Publicado el 2013-11-15 In Temas - Opiniones

“Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mateo 5:48)

Mary Lou Hubly.«Perfectos»… ¿Realmente?… Siempre me pregunté como encaja la «perfección» en mi vida de madre y esposa cristiana… ¿Qué debería pensar o sentir cuando Nuestro Señor me pide esto? ¿Se perdió algo en la traducción? Internamente me pregunto, ¿realmente quiere decir «perfecto» en hebreo, griego o arameo?

“…En sentido estricto es imposible que la criatura tenga la perfección de Dios. Por lo tanto, el Señor quiere decir aquí que la perfección divina debe ser el modelo al que ha de tender el cristiano, sabiendo que hay una distancia infinita con su Creador. Sin embargo, esto no disminuye la fuerza de esta exigencia sino que arroja más luz sobre ella. Es una exigencia difícil de cumplir…” (Comentario de la Biblia de Navarra, Mateo 5:48 Pág. 69)

…»la fuerza de esta exigencia”…

Mi corazón trastabilla al leer o escuchar esta palabra… “¿Perfecto?”.

A veces pienso que esto ¿debe ser un artilugio? Somos seres humanos, averiados y lejos de ser perfectos. Por eso me pregunto…

Es realmente un deseo, tanto humano como sagrado. No quisiera ser menos, considerando mis deseos naturales y supernaturales, ¡así como también mi propio ego!

Mire por donde mire parece haber mucho por mejorar, por dentro y por fuera, en lo que me rodea diariamente.

Perfectamente desordenado

En este preciso momento mi cocina está perfectamente desordenada. Si los invitara a nuestra granja, podrían ver graneros perfectamente cubiertos de barro. El escritorio desde donde les escribo es un perfecto desbarajuste. La ropa limpia no esta prolijamente acomodada en los estantes, pero sí está perfectamente apilada… ni siquiera en canastas, sino sobre el piso. El refrigerador está en perfecto orden luego de que se lo limpia ¡hasta que alguien lo abre para buscar alguna fruta prohibida!

Como vivimos en una calle rural cubierta con gravilla, nuestro vehiculo esta casi siempre cubierto de polvo. Recuerdo haber llevado a mi familia a una peregrinación al Santuario, de esas que siempre son vivificantes y llenas de ansias de gracias. Cuando llegamos, la primera persona que encontramos le dio a mi hija algo de dinero para que pudiéramos llevar el auto al lavadero. Nosotros teníamos que hacer una parada en el próximo Santuario antes de que pudiéramos llegar al lavadero. Cuando finalmente llegamos, una muy querida amiga también se percató de la suciedad del auto y nos dijo que eso era “polvo sagrado” que habíamos traído desde Minnesota. Yo sonreí mientras las lágrimas corrían por mis mejillas. Estábamos, y aún continuamos, perfectamente cubiertos de polvo casi siempre.

Y luego tenemos valores interiores mucho más importantes; temas del corazón: las relaciones- Con Dios, con el prójimo y con uno mismo- las luchas de los temperamentos y el esfuerzo espiritual… algunas experiencias son sencillas y amorosas, otras difíciles e incómodas, perfectamente complicadas. Mi oración de vida, la cosa de la que todo lo demás depende, es a veces una rápida mirada de amor hacia Jesús antes de sumergirme en los quehaceres de la vida cotidiana; o un momento de tranquilidad inesperado en el que puedo comenzar a disfrutar de la gracia de la contemplación hasta que escucho a alguien diciendo: mamá… Perfectamente interrumpida.

Nuestro “perfecto” Santuario Hogar

Finalmente, y por sobre todo lo demás, se encuentra nuestro santuario hogar, el lugar sagrado de nuestra familia. Generalmente allí encontrarás muchas fotos sin enmarcar, viejos fósforos al lado de la vela derramada y flores secas por aquí y por allá. También hay una hermosa imagen del Espíritu Santo tallada en madera que se ha caído de la pared y ha quedado apoyada sobre la cruz. …El Teléfono del Padre es la única cosa que permanece es perfecto orden ya que todos colocan al final la primer tarjeta que han extraído para sacar una nueva en busca de un mensaje que les guste más. Nuestro vaso está perfectamente lleno, casi desbordándose.

…”debemos tener en cuenta la enorme ayuda que la gracia nos da como para querer disponernos a alcanzar la perfección divina. Desde luego que esta perfección que debemos imitar no hace referencia al poder y la sabiduría de Dios, que están completamente fuera de nuestro alcance. Aquí el contexto parece hacer referencia principalmente al AMOR Y LA COMPASIÓN» (Biblia de Navarra, Mateo 5:48 comentarios Pág. 68-69).

