Publicado el 2014-03-04 In Francisco - Mensaje

La tonalidad de la vida cristiana

org. Todos los estamentos de la Iglesia, y otros muchos de fuera de ella, creyentes o no, han recibido las palabras claras y esperanzadoras, a la vez que motivadoras de Francisco, para asumir la responsabilidad que todos tenemos de construir un mundo de acuerdo al querer de Dios, en la fuerza del Espíritu y por la senda de Cristo. Cardenales y obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, novicios y seminaristas, familias, jóvenes y ancianos, comunidades e instituciones han recibido esta propuesta de salir “a la calle”, a llevar no una esperanza utópica, sino en hechos concretos, en proyectos evangelizadores de vida al hombre, esté este donde esté, y si es en la “periferia”, allí mismo, con todos los riesgos y peligros que conlleva. Prefiero una iglesia accidentada porque sale a servir, que enferma por ensimismamiento, nos repite constantemente. Testimonio de todo esto está en el apartado de Schoenstatt.org, donde se van seleccionando semana a semana, textos que nos impulsan en nuestra propia peregrinación hacia el Jubileo 2014. Sin duda, que siendo nosotros Iglesia, también estas palabras van dirigidas a nosotros. ¡Cómo se alegraría el Padre con este impulso misionero que se nos regala desde el corazón mismo de la Iglesia! (P. José María García)

SEMANA 10/2014

 

«Me presento a la puerta de su casa…»

Primeras palabras  de la carta a las familias

La vida cristiana no es una ventaja comercial, simplemente seguir a Jesús. … Es como si dijese: ‘Sí, ustedes han dejado todo y recibirán aquí, en la tierra, muchas cosas: ¡pero con persecución!’. Como una ensalada con el aceite de la persecución: ¡siempre! Esta es la ganancia del cristiano y este es el camino de quien quiere ir detrás de Jesús, porque es el camino que Él recorrió: ¡Él fue perseguido! Es el camino del abajamiento. Aquello que Pablo dice a los Filipenses: ‘Se abajó. Se hizo hombre y se abajó hasta la muerte, la muerte de cruz’. Esta es precisamente la tonalidad de la vida cristiana.  Así también en las Bienaventuranzas, cuando Jesús dice: ‘Bienaventurados cuando los injurien, los persigan por mi causa’, la persecución es una de las Bienaventuranzas. Los discípulos inmediatamente después de la venida del Espíritu Santo, comenzaron a predicar y se iniciaron las persecuciones: Pedro fue a la cárcel, Esteban fue asesinado y después tantos discípulos hasta el día de hoy. ¡La Cruz  está siempre en el camino cristiano! Nosotros  tendremos muchos hermanos, muchas hermanas, muchas madres, muchos padres en la Iglesia, en la comunidad cristiana, pero también tendremos la persecución. Porque el mundo no tolera la divinidad de Cristo. No tolera el anuncio del Evangelio. No tolera las Bienaventuranzas. Y así se produce la persecución: con la palabra, las calumnias, las cosas que decían de los cristianos en los primeros siglos, las difamaciones, la cárcel… Nosotros olvidamos fácilmente. Pensemos en tantos cristianos, hace 60 años, en los campos, en las prisiones de los nazis, de los comunistas: ¡tantos! ¡Por ser cristianos! También hoy… ‘Pero hoy tenemos más cultura y no pasan estas cosas’. ¡Pasan! Y yo les digo que hoy en día hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia.”

Santa Marta, 4.4.

En el Evangelio de Lucas vemos que la Virgen y San José, según la Ley de Moisés, llevaron al Niño al templo para ofrecérselo al Señor, y dos ancianos, Simeón y Ana, impulsados por el Espíritu Santo, fueron a su encuentro y reconocieron en Jesús al Mesías (cf. Lc 2,22-38). Simeón lo tomó en brazos y dio gracias a Dios porque finalmente había “visto” la salvación; Ana, a pesar de su avanzada edad, cobró nuevas fuerzas y se puso a hablar a todos del Niño. Es una hermosa estampa: dos jóvenes padres y dos personas ancianas, reunidas por Jesús. ¡Realmente Jesús hace que generaciones diferentes se encuentren y se unan! Él es la fuente inagotable de ese amor que vence todo egoísmo, toda soledad, toda tristeza. En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables: las comidas, el descanso, las tareas de la casa, la diversión, la oración, las excursiones y peregrinaciones, la solidaridad con los necesitados… Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y el amor auténtico nos lo da Jesús: Él nos ofrece su Palabra, que ilumina nuestro camino; nos da el Pan de vida, que nos sostiene en las fatigas de cada día.

