Francisco Grondona. En un acto simple y sencillo y cobijados por la calidez que brinda el Santuario Original, se realizó el 27 de diciembre la primera bendición de niños de navidad. Se celebró en torno a los 10 minutos en el pesebre, que había tenido lugar tan solo un instante antes en la Iglesia de los peregrinos.
Una bendición para niños y adultos
El Padre Egon Zillekens se encargó de impartir la bendición a quienes se acercaron poco a poco a la MTA. Si bien comenzó de una forma tímida y personal, unas 30 personas se congregaron en torno a este acontecimiento tan especial. Tanto grandes como chicos aprovecharon este momento para acercarse de una forma más especial e íntima a Dios y a la Virgen. Matrimonios, familias y personas mayores fueron pidiendo por sus intenciones personales frente al Padre Egon, quién luego de unas emotivas palabras, bendijo personalmente a cada uno. De esta forma los 10 minutos en el pesebre tuvieron un cierre muy especial a pesar no haberse podido realizar en la Iglesia de la Adoración como es costumbre.
El marco que proveyó el Santuario original hizo que la celebración haya sido muy emotiva y la presencia de los más pequeños le brindó un entorno cálido y familiar. Cada uno aprovechó este momento para tener un comienzo de año especial y distinto, poniendo sus corazones en manos de la Madre y dejándose cobijar en su manto como si fuesen niños de nuevo.
Un momento de conversión
Fiel a la pedagogía de Schoenstatt, el Padre Egon se ocupó de interiorizarse más con la persona que se acercaba a él para recibir la bendición, preguntándole su nombre para implorar la bendición a través de su Santo para toda su familia, hijos, personas queridas e incluso aquellas con las que no están en paz. Es increíble como unas simples palabras pueden cambiar el sentir de las personas, se nota en los ojos, aguados con lágrimas, en la mirada, en la postura y en muchas cosas más que se percibieron en ese momento. Para muchos este fue un momento de conversión, para otros un acercamiento a la Virgen y a su hijo. Luego, de una forma espontánea se comenzaron a entonar cantos navideños para darle un cierre lleno de gracia y alegría.
Esta bendición se realizará todos los días luego de los 10 minutos en el pesebre hasta el 8 de enero para que todos tengan la oportunidad de poner en las manos del Padre y de María sus intenciones y de esta forma tener un cierre de año más especial.
