EN POCAS PALABRAS, P. Joaquin Alliende. Hace unos días, un schoenstattiano del mundo de la diplomacia pudo encontrarse con el Santo Padre: “Gracias, muchas gracias, por cuanto nos dijo a los schoentattianos a fines de octubre”. El Papa Francisco asintió con un gesto de complicidad. Levantó el índice derecho, diciendo: “¡Pórtense bien, ahora cumplan ustedes!”. ¿Quería el Papa urgirnos en lo de “un Schoenstatt en salida”? ¿Y en qué más…?
Durante siglos, algunos han sostenido que acentuar al Dios providente, ha llevado a un cierto pasivismo entre los católicos. Algo de eso ha sucedido. Tal constatación motivó al P. Kentenich a reformular el providencialismo católico tradicional. Agregó la palabra práctica: “fe práctica en…”. O sea, una fe que nos obliga a reaccionar en lo cotidiano, de un modo concreto. No siempre el fundador consideró que sus hijos habían entendido lo que él, con su personalidad carismática, quería aportar a la Iglesia.
Constatar la carencia, lo llevó a utilizar dos palabras, que él formulaba en latín: la fe práctica en la Divina Providencia implica dos actitudes fundamentales complementarias. En nuestro providencialismo se suman ‘volo’ (quiero) y ‘fiat’ (acepto, hágase, cúmplase). Y nuestro padre agrega: Si yo percibo que en el acontecer de mi vida, la Providencia me está requiriendo una respuesta, diré: “Hágase, cúmplase en mí tu voluntad’. Ese aceptar, ese fiat, es similar al fiat de la Anunciación. Tal aceptación es más connatural a la mujer. Pero no basta. Se precisa una firme adhesión. José Kentenich lo llama ‘volo’, es decir, un resuelto ‘quiero’. Un decidido y audaz sí, más connatural al varón. Y nuestro padre precisa: “yo acentúo el ‘volo’ sobre el ‘fiat’”. El ‘fiat’ de la Anunciación exige el ‘volo’ del “irse de prisa por la montaña”.
Tras las bendecidas celebraciones del Jubileo, espontáneamente brota por doquier la pregunta: ¿y ahora, qué sucede? ¿Cómo proyectamos lo vivido en un renovado envío misionero? ¿Cómo nos ‘portamos bien’ con el encargo del Papa Francisco? ¿Salida hacia dónde, por cuál sendero, tal vez estrecho…?
Pensando en esos días en Schoenstatt, y en los de la Roma de Pedro, Pablo, San Vicente Pallotti, y el Papa Francisco, ¿cómo podemos encauzar la vitalidad futuriza del santuario? ¿Con qué estrategia, con qué táctica?
Padre Alliende, ojalá su reflexión sirva para encender los corazones y poder como dijo el Santo Padre,"portarnos bien y cumplir".
No sé si se trata de seguir alguna estrategia en particular, humildemente creo que más que nunca hay que poner el oído en el corazón de Dios y dejarse conmover; sí tal vez el sendero de salida sea estrecho pero hay que salir al fin.
En todas las ciudades, localidades, barrios y vecindarios más que seguro hay lugares donde se pueda ir a servir al más necesitado, sin tener que irse literalmente a la periferia; hogares de niños, hogares de ancianos, hospitales e incluso cárceles. Hay que salirse de si, como dijo el Papa Francisco hay que descentrarse y no quedarse encerrado en su propio mundito.
Salir verdaderamente, accionar, hacer, hechos concretos y no sólo palabras elocuentes.
Mi experiencia particular como voluntaria trabajando con enfermos, no sólo cambió mi corazón sino que dio un sentido pleno a mi misión en la vida y también la respuesta a estas sencillas preguntas:
¿Cómo voy a ser un transparente de María? ¿De qué voy a dar testimonio si no me pongo en acción? ¿Cómo voy a cambiar mi corazón si no hago nada concreto para ello?
Por eso Padre Alliende la gran importancia de lo que usted dice, esto de "reaccionar en lo cotidiano, de un modo concreto" y sobre todo lo de "volo" un resuelto "quiero" deseo profundamente que sus palabras resuenen en todos los que lean su nota.
Un cordial saludo en Alianza
Susana Angélica
Gracias Padre Joaquin por esta nota.
Cuál es la estrategia que debemos seguir?
Deben haber muchas, en el mundo en el que yo vivo creo que hoy mas que nunca debemos ser parte integral de nuestra parroquia, Qué significa esto? Todos Schoenstattiano debe y tiene que estar activamente participando en los diferentes grupos de su parroquia, debe ser parte de los apostolados de su parroquia. No podemos ser parroquianos de Domingo y la semana entera dedicarla a nuestra vida en y rodeados solo de grupos de Schoenstatt. Nuestro Padre Fundador nos pide ser el corazón de la Iglesia, lo somos? Quizas en algunas parroquias sea así, pero de seguro que en la mayoria no participamos en nada. Cual es la estrategia?
Simple, ser el corazón de mi parroquia, que mi espiritualidad schoenstattiana inunde mi parroquia, que mi anhelo por esa pradera asoleada sea contagiada a cada parroquiano, que mi deseo de misionar sea expandido a cada uno de los parroquianos. Como empiezo? Siendo voluntario de lo que hoy existe en mi parroquia, ayudar.