Publicado el 2016-10-22 In Proyectos

18 de octubre de 2016 – Diez años del Colegio Monte Tabor en Madrid

ESPAÑA, Carlos Sainz de los Terreros •

Con una Misa festiva, el 18 de octubre de 2016 se celebró, en Madrid, el 10° aniversario del Colegio Monte Tabor, un centro educativo creado por familias y para la familia. Ofrece educación desde los dos hasta los dieciocho años. Está inspirado en la pedagogía del Padre José Kentenich y desarrolla una forma diferente de educar.

La Misa fue presidida por el Padre Juan Barbudo y concelebraron el P. Jaime Vivancos, el P. Carlos Padilla, el P. José María García de la comunidad de los padres de Schoenstatt y el P. Diogo Barata, Superior de los Padres de Schoenstatt en España; también les acompañó el párroco D. Pablo Salvatierra, de la Parroquia donde está el colegio. Todo el equipo directivo, varias autoridades del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, el patronato, los directores y subdirectores anteriores y la Hna. Mónica María, en representación de las Hermanas de María de Schoenstatt, compartieron este momento con muchas personas que, a lo largo de estos años, han formado parte de la gran familia Monte Tabor.

Este día el Colegio recibió dos grandes regalos: uno es el cuadro que preside, junto con la Santísima Trinidad y la Mater, el frente de la Capilla. Simboliza la Alianza de Amor que un 18 de octubre de 1914 selló el Padre Kentenich con la Virgen María, y que fue donado por la Comunidad de los Padres de Schoenstatt al Colegio. El otro es el Olivo que se encuentra en el patio central, y que simboliza la vida generada en el colegio. Está en el lugar donde, al final de curso, pondremos la escultura de la Sagrada Familia, que se irá conquistando durante todo este año con capital de gracias.

Al final de la Eucaristía, el Comité Directivo entregó los premios Álvaro Ussía, a los Valores y al Esfuerzo y Trabajo académico. Finalmente, todos cantaron un gran ¡Cumpleaños Feliz!, soplaron las velas de la tarta y entonaron el Himno del Colegio con mucha fuerza y entusiasmo.

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Carlos Sainz de los Terreros, uno de los fundadores del proyecto, con ocasión del aniversario, relata sobre el camino recorrido.

Hoy, 18 de octubre de 2016, se cumplen 10 años de la inauguración del colegio Monte Tabor Schoenstatt en Madrid. Es una fecha idónea para echar la vista atrás y recordar cómo nació este proyecto y los momentos más importantes de su desarrollo, hasta alcanzar la feliz realidad en la que se ha convertido: casi mil niños y niñas, setecientas familias, quinientos ex alumnos y casi cien personas trabajando en el colegio, son sólo una parte del profundo impacto que el colegio ha tenido y tendrá en el Movimiento de Schoenstatt en Madrid y en la sociedad en general. No es posible hacer una relación exhaustiva de todas las personas que colaboraron desinteresadamente en el mismo, así que pido de antemano que las ausencias no se me tengan en cuenta; estáis todos en nuestro corazón y sois, o habéis sido, cruciales para que nuestro colegio, que es de todos, se convirtiera en lo que es hoy y lo que representa para tanta gente.

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El impulso inicial

El colegio Monte Tabor nació del impulso conjunto de los Padres de Schoenstatt y de matrimonios de la Federación de Familias, constituidos en la Asociación Civil MTA, junto con otros matrimonios procedentes de la Liga y del Instituto. Recuerdo con claridad el día 18 de octubre de 2001, cuando, junto con Ambrosio y el P. Patricio, viajamos a Valdepeñas para firmar en la notaría de Álvaro Obando, la constitución de la Fundación Tiempos Más Nuevos. Nos movía la ilusión de dar a conocer y extender, lo más ampliamente posible en la sociedad española, el mensaje y la pedagogía de nuestro Padre Fundador, pero no teníamos muy claro cómo hacerlo. Al fin y al cabo, éramos profesionales en lo nuestro pero ignorantes en esas materias.

Contábamos con la ayuda de la Mater y pusimos nuestro proyecto en sus manos, confiando en que nos guiaría en el camino. Fue el comienzo de una etapa de cinco años de ideas, intentos, éxitos y fracasos y, en definitiva, de búsqueda y consolidación del proyecto final. Aún siento la nostalgia de aquellos desayunos de trabajo del patronato, al que se había incorporado otro Carlos (Cremades), en nuestra “oficina”, que no era otra que una cafetería cercana a la casa de los Padres en Serrano, antes de irnos cada uno a nuestros respectivos trabajos. En esas reuniones, discutíamos las iniciativas más variadas, no todas acertadas, pero que Dios quiso que culminaran felizmente en ese primer día de clase del colegio en septiembre de 2006, cuando los primeros alumnos entraron en el colegio Monte Tabor–Schoenstatt, aún con olor a pintura fresca.

g0150Es un proyecto de María

Sin querer ser exhaustivo en los pasos que se dieron y las dificultades que surgieron en el camino, una cosa sí tuvimos clara desde el principio: era un proyecto de nuestra Madre y nosotros fuimos sus instrumentos para llevarlo a buen fin. Somos testigos de intervenciones suyas a lo largo de estos años, que sólo se explican desde un firme convencimiento en la Divina Providencia.

