Publicado el 2014-12-31 In Schoenstatt en salida

Clases de alemán para refugiados en el Centro Schoenstattiano de Herxheim

ALEMANIA, Hna. M. Charissa Frenzl/mda. «El 8 de diciembre comenzamos en la Marienpfalz con un proyecto: alemán para refugiados. Una profesora jubilada que vive en el barrio, dará las lecciones y otro vecino se hará cargo de las personas, de hacer los contactos…Esto se realizará en colaboración con la parroquia y ya otras personas han ofrecido su ayuda como lo hicieron algunos al visitar a dos familias albanesas. Sentimos que tanto entre los refugiados, venidos de 5 países, como también entre los que ofrecen su ayuda, crece la alegría y ésta es justamente la misión de nuestro santuario”, este es el comentario de la Hna. M. Charissa Frenzl publicado en el artículo previo a la Navidad en schoenstatt.org: – Casi un cuento de Navidad: Refugiados en las casas de Schoenstatt. “Nos encantaría si también algo en esta línea fuese posible en el lugar de Schoenstatt. Esto sería – así lo entendemos nosotros- un fruto del Jubileo internacional”, agrega la Hermana M. Charissa. La redacción de schoenstatt.org quiso saber algo más…

La Hermana M. Charissa Frenzl accedió algunos días después a contar más sobre este proyecto en el Centro de Schoenstatt de Herxheim en la región del Palatinado. A continuación su informe:

La señora Meyer vive muy cerca del centro schoenstattiano y asiste casi a diario a la Santa Misa en el Santuario de la alegría. Durante el día en que se reunió el consejo de la parroquia, ella dijo que le gustaría dar clases de alemán a los refugiados. Espontáneamente yo dije: “eso lo pueden hacen en nuestro centro. Ponemos una sala a su disposición. Esto está en la línea de la Santísima Virgen, quién fue una “refugiada” después de la huida a Egipto”.

Ambas le contamos a otras personas sobre esta idea, entre ellos estaban los responsables de la Rama Familiar y por este camino llegó la información a través de un médico al Señor Dudenhöffer. Él vive también en la vecindad.

Comienzo el 8 de diciembre

Poco después, el Señor Dudenhöffer vino al centro y nos relató que él ya había estado en un hogar de refugiados y allí se había encontrado con dos eritreos y dos hombres de Somalia. El encontró muy buena la idea de las clases de alemán y quiso hacer más contactos para llevar a más personas al centro. Nunca nos imaginamos que la realización de esta idea sería una realidad aún en este año 2014. Gracias a su iniciativa, se pudo realizar la primera lección hace algunas semanas atrás.

La Santísima Virgen se preocupó de un buen comienzo el 8 de diciembre. La señora Meyer se enfermó, así es que yo tuve que reemplazarla. Una señora ya mayor de Stuttgart, quién había reservado en nuestro centro una habitación y que planeaba visitar a sus familiares durante el fin de semana, venía acompañada por una enfermera, quién casualmente también era de Eritrea, de manera que podía traducir. El señor Dudenhöffner acompañó a los cuatro hombres y la primera lección comenzó en la “Sonnenau palatina”. Gracias a la traductora, los refugiados se sintieron rápidamente comprendidos y ella nos fue de gran ayuda. Los hombres querían saber cómo se nos había ocurrido esta idea y cuáles eran las expectativas que teníamos de ellos. Les aclaramos que sólo queríamos ayudarles y que era muy importante tener una confianza mutua. Durante la conversación – debíamos llegar a conocernos un poco -, dos de ellos nos hablaron de sus hijos. Uno podía percibir el dolor que había detrás de su historia.

Hablar en mi idioma

Para el próximo encuentro, invité al Padre Elias, un padre benedictino de la Abadía Dormitio de Tierra Santa, que se hospedaba en ese momento en la casa parroquial en Herxheim. En una charla que él dio, contó que hace unos años atrás, había aprendido árabe en Siria. Así surgió un nuevo puente con los dos hombres de Somalia. Hace años atrás, acompañé en el centro schoenstattiano de la Liebfrauenhöhe a cinco grupos de peregrinos con familias de Eritrea y desde ese tiempo que conocía a un sacerdote eritreo. Muy rápidamente llegó su respuesta al E-mail que yo le envié y uno de los refugiados cristianos, que quería hablar con un sacerdote, lo pudo hacer con un compatriota a través del teléfono.

Otra señora de la parroquia tomó contacto con el Sr. Dudenhöffer, diciéndole que le gustaría ofrecer su ayuda. Ella me contó al teléfono que visitaría a ambas familias albanesas. Yo quise preguntarle a nuestra trabajadora de Serbia, si ella conocía a alguien que hablara ese idioma. Para mi gran sorpresa, me contó que ella misma hablaba albanés y nos acompañó como traductora. Las dos familias se alegraron mucho y se sumaron tres nuevos alumnos: dos mujeres y un hombre. Se agregó al grupo otros africanos, de los países ya nombrados y de África Central.

El 18 de diciembre ya eran 11 alumnos con la Señora Meyer.

Antes de Navidad vino a visitarnos una señora de la República de Mauricio, a la que conozco de Friburgo. Ella había sellado este año la Alianza de Amor. Ella habla también francés y conversó con los refugiados de África Central, practicó con uno de ellos un poco de alemán y escuchó sus preocupaciones y deseos.

Una perspectiva para el futuro

No sé de dónde llegaron las bicicletas, pero ellas entraron al patio antes de Navidad con risas y con mucho orgullo y uno pudo sentir cómo en poco tiempo la alegría creció y una nueva perspectiva se abría para el futuro. Las personas están motivadas y agradecidas y eso produce mucha alegría en todos los que han ayudado hasta la fecha con este proyecto.


Original: alemán Traducción: Tita Andras, Viena, Austria

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Clases de alemán para refugiados en el Centro Schoenstattiano de Herxheim

ALEMANIA, Hna. M. Charissa Frenzl/mda. «El 8 de diciembre comenzamos en la Marienpfalz con un proyecto: alemán para refugiados. Una profesora jubilada que vive en el barrio, dará las lecciones y otro vecino se hará cargo de las personas, de hacer los contactos…Esto se realizará en colaboración con la parroquia y ya otras personas han ofrecido su ayuda como lo hicieron algunos al visitar a dos familias albanesas. Sentimos que tanto entre los refugiados, venidos de 5 países, como también entre los que ofrecen su ayuda, crece la alegría y ésta es justamente la misión de nuestro santuario”, este es el comentario de la Hna. M. Charissa Frenzl publicado en el artículo previo a la Navidad en schoenstatt.org: – Casi un cuento de Navidad: Refugiados en las casas de Schoenstatt. “Nos encantaría si también algo en esta línea fuese posible en el lugar de Schoenstatt. Esto sería – así lo entendemos nosotros- un fruto del Jubileo internacional”, agrega la Hermana M. Charissa. La redacción de schoenstatt.org quiso saber algo más…

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1 Responses

  1. Cecilia dice:

    Todo es obra de María, sin dudas. Las casualidades no existen. Ella se valió de esas personas que "justo" hablaban esos idiomas para tender puentes y multiplicar. Gracias Madre por no abandonar nunca a tus hijos.

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