Mi cocina

Ahora puedo regresar a mi cocina… hemos alimentado tantas pancitas pequeñas y en desarrollo alrededor de nuestra “mesa de sacrificio”. ¡Los hambrientos siempre han sido alimentados! Este cuarto ha sido el centro de actividades de nuestra familia. Comida, bebidas, tantas discusiones familiares, cortes de cabello, tantos apósitos protectores colocados, anuncios de compromiso, festines así como también ¡tantos tazones de cereales preparados para la cena! Tanto crecimiento físico, emocional y espiritual tuvo lugar alrededor de una comida. Dos veces fue el lugar en donde pudimos alimentar a un indigente. Nuestra cocina ha sido el epicentro de la vida yendo y viniendo, hijos pequeños creciendo y convirtiéndose en adultos; niños pequeños ayudándome con los platos, barriendo al compás de una canción y un beso, o jugando a la rayuela en invierno (podíamos escribir los números en los cuadrados de linóleo). Este era el lugar en donde ocurrían muchas discusiones morales, no del tipo de catequismo, sino de sentimientos verdaderos, opiniones, experiencias y aprendizajes conjuntos. A veces, tarde en la noche, mi esposo y yo hacíamos palomitas de maíz luego de que los niños se dormían y nos sentábamos en nuestra tranquila cocina tan solo contemplándonos y compartiendo lo vivido durante el día. Los bancos de roble a cada lado de la mesa de la cocina ahora rechinan como los bancos de la iglesia. “Amor y compasión” parecen decir.

Nuestra granja

Nuestra granja es nuestro sustento. Y está llena de vida: cerdos, vacas, ovejas, pollos, conejos, tantas criaturas… todas ellas regalo de nuestro Padre quien nos ha ayudado a sostener y hacer crecer a nuestra familia. No deseo un día libre, agradezco cada bendición. Más veces de las que se imaginan me he encontrado en la puerta trasera de casa algún cerdo que se había escapado del corral, estando solo yo (nacida y criada en la ciudad) para encontrar la manera de llevarlo de nuevo al establo. ¡“Mphc”! De hecho, muchos de los animales de la granja me escuchan decir “Mphc” a tal punto que algunos responden a ello (en realidad no), pero realmente el “cuidado perfecto” vino a mi rescate más veces que las que recuerdo. ¿Quién más podría hacerse cargo de tanto trabajo? ¡Y qué bendición ha sido criar una familia numerosa con tanto espacio! Los niños trepando a los árboles, jugando en los graneros, trabajando. No creo que haya pasado un año sin heridas por una caída de bicicleta, o sin uñas moradas por algún pisotón, o sin que algún conductor novato golpee a un ciervo, o sin que papá atrapase a un niño cubierto de estiércol. Cuando nos sentíamos agobiados, Dios nos enviaba un hermoso arco iris doble (todos sabemos ahora por donde buscarlo) tras una lluvia refrescante y nuestros corazones podían sentir realmente nuestra Alianza de “Amor y Misericordia”.

Mi escritorio

Aquí esta mi escritorio… ¡perfectamente desordenado! Pareciera que siempre estoy buscando algún número telefónico perdido, esa dirección que anoté en un papelito, el certificado de materias rendidas de la facultad, la planilla de impuestos que siempre evade mi sistema de llenado, alguna receta médica, etc. Todos vivimos en un mundo lleno de papeles y digitalizado, de copias en papeles y software, de términos nuevos y en las nuevas playas de la tecnología, y cada vez hay más información y es tanta que se vuelve imposible asimilarla toda. Pero me apasiona leer, escribir, aprender y moldear todo esto para nuestros niños. Nuestro amor puede atravesar el mundo ahora. Me gusta imaginarme a San Pedro y a San Pablo tras el teclado. También puede parecer una prisión; sin embargo, aún así, como parte de nuestra vida humana cristiana, el amor y la misericordia se encuentran sobre el escritorio. Sé que EL está aquí también.

El cuarto de lavado

Nuestro cuarto de lavado, que tiene alrededor de 1, 5 mts. de ancho y 1 mts. de largo, es el lugar que más frecuento cuando tengo que pensar si este trabajo es fastidioso o una dulzura. Cuanta suciedad ha pasado por el ciclo de lavado y se ha ido por las cañerías, solo para aparecer una vez más; en un esfuerzo constante por la limpieza… ¡olvídate de la perfección! Sin embargo, mis mejores recuerdos y mi experiencia de lavado aún se encuentra doblando pañales para el bebé, doblando los piyamas limpios para que los más pequeños se duerman con facilidad y doblando las sábanas limpias para que podamos descansar sobre ellas. Los jeans generalmente aquí están tan sucios, que a veces estoy tentada de tirarlos. Pero en realidad siempre salen limpios del lavarropas. Nunca pude resistirme a poner una medida más de jabón en el lavarropas en vez de la medida necesaria… ¡eso tal vez sea perfección psicológica! Lavar la ropa es a veces mi mejor manera de rezar por mi familia a medida que les voy doblando a cada uno sus prendas. Rezo por que todos sientan en sus vidas el amor y la misericordia cuando se vayan de aquí.