Carta a las familias (publicada el 25 de febrero)

Hoy día, por la economía que se ha implantado en el mundo, donde en el centro está el dios dinero y no la persona humana, todo lo demás se ordena y lo que no cabe en ese orden se descarta. Se descartan los chicos que sobran, que molestan o que no conviene que vengan. Los obispos españoles me decían recién la cantidad de abortos, del número, yo me quedé helado. Ellos tienen allí los censos de eso. Se descartan los viejos, tienden a descartarlos. En algunos países de América Latina hay eutanasia encubierta, hay eutanasia encubierta, porque las obras sociales pagan hasta acá, nada más y los pobres viejitos… como puedan. Recuerdo haber visitado un hogar de ancianos en Buenos Aires, del Estado, donde estaban las camas llenas; y, como no había más camas, ponían colchones en el suelo y estaban los viejitos ahí. Un país ¿no puede comprar una cama? Eso indica otra cosa, ¿no? Pero son material de descarte. Sábanas sucias, con todo tipo de suciedad, sin servilletas, y los viejitos comían ahí, se limpiaban la boca con la sábana. Eso lo vi  yo, no me lo contó nadie. Son material de descarte, pero eso se nos mete dentro y acá caigo en lo de los jóvenes.

Discurso a los miembros de la Pontificia comisión para América Latina

Si se deja a Dios el lugar que le espera, o sea el primer lugar, entonces su amor conduce a compartir también las riquezas, a ponerlas al servicio de proyectos de solidaridad y de desarrollo, como demuestran tantos ejemplos, también recientes, en la historia de la Iglesia. Y asi, la Providencia de Dios pasa a través de nuestro servicio a los demás, nuestro compartir con los demás. Si cada uno de nosotros no acumula riquezas solamente para sí sino que las pone al servicio de los demás, en este caso la Providencia de Dios se hace visible como un gesto de solidaridad. Si en cambio alguien acumula solo para sí, ¿qué le pasará cuando será llamado por Dios? No podrá llevarse las riquezas consigo porque -sepan- la mortaja ¡no tiene bolsillos! Es mejor compartir, porque solamente llevamos al cielo aquello que hemos compartido con los demás.
El camino que Jesús indica puede parecer poco realista con respecto a la mentalidad común y a los problemas de la crisis económica; pero, si pensamos bien, nos conduce a la escala justa de valores. Él dice: “¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?” (Mt 6,25). Para hacer que a nadie le falte el pan, el agua, el vestido, la casa, el trabajo, la salud, es necesario que todos nos reconozcamos hijos del Padre que está en el cielo y por lo tanto hermanos entre nosotros, y nos comportemos consecuentemente. Esto lo recordé en el Mensaje para la Paz del 1 de enero: el camino para la paz es la fraternidad: este caminar juntos,compartir las cosas.

Angelus 2. 3.

El momento actual, en el que las mediaciones de la fe son cada vez más escasas y no faltan dificultades para su transmisión, exige poner a vuestras Iglesias en un verdadero estado de misión permanente, para llamar a quienes se han alejado y fortalecer la fe, especialmente en los niños. Para ello no dejéis de prestar una atención particular al proceso de iniciación a la vida cristiana. La fe no es una mera herencia cultural, sino un regalo, un don que nace del encuentro personal con Jesús y de la aceptación libre y gozosa de la nueva vida que nos ofrece. Esto requiere anuncio incesante y animación constante, para que el creyente sea coherente con la condición de hijo de Dios que ha recibido en el bautismo. Despertar y avivar una fe sincera, favorece la preparación al matrimonio y el acompañamiento de las familias, cuya vocación es ser lugar nativo de convivencia en el amor, célula originaria de la sociedad, transmisora de vida e iglesia doméstica donde se fragua y se vive la fe.Una familia evangelizada es un valioso agente de evangelización, especialmente irradiando las maravillas que Dios ha obrado en ella. Además, al ser por su naturaleza ámbito de generosidad, promoverá el nacimiento de vocaciones al seguimiento del Señor en el sacerdocio o la vida consagrada.

A los obispos españoles, 3.3.2014

Cuántos jóvenes sienten en sus corazones esta ‘llamada’ a acercarse a Jesús, y están emocionados, no se avergüenzan de ponerse de rodillas delante de Él, de dar una demostración pública de su fe en Jesucristo y quieren seguirlo, pero, cuando tienen el corazón lleno de otra cosa y no son lo suficientemente valientes como para vaciarlo, dan marcha atrás, y aquella alegría se convierte en tristeza. También hoy hay muchos jóvenes que tienen vocación, pero a veces hay algo que los detiene: Tenemos que orar para que los corazones de estos jóvenes puedan vaciarse, vaciarse de otros intereses, otros amores, para que el corazón se vuelva libre. Y esta es la oración por las vocaciones: ‘Señor, envíanos, envíanos monjas, envíanos sacerdotes, defiéndelos de la idolatría, de la idolatría de la vanidad, de la idolatría de la soberbia, de la idolatría del poder, de la idolatría del dinero’. Y nuestra oración es para preparar estos corazones para que puedan seguir de cerca a Jesús.

Santa Marta, 3.3.2014

La sociedad de hoy tiene una gran necesidad de un estilo de vida que refleje la novedad que nos ha donado el Señor Jesús: hermanos que se quieren a pesar de las diferencias… Este testimonio hace nacer el deseo de involucrarnos en la gran parábola de la comunión que es la Iglesia

A los obispos amigos del Movimiento de Focolares, 27.2.2014

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  • El objetivo de la peregrinación
    es la renovación de la Alianza de Amor
    en su fuerza plasmadora y misionera;
    la que se manifestará -hacia dentro de Schoenstatt-,
    en la renovación de la Familia
    y -hacia fuera-, en la plasmación de una Cultura de Alianza.

    Documento de Trabajo 2014


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