Publicado el 2010-04-14 In Vida en alianza

Vía Crucis y Pascua en La Ruda, Chile

ChileCHILE, Carmen Rogers. Decenas de familias optaron por una Semana Santa diferente en un Chile que renace. Colegios católicos, Universidades, Comunidades de Base, Instituciones… todos hicieron el camino de la cruz por cientos de poblados destruidos a lo largo de los más de 600 kilómetros asolados por la tragedia, ayudando a crear la esperanza de la Pascua.

 

 


Uno de los cientos lugares visitados fue La Ruda. Entre Chépica y Auquinco en la Región del Libertador, La Ruda es un pequeño caserío típicamente campesino, de casas de adobe y tejas de barro. En realidad, «era», porque en la madrugada del 27 de febrero el paisaje cambió: «Está todo en el suelo, dan ganas de llorar», fue el primer comentario de uno de los integrantes del grupo de cinco de familias del Colegio Monte Tabor que habían misionado en ese lugar durante las vacaciones y que volvieron en Semana Santa.

De las cuatro salas de la escuela del lugar habilitaron una como capilla para el Santísimo Sacramento y el resto como improvisadas salas múltiples y dormitorios.

Reencontrarse con «sus casas»

El acogimiento fue emocionante como grande fue la emoción de los misioneros que se reencontraron con «sus casas», algunas severamente dañadas o desaparecidas en un montón de escombros.

Comenzaron de inmediato a trabajar. Mientras unos se recogían para preparar la liturgia, otros visitaban a las familias y ayudaban en lo que fuera necesario: derribar un muro, limpiar escombros… Y escuchar.

Todo el mundo participó del Vía Crucis. Las Estaciones estuvieron a cargo de las familias del lugar que prepararon un pequeño altar frente a su casa para cada estación con devoción y esmero increíbles.

Terminado el largo caminar por las calles y fachadas semi-derruidas, se celebró la Adoración de la Cruz animada por las familias visitantes, seguida de la Liturgia de Comunión que fue impartida por un Ministro de Comunión, padre de uno de los alumnos misioneros.

El sábado los monitores realizaron un pequeño retiro y también, durante la tarde, un animado «Taller de Rosario» en que cada participante se llevó su rosario, más algunos más para la tía, la abuela, etc.

Vuelvan a vernos

Para la Misa de Resurrección viajó especialmente desde Santiago el Padre Juan Ignacio Pacheco, conocido por los lugareños desde las Misiones, quien habló y preguntó sobre temas concretos, conocidos y personales para alegría de todos.

Después de la Santa Misa se celebró una grata convivencia con huevitos de Pascua y regalos.

«Vuelvan a vernos». «Vuelvan a conversar con nosotros». «Vuelvan cuando lleguen las mediaguas», «están en su casa», eran algunas de las exclamaciones de ancianos y jóvenes. Así lo prometieron las familias, felices de haber vivido una Semana Santa realmente diferente.

Es un testimonio sencillo de de algo de lo que se está viviendo en centenares de pueblos que están prácticamente en el suelo a lo largo de muchos kilómetros: ¡todo el Chile Fundacional de los Conquistadores Españoles!

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