Publicado el 2014-11-17 In Francisco - Mensaje

La tentación del microclima eclesiástico

org. Todos los estamentos de la Iglesia, y otros muchos de fuera de ella, creyentes o no, han recibido las palabras claras y esperanzadoras, a la vez que motivadoras de Francisco, para asumir la responsabilidad que todos tenemos de construir un mundo de acuerdo al querer de Dios, en la fuerza del Espíritu y por la senda de Cristo. Cardenales y obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, novicios y seminaristas, familias, jóvenes y ancianos, comunidades e instituciones han recibido esta propuesta de salir “a la calle”, a llevar no una esperanza utópica, sino en hechos concretos, en proyectos evangelizadores de vida al hombre, esté este donde esté, y si es en la “periferia”, allí mismo, con todos los riesgos y peligros que conlleva. Prefiero una iglesia accidentada porque sale a servir, que enferma por ensimismamiento, nos repite constantemente. Testimonio de todo esto está en el apartado de Schoenstatt.org, donde se van seleccionando semana a semana, textos que nos impulsan en nuestra propia peregrinación hacia el Jubileo 2014. Sin duda, que siendo nosotros Iglesia, también estas palabras van dirigidas a nosotros. ¡Cómo se alegraría el Padre con este impulso misionero que se nos regala desde el corazón mismo de la Iglesia! (P. José María García)

Cuando uno se va encerrando en el pequeño mundito, el mundito del movimiento, de la parroquia, del arzobispado, o acá, el mundito de la Curia, no se ve la verdad.

A Schoenstatt en al audiencia jubilar

En la vida debemos luchar tanto contra las tentaciones que tratan de alejarnos de esta actitud de servicio. La pereza lleva a la comodidad: servicio a mitad; y al adueñarnos de la situación, y de siervo convertirse en patrón, que lleva a la soberbia, al orgullo, a tratar mal a la gente, a sentirse importantes ‘porque soy cristiano, tengo la salvación, y tantas cosas así. Que el Señor nos dé estas dos gracias grandes: la humildad en el servicio, a fin de que podamos decir: ‘Somos siervos inútiles – pero siervos – hasta el final; y la esperanza en espera de la manifestación, cuando el Señor venga a encontrarnos.

Misa en Santa Marta, 11.11.2014

Esta periferia no podía llegar al Señor, porque este círculo – pero con tanta buena voluntad, ¡eh! – cerraba la puerta. Y esto sucede con frecuencia, entre nosotros los creyentes: cuando hemos encontrado al Señor, sin que nosotros nos demos cuenta, se crea este microclima eclesiástico. No sólo los sacerdotes, los obispos, también los fieles: ‘Pero nosotros somos aquellos que están con el Señor. Y de tanto mirar al Señor no vemos las necesidades del Señor: no miramos al Señor que tiene hambre, que tiene sed, que está en prisión, que está en el hospital. Aquel Señor, en el marginado. Y este clima hace tanto mal».

Misa en Santa Marta, 17. 11. 2014

Cuando en la Iglesia los fieles, los ministros, se vuelven un grupo así… no eclesial, sino ‘eclesiástico’, de privilegio de cercanía al Señor, tienen la tentación de olvidar al primer amor, ese amor tan bello que todos nosotros hemos tenido cuando el Señor nos ha llamado, nos ha salvado, nos ha dicho: ‘Pero te quiero tanto’. Ésta es una tentación de los discípulos: olvidar el primer amor, o sea olvidar también a las periferias, donde yo estaba antes, incluso si debo avergonzarme. (…)Pidamos al Señor la gracia que todos nosotros, que tenemos la gracia de haber sido llamados, jamás, jamás, jamás nos alejemos de esta Iglesia. Que jamás entremos en este microclima de los discípulos eclesiásticos, privilegiados, que se alejan de la Iglesia de Dios, que sufre, que pide salvación, que pide fe, que pide la Palabra de Dios. Pidamos la gracia de ser pueblo fiel de Dios, sin pedir al Señor ningún privilegio, que nos aleje del pueblo de Dios.

Misa en Santa Marta, 17.11.2014

Un cristiano que recibe el don de la fe en el Bautismo, pero que no lleva adelante este don por el camino del servicio,  se convierte en un cristiano sin fuerza, sin fecundidad. Y al final se convierte en un cristiano para sí mismo, para servirse a sí mismo. De modo que su vida es una vida triste, puesto que tantas cosas grandes del Señor son derrochadas. La pereza nos aleja del servicio y nos lleva a la comodidad, al egoísmo. Tantos cristianos así… son buenos, van a Misa, pero el servicio hasta acá… Y cuando digo servicio, digo todo: servicio a Dios en la adoración, en la oración, en las alabanzas; servicio al prójimo, cuando debo hacerlo; servicio hasta el final, porque Jesús en esto es fuerte: ‘Así también ustedes, cuando habrán hecho todo aquello que les ha sido ordenado, ahora digan somos siervos inútiles’. Servicio gratuito, sin pedir nada.

Misa en Santa Marta, 11.11.2014

Vosotros, en esta profesión (de expertos contables) están al lado de las empresas, pero también de las familias y los individuos, para ofrecerles la experiencia económica y financiera. Los exhorto a que actúen siempre con responsabilidad, fomentando relaciones de lealtad, de justicia y, si es posible, de fraternidad, haciendo frente con valentía a los problemas, especialmente los de los más débiles y los más pobres. No es suficiente dar respuestas concretas a interrogantes económicos y materiales; hay que fomentar y cultivar una ética de la economía, las finanzas y los mercados laborales; es necesario mantener vivo el valor de la solidaridad como una actitud moral, que demuestra nuestro compromiso con el otro en todas sus legítimas demandas.

Al congreso de expertos contables, Roma, 13.11.2014

Si queremos entregar a las generaciones futuras un patrimonio ambiental, económico, cultural y social mejor del que hemos recibido estamos llamados a asumir la responsabilidad de actuar en pro de una globalización de la solidaridad. Y la doctrina social de la Iglesia nos enseña que el principio de solidaridad se lleva a cabo en armonía con el de subsidiariedad. Gracias al efecto de estos dos principios los procesos están al servicio del ser humano y crece la justicia, sin la cual no puede haber una paz verdadera y duradera.

Al congreso de expertos contables, Roma, 13.11.2014

 

 


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La tentación del microclima eclesiástico

org. Todos los estamentos de la Iglesia, y otros muchos de fuera de ella, creyentes o no, han recibido las palabras claras y esperanzadoras, a la vez que motivadoras de Francisco, para asumir la responsabilidad que todos tenemos de construir un mundo de acuerdo al querer de Dios, en la fuerza del Espíritu y por la senda de Cristo. Cardenales y obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, novicios y seminaristas, familias, jóvenes y ancianos, comunidades e instituciones han recibido esta propuesta de salir “a la calle”, a llevar no una esperanza utópica, sino en hechos concretos, en proyectos evangelizadores de vida al hombre, esté este donde esté, y si es en la “periferia”, allí mismo, con todos los riesgos y peligros que conlleva. Prefiero una iglesia accidentada porque sale a servir, que enferma por ensimismamiento, nos repite constantemente. Testimonio de todo esto está en el apartado de Schoenstatt.org, donde se van seleccionando semana a semana, textos que nos impulsan en nuestra propia peregrinación hacia el Jubileo 2014. Sin duda, que siendo nosotros Iglesia, también estas palabras van dirigidas a nosotros. ¡Cómo se alegraría el Padre con este impulso misionero que se nos regala desde el corazón mismo de la Iglesia! (P. José María García)

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