Menciono algunos hitos importantes:

  1. La decisión de hacer un colegio concertado, es decir con apoyo público, en lugar de un colegio puramente privado. Lo que por un lado nos imponía claras limitaciones en el programa educativo y en la selección de las familias, por otro, nos abría más a la sociedad y enriquecía su alcance apostólico.
  2. Los momentos críticos de obtención de la financiación y más tarde de tener que construirlo en diez meses desde la nada, ya que el curso debía comenzar inevitablemente en septiembre de 2006.
  3. Las dificultades administrativas, salvadas en algún caso con acontecimientos que no dudo en calificar de milagrosos, como la repetición de las elecciones de 2006 al parlamento autonómico de Madrid, que era clave para obtener el concierto
  4. Los difíciles años iniciales marcados por la necesidad de acoger alumnos de todas las edades, procedentes de múltiples centros, ya que había que llenar el colegio desde el principio para que fuera viable. Esto nos hizo ver otra cara de nuestra misión al ver tantos chicos y chicas a los que pudimos ayudar a encontrar su camino en la vida.

Sin olvidar la persecución mediática y política en los meses anteriores a la apertura, que, a pesar de su dureza y tendenciosidad, o precisamente por ellas, tuvo el efecto positivo de darlo a conocer y dejar bien clara nuestra propuesta educativa como colegio concertado católico. No tengo duda alguna de que contribuyó a atraer a muchas familias al colegio.

También quedará en la memoria de todos nosotros esa caseta de obra en la que Bárbara, Sonsoles, Marta, Mónica, Ana, … fueron capaces de transmitir su pasión y “vender” a 600 familias, todo un colegio en lo que entonces era únicamente un solar con dos grúas. Y tantos otros momentos que no caben aquí pero que sirvieron para demostrarnos que, sin una valedora como la que teníamos en el cielo, nos habríamos quedado a mitad de camino.

_cm36048Momentos que nunca olvidaremos

Siempre sentimos el apoyo de los Padres de Schoenstatt y del Movimiento en general, y también aprendimos lecciones valiosas de los que se oponían. Pero únicamente desde una convicción providencialista se puede entender que hayamos llegado a este aniversario, con un colegio consolidado, plenamente operativo, demandado por los padres y en el que el carisma y la pedagogía del P. Kentenich se reflejan en el día a día de la educación. Sin embargo, somos conscientes de que esto último es un proceso de crecimiento y aprendizaje continuo, del que nunca podremos sentirnos totalmente satisfechos.

Solo dos años después de empezar, la reacción del colegio en bloque frente al asesinato de un alumno, Álvaro Ussia, fue todo un ejemplo de entereza, perdón y actitud cristiana ante el dolor. Y dentro de la profunda pena que sentíamos, nos hizo sentir muy orgullosos de nuestros alumnos, padres y profesores.

Finalmente, tras ocho años de andadura inicial, pudimos coronar a la Virgen como Reina del colegio el 31 de mayo de 2014, a través de un proceso de conquista durante un curso completo, en el que participaron alumnos, padres, personal del colegio y patronato. Estamos seguros de que podemos contar con Ella para que siga protegiendo su obra.

161022-colegio-monte-tabor-12Compromiso

Hablando hace algún tiempo con Sonsoles de nuestra vida, de lo que era importante y lo que no, del trabajo, de los hijos, etc…, los dos coincidimos en que nuestra familia y el colegio eran, sin duda, nuestras dos misiones, a las que ha merecido la pena dedicar nuestros mejores esfuerzos, aunque el resultado de ambas quede, como todas, en las manos de Dios.

No quiero terminar estas líneas sin dejar constancia de nuestro agradecimiento a todo el personal del colegio, muchos incorporados desde el principio y otros, que ya no están en la institución, que con su entusiasmo, profesionalidad y dedicación han hecho posible la espléndida realidad que es hoy el colegio Monte Tabor. También, a todas las personas que creyeron en el proyecto cuando era poco más que un sueño, contribuyendo generosamente con su tiempo, dinero o cualquier otro tipo de ayuda a avanzar y superar los sucesivos obstáculos. En especial, a todas las familias que nos confiaron lo más preciado: la educación de sus hijos, único y verdadero objetivo de nuestro colegio, y a los que esperamos no defraudar nunca.

161022-colegio-monte-tabor-07Con material de la pagina del Colegio

Fotos: Carlos Sainz de los Terreros, P. José María García

Página oficial del Colegio Monte Tabor, Madrid: colegiomontetabor.es

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1 Responses

  1. Kiki Tagle, Santiago, Chile dice:

    Que hermosa nararración de los «10 años del Colegio Monte Tabor» en Madrid. ¡Qué emoción!

    ¡Ayer celebramos con una Eucaristía los 25 años del Colegio Monte Tabor! Habían 12 Padres de Schoenstatt y a los cuatro matrimonios fundadores nos sentamos en primera fila. Fue una experiencia muy emocionante recordar con lo poquito que habíamos empezado y todas las dificultades que habíamos tenido y ver hoy ya 7 generaciones graduadas y unos alumnos que aman su colegio.

    Es emocionante ver lo que significa aplicar la pedagogía del Padre Kentenich y su repercusión en el tipo de alumnos

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