Publicado el 2010-03-19 In Santuario Original

Me atrevo a dar este paso en alianza contigo…

El Santuario Original en la nieve, día de la vestición  - 6.3.2010

ALEMANIA, Christin Benkner. El panorama en torno al Monte Schoenstatt era blanco como un vestido de novia en la mañana de la Vestición de catorce novicias de las Hnas. de María. Pero así como es hermosa la blancura de la nieve y también que puede significar el nuevo comienzo, en ese momento solo fue una molestia. Cuando debía comenzar la Sta. Misa a la hora indicada, a las 9 hs., la Iglesia de la Adoración estaba solamente ocupada hasta la mitad. Las Hermanas hablaban por sus teléfonos móviles para comunicarse con los parientes y los invitados de las novicias, que aún no habían llegado. Como los autos solo podían llegar al Monte Schoenstatt por el desvío – a causa de que el camino principal está cerrado al tránsito por reparación – la gran masa de nieve no permitía la salida, por lo que todo se postergó hasta que los ómnibus y los autos varados fueran liberados con tractores…


Procesión de las novicias

Después de que los autos pudieron desatascarse o estacionarse al borde del camino, se llenó la Iglesia de la Adoración y recién entonces pudo comenzar, a las diez de la mañana – una hora después de lo previsto – la Sta. Misa de la Vestición.

Entrada Ingresaron al templo las catorce novicias, provenientes de Rumania, Méjico, Hungría, Kenia y Alemania, con su blanco atuendo nupcial, con una coronita de flores que sostenía un largo velo de tul. En ese momento cayeron las primeras lágrimas, sea por la profunda emoción ante esa imagen o porque alguna de las novicias era una pariente o amiga. Junto con las jóvenes ingresaron unos cincuenta sacerdotes. Mons. Hermann Zimmerer, director general del Instituto de las Hermanas de María, saludó a los presentes, llegados de cerca o de lejos, y pidió que se olvidaran las molestias ocasionadas por la nieve en ese día de fiesta. El celebrante principal – el obispo auxiliar de Tréveris, Mons. Jörg Michael Peters que también quedó atascado por la nieve y tuvo que subir de pie al Monte Schoenstatt – dijo unas palabras a modo de saludo y se mostró impresionado por las novicias vestidas de blanco, que habían venido en procesión por la nieve para entrar a la iglesia.

«Te he llamado por tu nombre»

Beginn der Messe «Te he llamado por tu nombre, me perteneces». Estas palabras de la primera lectura del Profeta Isaías, proclamadas por el padre de una de las novicias, explicaban lo que realmente significaba la gran fiesta de la Vestición. Fue también adecuada la respuesta que cantó el magnífico coro dirigido por la Hna. M. Tabea: «Porque eres valiosa ante mis ojos». En la segunda lectura, tomada de la primera carta de San Pablo a los romanos – que decía como se debe actuar según la voluntad de Dios – se pudo experimentar por primera vez en este día la internacionalidad de Schoenstatt: fue proclamada en el idioma de una de las novicias.

Finalmente, el Evangelio según San Lucas refería las palabras de Jesús a sus discípulos: en el futuro seréis pescadores de hombres.

«Te he llamado por tu nombre, me perteneces, porque eres precioso ante mis ojos»

Weihbischof PetersEn la homilía, Mons. Peters se refirió a la vocación, a la que hay que considerar como un regalo incomprensible. Sentir el llamado es siempre una experiencia fascinante. Pero también incluye tensiones: por un lado la experiencia fundamental de que también las novicias son seres humanos. Ellas tienen muchas cualidades, buena voluntad y caracteres magníficos. Pero no se debe olvidar que también habrá uno u otro lado sombrío que en un día como hoy podría producir temor. Pero lo más hermoso de todo es que Dios ha llamado concretamente a cada novicia por su nombre, con sus características positivas y también con las negativas. Además Mons. Peters destacó que a la percepción del llamado de Dios está siempre unida la distancia. El Antiguo Testamento lo describe como una luz deslumbrante, que enceguece. Cuando vio la barca rebosante de pescados, Simón Pedro le dijo a Jesús: «¡Señor, aléjate de mí!»

No hay que asombrarse por esta distancia entre Dios y el hombre, provocada por el pecado. Es mucho más asombroso que Dios quiera justamente vencer esta distancia por la resurrección y ascensión de Jesús. Dios no nos quiere abandonar, Él nos mira directamente. Es lo mismo si se trata de la vocación de un padre o una madre de familia, de una Hermana de María, de un sacerdote o de una religiosa, Dios les dice a todos lo mismo: «Te he llamado por tu nombre, me perteneces, porque eres precioso ante mis ojos». Por el bautismo – y durante toda nuestra vida – hemos sido aceptados y somos valiosos para Él. En esta distancia, las novicias han pedido y rezado por su vocación. Ahora ellas quieren ofrendar su vida como un vivo y santo sacrificio, como a Dios le agrade. Es decir, que ellas no están llamadas en primer lugar para alcanzar su propia felicidad y santidad, sino para el servicio a la comunidad, de la Iglesia.

Novizinnen Porque no se da un paso así para tener una vida tranquila, sino más bien para zambullirse en una corriente de intenso trabajo, en el que la finalidad no es uno mismo, sino anunciar a Dios y al Evangelio. Además Mons. Peters citó al Papa Benedicto XVI cuando dijo que no hay mejor ejemplo que María para cumplir esta misión. María es el modelo de este anuncio. El obispo acentuó especialmente la frase: «Nada sin ti, nada sin nosotros». La comunidad internacional de las Hermanas de María debe, como María, basar en Dios su trabajo permanente y salir a su encuentro con una clara respuesta afirmativa.

