Publicado el 2018-05-21 In Dilexit ecclesiam

La Campaña del Rosario de Schoenstatt protagonista en la fiesta de la religiosidad popular

PARAGUAY, Leti y Martín Pereira

Nuestro Señor Jesucristo nos dice por medio del Evangelio que nos quiere unidos, así como lo está Él con el Padre. Nosotros, como pueblo paraguayo, un pueblo eminentemente cristiano, demostramos pocas veces una común unidad. En estos días, ya próximos a la fecha de beatificación de Chiquitunga Guggiari, quien nos cautivó a todos los paraguayos por su profunda fe y sencillez, rasgos bien nuestros, encontramos en torno a ella esa unidad que nos pide Jesús.

El condimento perfecto al fervor popular es la actuación de Koki Ruiz en la preparación de la ceremonia de beatificación. Koki nos tiene acostumbrados a elevar nuestra espiritualidad en cada Semana Santa, su trabajo con el retablo para el Papa Francisco fue mundialmente admirado. Pero en esta ocasión su creación nos toca más fuerte el corazón, le suma a nuestra venerada Chiquitunga con el rosario, oración popular amada por nuestro pueblo paraguayo. Para más, nos brinda la oportunidad de formar parte de la obra aportando nuestros rosarios, que cargan consigo varias esperanzas, penas y alegrías.

Amor a la Iglesia hecho rosarios

En Schoenstatt, como movimiento apostólico, tenemos el deber de ayudar, es por eso que nuestra Campaña del Rosario decidió ser protagonista en esta maravillosa obra, aportando nuestros rosarios. Se trazó como fecha de recolección de rosarios el 18 de abril en todas las diócesis del país. La respuesta de los misioneros de la Campaña fue sorprendente, ya que reunieron en una jornada única 2.203 rosarios, todos ellos rezados por la canonización de Chiquitunga Guggiari.

Bendición de los rosarios, del artista y sus colaboradores

A mediado de mayo fuimos a visitar a Koki Ruiz con nuestro gran aporte, acompañados de nuestro querido P. Pedro Miraballes. Juntos celebramos una hermosa ceremonia eucarística en el lugar, un lugar único, rodeado de millares de rosarios y un ambiente familiar. El P. Pedro bendijo todos los rosarios y otros elementos que formaron parte del retablo en ese día solemne de la beatificación. Bendijo también al inspirador del trabajo y a las manos de los obreros que contribuyen con el mismo.

Publicada también en la revista «Tuparenda»

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