Publicado el 2015-01-11 In Schoenstatt en salida

Cristo nos espera en el IPS

PARAGUAY, Eladio Morel. Todo comenzó un día después del día del padre, aquel 21 de junio 2010. Estaba mi papá internado en IPS (Hospital del Instituto de provisión social) por un problema cardíaco. Recién habíamos recibido nuestras peregrinas en mayo de ese mismo año y algunos misioneros de la modalidad de Salud decidieron ir a visitarme en grupo esa noche después de la Misa en el Santuario que ofrecieron por la salud de mi Papa.

 

Cuando iban subiendo en manada las escaleras hasta el 8° piso donde me encontraba en el alberge, se toparon en el piso 7 con una mamá desesperada que estaba esperando alguna señal de Dios para recibir un milagro por su hijo que estaba internado desde que nació.

Cuando vio esta madre a los jóvenes subir las escaleras con la Virgen en sus brazos, sintió que era la señal que esperaba, no dudó y se acercó al primero, le pidió la peregrina para tomarla en sus brazos y mirarla a los ojos y obviamente pedirle por su hijito que yacía enfermo en aquel hospital. Luego les pidió por favor al grupo de Misioneros si podían pasar antes por el Albergue donde se encontraba ella junto con otras mamás y a partir de ese día la Mater se estableció en ese Hospital.

Todo era solidaridad y amor

A partir de ahí casi todos los días iban en grupo a rezar el rosario y compartir la Palabra de Dios con esas mamás y de a poco se fue extendiendo en los pasillos hasta llegar a más enfermos de otros sectores del hospital; allí se organizaban misas y confesiones; se rezaba el rosario meditado casi todos los días, especialmente los viernes durante todo ese año, donde muchos grupos del Movimiento llegaron a ir.

Fueron los Jóvenes de las Senior 5 y 6 y las chicas de la Profesionales, de la Juventud Femenina Universitaria y algunos amigos también que no eran del Movimiento o que eran de otros movimientos. Las puertas para este apostolado siempre estuvieron abiertas, se conseguían donaciones para el almuerzo de las personas de escasos recursos que estaban con algún internado y que a veces no tenía ni que comer. En los albergues todo era solidaridad y amor, Cristo y su Madre estaban presentes ahí.

El Padre Martín ofició varias Misas en la Terraza invitando a todas las personas que se hallaban en el hospital a participar de la misma y de las confesiones que ofrecía, hasta se formó un coro que acompañaba. En ese hospital nos dimos cuenta que había muchas necesidades y que en verdad las personas de buen corazón no se quedan con los brazos cruzados. Comenzaron a dar su aporte para la compra de remedios que no ofrecía el hospital y hasta el extremo de ayudar a mamás que no tenían dinero para pagar un sitio en el cementerio cuando algún bebé ya no aguantaba y partía para la Casa del Señor.

Y aquella señora que le retuvo a la Mater en la escalera, tuvo que aceptar la triste partida de su bebé al cielo también

Pero desde que hubo la presencia de la Mater y su Hijo en ese albergue descendió la tasa de mortalidad de bebés radicalmente y empezó a verse los primeros milagros. La Mater ya empezaba a derramar sus gracias en aquel hospital donde solo había tristeza y desesperanza porque cada día partía más de un bebé para el cielo y las mamás terminaban destrozadas.

Y aquella señora que le retuvo a la Mater en la escalera, tuvo que aceptar la triste partida de su bebé al cielo también. Pero ya no estaba sola, la Mater estaba con ella, pasó a ser la que más energía ponía y la más voluntariosa y caritativa con todas las personas. Rezaba con muchas ganas esperando un milagro… pero ella vio con los ojos de Dios y de la Mater que su hijo ya iba a un mejor lugar luego de 7 meses de cables conectados y respirador artificial.

Mi papá estuvo 3 meses internado y la Mater también lo ayudo a salir con un Milagro que hizo por él y regresó a nuestro hogar.

El apostolado sigue siempre, fueron cambiando las personas, se iban pasando la posta a nuevas generaciones que tratan de seguir con esto tan lindo que es visitar a los enfermos y dar nuestro tiempo a quien lo necesita. Nosotros no podemos quedarnos con los brazos cruzados en nuestra comodidad diaria; hay que visitar a estas personas porque ahí verdaderamente está Cristo esperándonos con los brazos abiertos.


Fuente: Revista Tuparenda, Nov/Dic 2014

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Cristo nos espera en el IPS

PARAGUAY, Eladio Morel. Todo comenzó un día después del día del padre, aquel 21 de junio 2010. Estaba mi papá internado en IPS (Hospital del Instituto de provisión social) por un problema cardíaco. Recién habíamos recibido nuestras peregrinas en mayo de ese mismo año y algunos misioneros de la modalidad de Salud decidieron ir a visitarme en grupo esa noche después de la Misa en el Santuario que ofrecieron por la salud de mi Papa.

 

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