Sandra Lezcano. Un grupo de chilenos llegó en peregrinación hasta Schoenstatt y entre cantos y un efusivo VIVA CHILE frente al Santuario Original nos hicieron saber que estaban en la tierra asoleada, con mucha devoción, mucha fe y alegría han participado de numerosas actividades aquí en Schoenstatt y recorriendo lugares históricos de Alemania.
Han llegado para celebrar con tantos otros schoenstattianos los 100 años de ordenación sacerdotal del Padre José Kentenich en Limburgo, decía Carmen Paz Osorio: «La celebración de los 100 años de ordenación del Padre es una fecha histórica y yo tuve el regalo del cielo de haber estado en la Catedral de Limburgo». También María Eliana Carafí dijo que para ella el momento más culminante de la peregrinación fue la Santa Misa en Limburgo con la presencia de peregrinos de distintos lugares del mundo.
Otra peregrinación un poco más pequeña venida de Chile también ha estado presente unos días en Schoenstatt para vivir desde aquí el aniversario 100 de sacerdocio del Padre, ya que ellos también estuvieron presentes el 8 de julio en Limburgo.
Un lugar escogido por Dios para acercarnos más a Él
«Un lugar escogido por Dios para acercarnos más a Él»: Es como Verónica Arriegada define Schoenstatt, hemos compartido con este lindo grupo de gente y todos han comentado haber experimentado las gracias de nuestra querida Mater en el Santuario Original y una cercanía espiritual con el Padre Kentenich en su tumba. Han renovado su Alianza de Amor, Filial y su Poder en Blanco en estos lugares, dejando huella en el corazón de cada uno de ellos.
«Una atmósfera de amor y acogimiento, fue conmovedor recorrer tantos kilómetros hasta este lugar tan lejos del hogar pero al mismo tiempo llegar aquí y sentir que estoy en casa«, comentaba Eva Acuña Ahumada.
«De Schoenstatt me llevo el cariño y el tremendo amor de Dios y de la Mater, me llegó mucho la profunda entrega que significó y significa el Jardín de María. Me gustaron todos los Santuarios, cada uno con su propia identidad», comenta María Virginia Escala Aguirre.
Testimonios que llegan al alma
Mónica González Morandé compartió haber hallado en Schoenstatt momentos de mucha oración y encuentro espiritual quedando empapada y con fuerzas para seguir lo que la Mater y el Padre Fundador quieren de ella.
El Padre Julio Díaz Meza, destacó que la celebración de la Santa Misa en el Santuario Original fue para él el momento más intenso de la peregrinación en Schoenstatt: «Viví los lugares especiales de Schoenstatt como momentos de encuentro con un testigo de Jesucristo y con profunda piedad y devoción».
Mónica Morandé Court nos ha transmitido una gran fortaleza pues ha llegado a Schoenstatt con una cruz bastante pesada por la pérdida de dos seres queridos: «Esta vez vine viuda y habiendo perdido una hija de muerte súbita que dejó 5 hijos y un marido ejemplar. Todo lo he podido entregar en paz y encontrar aquí la fuerza para decir junto con nuestro Padre Fundador: Dios es Padre, Dios es bueno, bueno es todo lo que Él hace».
Con la sensación de sentirse «en casa»
Oriana Famett describió Schoenstatt como un lugar precioso enclavado en la naturaleza exuberante que invita a dar gracias, alabar y bendecir al Señor. Sintiendo en cada lugar como si fuera en casa.
Para Jaime Rencout Van Wersch ha sido una alegría grande el haber estado en Schoenstatt, pero al mismo tiempo siente una gran misión y responsabilidad por llenar de Schoenstatt el mundo.
Guillermo Cox expresó su gratitud y felicidad de haber estado en Schoenstatt y al mismo tiempo de manera muy constructiva ha expresado la necesidad de algunos cambios en Schoenstatt para ofrecer una mejor orientación y atención al peregrino, en cuanto a los letreros expresó que no son los suficientes y todos se hallan en alemán. Siendo un lugar de peregrinación podrían estar por lo menos en tres idiomas, que las personas que atienden las librerías manejen también el inglés o español y que vendan materiales no sólo en alemán sino también en otros idiomas.
En Metternich también han sentido fuertemente la corriente de vida que inició con el Jardín de María. Estar allí les permitió entender mejor toda esa corriente tan hermosa y sobre todo de una espiritualidad tan profunda y confiada en la Divina Providencia.
Son muchos los testimonios de este grupo de peregrinos que ha sabido aprovechar cada minuto de su estadía en Schoenstatt y que ha dejado su alegría en este lugar. La presencia del Padre Horacio Rivas y del Padre Julio Díaz Meza ha dado mucha espiritualidad a esta peregrinación.
Video: Santa Misa en el Santuario Original, 10 de julio
{flowplayer id=’2010_07_chile’ flvurl=’/2010/07/chile.flv’ width=’360px’ height=’270px’}