Nada sin ti, nada sin nosotros

Después de invocar la irrupción del Espíritu Santo, comenzó el rito de la Vestición con la expectativa de conocer los nombres de las novicias, que anunció la Hna. M. Jacoba Kesselheim, superiora general de las Hermanas de María. Después del canto de las letanías marianas, las novicias recibieron el vestido de las Hermanas de María. Mons. Peters bendijo en primer lugar los vestidos, cinturones, velos y medallas. Luego las novicias se arrodillaron ante el altar y el director general le entregó a cada una el vestido como signo de su elección y de su misión mariana; el cinturón como símbolo de pureza y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. A continuación se les entregó el velo como signo de su entrega total al Señor, y la medalla como expresión de su profunda vinculación con Jesús y María. Como último símbolo cada una recibió un cirio encendido que simbolizaba su misión – realizada por su ser y por su actuar – de hacer presente el amor y la bondad de Dios. Con todos estos elementos en sus manos, las jóvenes se retiraron del templo.

Auszug Mientras las novicias se cambiaban, se cantó un Magníficat, una canción entonada por el coro Totus tuus y otra por los parientes de la novicia húngara. Además se explicó que las novicias volverían a entrar -ya con el vestido de Hermana – llevando una tinaja que contenía las esquelas con las palabras de alegría, gratitud y ofrenda que las habían conmovido en su camino a la comunidad de las Hermanas de María. Con ello querían expresar su convicción de que Schoenstatt puede existir solamente por la acción de Dios y de la Sma. Virgen, la Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt. Así quisieron regalar a la Mater, en el Capital de Gracias, su camino rumbo a este día totalmente según el lema «Nada sin ti, nada sin nosotros».

Hasta los hombres mayores no pudieron contener las lágrimas

Finalmente terminó la espera. El coro mostró una vez más su esplendor, y cantó la canción «María, te saludo» cuando entraron de nuevo las novicias, llenas de orgullo, después de algunos minutos de tensa espera. Un adolescente de Fulda describió ese momento que conmovió a todos: «hasta los hombres mayores no pudieron contener las lágrimas». Las jóvenes irradiaban un fulgor que no se podía traducir en palabras.

Después de la entrada de las nuevas Hermanas de María, llegó quizás uno de los momentos más importantes: la renovación de la Alianza de Amor. Junto con todos los presentes rezaron cada una en su propio idioma. Quizás se pueda decir que desde este momento se sintieron verdaderas Hermanas de María: después de ponerse bajo la protección de la Sma. Virgen y de implorar su compañía en este nuevo camino.

La oración de los fieles estuvo a cargo de las novicias, y la hicieron en varios idiomas. Hay que mencionar especialmente la última petición, que se rezó en castellano, húngaro, suahili, alemán y rumano: fue un ferviente pedido de las novicias por sus padres, a los que les manifestaron su inmensa gratitud y para los que pidieron la bendición de Dios.

Quedan dudas, pero creo en tu amor

Totalmente acorde con el lema «Mi Dios, vengo para pertenecerte y dejo todo porque Tú no me dejas. Quedan dudas, pero creo en tu amor, confío en ti ciegamente, Señor, te sigo» como lo dice un canto de este curso, las jóvenes recientemente vestidas como novicias, participaron en la Eucaristía. En el salón que está debajo de la Iglesia de la Adoración se celebró simultáneamente otra Sta. Misa, ya que todos no cabían dentro del templo. Toda la ceremonia se proyectó en una pantalla gigante, para que también allí pudieran ver lo que sucedía en la iglesia.

Weihbischof Peters mit den Angehörigen der Novizin aus Kenia Al final Mons. Peters agradeció cordialmente una vez más a los padres, sin cuya educación en la fe, seguramente no habría allí catorce novicias. También expresaron su gratitud los párrocos de algunas de ellas y todo el entorno. Después de una solemne salida, que como es costumbre en Alemania en las grandes fiestas no es imaginable sin el canto «Sumo Dios, tu gran poder» (versión vernácula del Te Deum), entonado en varios idiomas, las novicias se dirigieron al Santuario del Monte Schoenstatt para una breve acción de gracias. Las acompañó una gran parte de los presentes para felicitarlas con mucha alegría. Todos los que eran parientes, amigos o conocidos de alguna novicia, afirmaron que nunca la habían visto tan feliz como en ese momento.

A la tarde las novicias festejaron con sus familias y amistades en distintas casas. Allí tomaron con ellos la merienda y hubo una u otra sorpresa, por ejemplo un canto o un regalo para ellas. Además, en el Monte Schoenstatt era posible ver a las Hermanas de María «detrás de los bastidores». Por ejemplo hubo una visita guiada por la Casa madre de las Hermanas, una presentación de las Hermanas adoratrices, y pudieron ver un DVD con testimonios de la vocación de las novicias.

Así concluyó el día en Schoenstatt. Incluso el ya nombrado magnífico coro dirigido por la Hna. M. Tabea, provocó una vez más el entusiasmo tanto de los huéspedes como de las novicias. El coro fue contundente, tanto en el canto como en la ejecución de los instrumentos, y tuvo un nivel muy alto para su realidad: se había armado justo el día anterior…

Traducción: aat, Argentina

Auf dem Weg zum Heiligtum

1 Responses

  1. Maria Jesus (Chile) dice:

    Siempre es una gran alegria saber de nuevas vocaciones y de como Dios va llamando a cada una de las jovenes de distintas partes del mundo.
    Tuve el regalo de conocer a algunas! y con gran cariño recuerdo a la novicia de Mexico, que en el dia de mi alianza filial fue una gran ayuda!!
    Rezo por cada una de ellas!!, que regalo son 14!
    Unidas desde nuestros terruños, las llevo al Santuario Cenaluco de Bellavista.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *