mkf. Con el Domingo de Ramos ha comenzado la Semana Santa, en la que los cristianos de todo el mundo acompañan a Cristo en su Vía Crucis, cargan con Él el peso de la cruz hasta la cima del dolor, incluyendo la cruz que Cristo lleva continuamente con los que sufren en este mundo. Como en Jerusalén, Roma, y en los grandes sitios de peregrinación de la Iglesia, también en Schoenstatt ha comenzado la Semana Santa con mucha intensidad: con la amplia oferta de recibir el sacramento de la reconciliación, con la liturgia de la eucaristía y las ceremonias del Viernes Santo en los grandes templos, con la posibilidad de hacer ejercicios espirituales y oración en común. Por iniciativa del P. Heinrich Walter y del P. Theo Breitinger, el Viernes Santo se hará un Vía Crucis para acompañar a las víctimas de los grandes terremotos de las últimas semanas: las catástrofes naturales y los abusos sexuales. Todos están invitados a participar.
Los terremotos sufridos por Haití y por Chile han afectado gravemente la vida de muchas personas. No solamente por el costo de vidas perdidas, ni por los edificios, puentes, rutas, escuelas y templos en ruinas, sino porque en ambos casos todo el país ha quedado traumatizado y transformado para siempre. Pasará mucho tiempo hasta poder superar la terrible inseguridad y para que la gente – literalmente – vuelva a sentir un suelo firme bajo sus pies…
Otro terremoto, de dimensiones catastróficas no menores, conmovió hace semanas a Alemania: los dolorosos abusos sexuales, el sufrimiento de las víctimas, las graves faltas de sacerdotes y religiosos, son hechos que no se pueden ni se deben eludir. Las dimensiones del abuso sexual de niños y jóvenes y la cultura del ocultamiento, son mucho mayores de las que muchos otros sabían hasta ahora. Detrás de cada caso concreto y de su entorno, hay un dolor humano indescriptible. El abuso de confianza que se suma a esto – debido a los hechos atroces cometidos por miembros de la iglesia – ha conmovido no solamente a la Iglesia sino a todos los que trabajan con jóvenes y con niños esforzándose para que ellos estén protegidos y se desarrollen con seguridad.
Sufrimos con las víctimas, rezamos por ellas y por todos los afectados, queremos hacer algo: esto se quiere expresar en el Vía Crucis del Viernes Santo, que comenzará a las 10 hs. en la Iglesia de Peregrinos, en Schoenstatt. Continuará en las estaciones existentes en el predio de los peregrinos.
Sería de desear que las comunidades sacerdotales de Schoenstatt expresaran su solidaridad con el Santo Padre en este tema tan delicado. El Padre Kentenich se destacó por su transparencia, por irradiar a la Inmaculada, y así educó a sus hijos, especialmente a los sacerdotes. Les agradeceríamos mucho su palabra esclarecedora y solidaria.