Asado campestre en Casa Madre de Tupãrenda

PARAGUAY, Ani Souberlich •

Hace tiempo que deseábamos que más personas en nuestro propio país conozcan nuestra casa y tomaran contacto con los chicos participantes del programa, donde ellos mismos contaran sobre su día a día. Ese compartir, ese encuentro de corazones, donde muchas más personas sean parte del apoyar y ayudar esta obra tan grande de misericordia, pues, es muy distinto sólo oír hablar de algo que estar realmente en el lugar y como decía nuestro Padre José Kentenich “sólo se ama lo que se conoce”. —

Así surgió una idea desde Fundaprova – Patrocinador legal de Casa Madre de Tupãrenda (CMT) – de organizar un almuerzo de recaudación de fondos para el sosteniendo de los gastos de este programa de reinserción social de jóvenes que salen del centro educativo de menores infractores (En otras palabras, la cárcel). La idea prendió rápidamente en todos y fue captando nuevos colaboradores para la organización del evento. A medida que pasaban los días se veía el entusiasmo para este evento, como un día de encuentro familiar del que se haga tradición. Los colaboradores fueron donando ensaladas, carne para el asado, mandioca y la infaltable sopa paraguaya, así reduciendo los gastos de toda la organización.

Equipo organizador

Todos quisieron colaborar

Por fin llegó el anhelado domingo 23 de julio, un día radiante, que a pesar de estar en pleno invierno tuvimos un clima primaveral. El punto de encuentro era nuestra Casa Madre de Tupãrenda, desde las 07:30 hs se empezaron a colgar los coloridos banderines, se vistieron las mesas con sus manteles blancos y verdes, adornando así el lugar en un ambiente festivo. Los equipos de trabajo cumpliendo su tarea con dedicación, fijándose en cada detalle. Los adolescentes participantes del programa estuvieron en todo momento colaborando para dejar todo listo a tiempo.

Los “Hombres Valientes” llegaron desde Ciudad del Este, el P. Pedro desde el celular

Así desde las 9hs se respiraba en el aire el olor a asado cocinándose a fuego lento, por el grupo de “Hombres Valientes de la Mater” que vinieron desde Ciudad del Este a dar una mano. A las 11:30hs empezaron a llegar los primeros comensales, llenando la casa de alegría bulliciosa.

Como siempre el P. Pedro Kühlcke, a pesar de la distancia, estuvo presente por video llamada donde pudo saludar a todos recorriendo mesa por mesa.

Estaban también los motociclistas de la Mater, fue todo un encuentro de personas solidarias, misioneras y comprometidas, con la Mater y la Casa Madre de Tuparenda.

Los «Hombres Valientes del Rosario» de Ciudad del Este

El testimonio de los egresados

El almuerzo fue un momento compartido en familia donde el P. Oscar Saldivar, rector del Santuario de Tuparenda, bendijo la mesa con una oración, a continuación se presentaron los adolescentes participantes del programa contando su experiencia y lo que Casa Madre de Tupãrenda significa en sus vidas. También estuvieron egresados del programa de años anteriores, expresando su gratitud a todas las personas presentes y en la distancia, quienes de alguna u otra forma participaron de la transformación en sus vidas. Pidieron que Casa Madre de Tupãrenda pueda seguir brindando esa posibilidad a tantos jóvenes que al salir del centro educativo no tienen dónde ir, para recibir formación profesional y obtener un puesto de trabajo digno y legal. A continuación Santi Cacabelos junto a otros jóvenes animaron la fiesta con hermosos cantos.

Motociclistas misioneros

Familia solidaria

Hay tanto por contar pero sobre todo por agradecer, fue un día lleno de sol y alegría, donde se pudo sentir que la familia es grande y solidaria, que siempre estarán allí para seguir sosteniendo esta gran obra de misericordia. Confiando incluso en los tiempos aún más difíciles con fe y esperanza podremos mirar al cielo y decirle a la Mater, “los tuyos no se hundirán”, y el carro del triunfo seguirá marchando, subiendo en el trayecto a todos los adolescentes deseosos de una oportunidad para cambiar sus vidas, o ser en muchos casos la primera oportunidad, de dejar atrás al hombre viejo, perdido y sin rumbo, para dar vida al hombre nuevo.

GRACIAS a todos los que han podido estar presentes en esta primera edición, a todos los que de alguna u otra manera han apoyado este evento, que ha sido todo un éxito; dejamos tambien la invitación abierta para hacerlo de nuevo y transformalo en el “Asado campestre, es una tradición de Casa Madre de Tuparenda”.

En este gracias queremos extender también a todos los benefactores de la casa, en Paraguay y en el mundo, sin ustedes y el apoyo de la Mater, todo esto no sería posible. ¡Gracias!

Heroes de la cocina

Colaboración: Roberto M. Gonzales @schoenstatt.org