PARAGUAY, Martín Ávila / José Argüello •
Muchas veces, ante eventos adversos en nuestra vida, tendemos a enojarnos con Dios. No podemos comprender como es que siguiendo en su camino, haciendo un esfuerzo para cumplir sus enseñanzas, nos pasan cosas que no entendemos, que no aceptamos, que nos duelen profundamente y duelen a las personas que más amamos.
Una enfermedad, propia o de un familiar o ser querido, una muerte inesperada, la pérdida del empleo, el fracaso de un proyecto porque se trabajó duro, e innumerables otros ejemplos, de cosas que “ponemos” -o no-, en manos de Dios y estas toman un rumbo no deseado, o no planeado.
Ante estas circunstancias, nuestra humanidad despierta sentimientos muchas veces negativos, con uno mismo, con el entorno inmediato de nuestra familia, amigos o compañeros, pero, también con Dios. Tendemos a enojarnos con Él… cuestionarle: ¿Por qué a mí? En ocasiones, nos alejamos, nos olvidamos de los valores que aprendimos de Dios, y, motivada por el dolor, aflora nuestra miseria.
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Aferrado a la Mater Peregrina
El video que compartimos, desde la redacción de schoenstatt.org, refleja el testimonio de un padre ante la desgracia que representa un grave accidente de tránsito de su hija. A este papá, se lo ve aferrado a la Mater Peregrina de la Campaña del Rosario. En el hospital donde está internada su hija, acaba de terminar la misa y el rezo del rosario. La noticia del accidente ha despertado el interés de la opinión pública, y la prensa capta unas palabras del Sr. Jimmy Adorno, quien, para sorpresa de muchos, transmite mucha paz en sus expresiones.
Pide oraciones para su hija, pero también interpela a las autoridades a que ofrezcan mejores condiciones de salud pública. Reflexiona con el periodista y su camarógrafo, lo duro que representa para ellos cubrir este tipo de eventos desgraciados. Menciona que solicitó a su hermano que visite al chofer del ómnibus de transporte público que chocó a su hija para saber en qué situación se encontraba y ponerse -sí, ponerse, el padre de la víctima- a disposición del chofer que le produjo el daño a su hija y ver qué necesita. Dijo que es importante “amar al enemigo”.
El chofer también es un hijo de Dios
Hanna con sus padres
Este padre habla con la paz de quien está aferrado a Dios. La paz de quien está aferrado a María, como se lo ve con la Mater Peregrina en sus brazos, abrazándola fuerte.
El periodista se muestra sorprendido por la serenidad y la empatía con la que afronta este padre su dolor, su desgracia. El padre responde: “el chofer también es un hijo de Dios”.
El dolor de este padre, sostenido y cobijado por una fe inquebrantable, se ha transformado en empatía, en solidaridad. No solo con el chofer del transporte público involucrado, sino también con los familiares de pacientes del hospital público que se encuentran en el albergue sin haber comido aún y para quienes solicita solidaridad de la ciudadanía.
El Alianza solidaria con Hanna
Nos unimos en oración y en Alianza solidaria, con este padre y su hija, Hanna Adorno, quien está luchando por su vida. Que Dios le conceda su pronta recuperación y mucha fortaleza a su familia para acompañar este duro momento de cruz.