Amor comprometido

Si el centro de nuestra casa es la cocina, creo que podría decir que el centro de nuestra familia es el amor comprometido que comparto con mi marido, o los corazones que laten al unísono (casi siempre). El amor del matrimonio es probablemente el lugar más profundo donde puedo experimentar humanamente las gracias tangibles del amor y la misericordia. ¡La perfección de ser tan imperfectos! Esto puede ser algo muy natural, y en los tiempos en que vivimos, también puede ser todo un desafío. Mi esposo tiene que salir de casa para poder alimentar en esa cocina todas las vidas que nos han encomendado. Esto implica que estamos separados la mayor parte del día. Todavía no creo que este haya sido el plan original de Dios. Creo que el creo a los esposos para que estén juntos todos los días y siempre. Así que cada día comienza con un sacrificio. Al final del día, el tener a toda la familia reunida nuevamente, las charlas se vuelven muy ruidosas; habla el que tiene la voz más fuerte… ¡perfectamente fragmentadas! Pero entre el beso de despedida en la mañana y el beso de bienvenida en la noche, un corazón llevó al otro todo el día y sintió un anticipo del fin de la separación y por ende la unión perfecta, o el cielo.

Amor y misericordia

El amor y la misericordia son una perfecta unidad en Dios, una unidad que no puede separarse. Nuestro mundo no hace que obtengamos estas gracias muy fácilmente. Pero nuestra Alianza de Amor y nuestro Santuario Hogar no solo lo hacen más fácil sino que lo hacen exuberante, lleno de gracia, interminable y es una bendición que todos conocemos y que hemos experimentado. Nunca puede haber demasiados abrazos o besos, o palabras o actos de amor en demasía. También hay un perdón infinito por las faltas y errores cometidos.

Si Jesús nos enseña a “ser perfectos” como nuestro Padre del Cielo es perfecto… sólo puedo pensar que sea esto: amor y compasión, y que Su gracia nos permita experimentar esto humana y divinamente. En el santuario que es nuestra casa y en el santuario que es nuestra familia, me siento muy bendecida al saber lo que podría significar ser perfecto en esta vida, al menos para mí. Trato de pensar en la “perfección” en la esperanza de mi propia experiencia de la visión beatífica. Tal vez mi nube seguirá teniendo partículas de polvo, suciedad, lágrimas y cosas mundanas. ¿Cómo más podría acercarme y unirme a este Padre tan amoroso, Dios?

Original: inglés- Traducción: Carolina Aguirre J., Oberá, Misiones, Argentina

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicado el In Temas - Opiniones

“Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mateo 5:48)

Mary Lou Hubly.«Perfectos»… ¿Realmente?… Siempre me pregunté como encaja la «perfección» en mi vida de madre y esposa cristiana… ¿Qué debería pensar o sentir cuando Nuestro Señor me pide esto? ¿Se perdió algo en la traducción? Internamente me pregunto, ¿realmente quiere decir «perfecto» en hebreo, griego o arameo?

(más…)

3 Responses

  1. Laura Elizondo de Brezovsky dice:

    Gracias por lo compartido!me siento totalmente identifacada con tu testimonio,llevo 26 años de casada con el amor de mi vida tengo 7 hijos 5 conmigo y dos en el cielo.Mi Santuario hogar es igual al tuyo,y millones de veces me pregunté que querría decir Jesús con ser perfectos y me enredaba en pensamientos inútiles,con el tiempo nuestra Señora me hizo ver esta cuestión de una manera muy sencilla:cuan felíz me hacía el abrazo de mis hijos aunque jugando se hubieran caido al barro,o el de mi esposo lleno de polvo cuando llega de trabajar,lo que importa es el abrazo.A nuestro Padre amorosísimo le importan nuestros abrazos hechos orac ión,compañía,escucha,paciencia,amor… bendiciones desde Argentina!!

  2. Fam. Infante Martínez dice:

    Gracias por compartir algo de su vida con todos nosotros.
    Dios les siga bendiciendo y la Mater les siga acompañando ‘perfectamente’, lo mismo que a todos los que han sellado su Alianza de Amor… ¡Mphcev!

  3. Cristina Arana de Sanguinetti dice:

    Mary Lou:

    Te agradezco el bellísimo artículo que escribiste. Me vi reflejada en muchas cosas…exceptuando que no tengo todos los animalitos que te rodean a vos y a tu familia.
    Mi escritorio está como el tuyo…tammbién tengo en él, papelitos con frases de santos, del Padre Kentenich, de los hijos del Padre que me gustaron y llegaron mucho, así puedo transmitirselas a otros.
    Necesitaría un escritorio más grande, pero no hay donde ponerlo. Más grande sería, más papelitos tendría…
    Muy interesante tu concepto sobre el ser perfecto. Como el Padre diré: hacer lo ordinario extraordinariamente bien.
    Un gran cariño desde la Argentina…me reí mucho con el polvo sobre la camioneta…
    Cristina

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *