo de este Jesús anonadado, que es nuestro Señor».

Les deseó la bendición de Dios para este servicio.

El rito de la ordenación

HandauflegungEntonces llegó el momento. El P. Fred Kistler, rector del seminario en Ibadan (Nigeria), que acompañó a los candidatos en el largo camino hasta aquí, los presentó al obispo, que los llamó a cada uno por su nombre. Se oyó claramente la respuesta: I am present, aquí estoy. Es el rito usual en cada ordenación diaconal o sacerdotal, y que siempre toca profundamente a quien es testigo de ese momento. Los cuatro hombres se postraron ante el altar, mientras el coro de las Hermanas de Nigeria cantaba las letanías de los santos en latín, el idioma internacional de la Iglesia. Imposición de las manos, colocación de la estola y de la dalmática, entrega el libro de los Evangelios, saludo de la paz: con las palabras y los gestos del rito de consagración, los cuatro se transformaron en diáconos, consagrados al servicio de Cristo y de los hombres. Cambiaron de lugar, entraron en el ámbito del altar, lo prepararon para el ofertorio y uno de ellos, Nichodemus Chigozie Okenawa, ofició como diácono durante el resto de la Sta. Misa, al lado del obispo. Cuando al final cantó – ¡en alemán! – «Podéis ir en paz», estalló un cálido aplauso, lleno de cariño.

En la Alianza de Amor

LiebesbündnisLos cuatro diáconos, al final de la ceremonia, pusieron su servicio diaconal y su camino al sacerdocio bajo la especial protección de María, renovando su Alianza de Amor con Ella ¡por supuesto cantando!

Pues hay cosas, así lo dijo uno de ellos, que son tan profundas y valiosas que no se pueden decir con palabras, sino solamente cantando.

Video

Álbum de fotos

Die neuen Diakone

Traducción: aat, Argentina

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *