Publicado el 2014-11-23 In Jubileo 2014

Estamos aquí, en todo el mundo, para el HOY

REFLEXIONES JUBILARES, P. Marcelo Aravena. Han concluido las celebraciones jubilares de Schoenstatt y quisiera traer a Schoenstat.org algunas reflexiones que humildemente puedan ser de utilidad a la reflexión común. Por supuesto es un intento incompleto. Sólo algunos puntos de vista. Me referiré sólo a lo que viví en Schoenstatt y en Roma, como peregrino y guía de un grupo de 40 peregrinos de Texas, Miami y Washington.

Primero que nada, como asesor del movimiento, me tocó ir preparando todo con mucho tiempo de antelación, tanto desde el punto de vista espiritual, práctico y económico, como desde el aspecto de contenidos, por ejemplo: ¿qué vamos a celebrar? ¿hay algo que celebrar y para qué? Con el tiempo las preguntas se fueron resolviendo lentamente.

Temas: cómo los 100 años de Schoenstatt como movimiento eclesial, los 100 años del santuario como lugar de peregrinación y de encuentro con Dios, María y la comunidad, los 100 años de ruta con el Fundador José Kentenich y por supuesto los 100 años de Alianza de Amor como evento de gracias que ha ido dando forma y expresión a la vida de tantos miles de personas a lo largo y ancho del planeta, fueron alimentando en profundidad y entusiasmo el espíritu del jubileo. Desde luego, todo esto ocurriendo en un contexto de permanentes y crecientes desafíos religiosos, eclesiales culturales, sociales, políticos a nivel mundial. Es más, todo esto ocurriendo en un contexto de máxima exigencia para Schoenstatt ad intra y ad extra. No seamos ingenuos, hemos dicho, nadie nos va a quitar la alegría de celebrar la alianza de amor pero sabemos que esa alegría se hace sobria y realista ya que estamos muy lejos de alcanzar las metas que el mismo Fundador nos propuso desde el comienzo: ayudar en la renovación religiosa, valórica y cultural del mundo.

Estamos, a los 100 años, recién en camino hacia la anhelada “cultura de la alianza”, pero hay que comenzar ahora y no caer en la fraseología un tanto engañosa de que Schoenstatt es para los siglos venideros o para el pasado mañana. Estamos aquí, en todo el mundo, para el HOY.

No me quiero extender demasiado. Sólo agregaré algunas ideas sobre lo que viví en Schoenstatt y Roma:

1. El Schoenstatt joven

Pienso que sin la presencia masiva de jóvenes, la celebración del jubileo en Schoenstatt hubiese sido imposible o muy diferente por decir lo menos.

Los jóvenes impregnaron todo, tanto la atmósfera como las expresiones y contenidos del encuentro. Dos cosas: nos representaron fuertemente los desafíos a los cuales ellos están enfrentados actualmente y por otro lado nos recordaron que Schoenstatt nació desde un grupo de jóvenes con un sacerdote con 29 años. Sin juventud Schoenstatt estaría sin vida ni futuro.

2. La internacionalidad

Pienso que en este momento Schoenstatt es mundial. Estamos presentes en todos los continentes, lo cual es impresionante. Pero lo que más me impacta es que esta internacionalidad no se debe entender como una aglomeración de naciones y culturas sin ninguna interacción, sólo con cierta simpatía y curiosidad por el otro. No. Yo diría que se trata un multiculturalismo enriquecido, integrado, solidario. Siento que el idioma de la alianza es uno. Un idioma de amor, de respeto y justicia, de aceptación de diferencias sin ningún tipo de discriminación, de entrelazamiento de destinos en torno a una misma fe y Señor. En este punto quiero realzar que esta internacionalidad se da a todo nivel. Me refiero a que, junto con observar cientos de diáconos, sacerdotes, obispos, cardenales, y personas de vida consagrada, el fuerte es el laicado internacional. Nuestro laicado que es multicultural está multiplicando iniciativas culturales, sociales, educacionales, políticas, espirituales, misioneras, eclesiales, etc. por todo el mundo. Sólo bastaba ir a las excelentes exhibiciones montadas en el lugar de Schoenstatt.

3. La centralidad del santuario y de la alianza

Creo que se los logró cabalmente colocar al centro de todo el acontecimiento fundacional de Schoenstatt. Peregrinamos a ese lugar porque ahí se manifestó Dios de una manera singular, llamando a personas a ser instrumentos suyos de evangelización para todos los tiempos. El claro mensaje de que el Padre Kentenich bendijo el santuario original como lugar de peregrinación y no de “comodidad” o de «privatización de la fe» fue refrescante y potente para todos. Ruego para que esta realidad se haga cada vez más presente en nuestras comunidades locales.

4. El llamado de Francisco a salir y su envío

En el Vaticano estuvimos 7.500 peregrinos al igual que invitados de otros movimientos eclesiales y de vida apostólica, toda una mañana. Francisco nos dedicó una hora y media. Nos habló y nos impulsó a “todo”. El nos transformó la alegría jubilar que llenaba nuestros corazones en anhelo, en tarea, en misión. En resumen, nos la convirtió en “Evangelización”. Muy en su estilo nos habló de la importancia de la familia, del amor de María Madre, de la juventud en medio de sus desafíos, del mundo en sus crisis, de la urgente renovación de la Iglesia en todo sentido, pero que esta partía desde la transformación del corazón. Sólo quiero realzar dos aspectos de sus intervenciones que se dieron en el formato de preguntas y respuestas. Primero, Francisco citando a Benedicto XVI, nos reafirmó que la Iglesia no actúa ni crece «por proselitismo sino por atracción y la atracción viene del testimonio”.

El ejemplo de vida, el testimonio vivo consistente será la garantía de credibilidad de la Iglesia y su mensaje. Segundo, cuando se le preguntó sobre su “secreto” para ir adelante en su tarea de pastor ante tantas dificultades e incertidumbre, respondió espontáneamente: “No tengo la más pálida idea…»(risas, aplausos). Hizo una pausa y continuó diciendo lentamente: “Yo rezo…y me abandono…”. Personalmente pienso que Francisco dio en el clavo y debe ser una lección para nosotros. Su profetismo convincente y acciones vienen de esa doble actitud: oración y abandono.

Si no, es imposible actuar con fuerza ni con convicción frente a los retos del mundo moderno, que a veces más que impulsarnos adelante encierran la tentación del desaliento y el cansancio. Finalmente, al salir de la sala, Francisco vuelve sobre tema de su secreto y nos dice que en su mesa de luz tiene una “peregrina» de Schoenstatt que le regaló un cura de Schoenstatt. Y dice: “todas mas mañanas la tocó y le rezo…”. Pienso que el Papa reveló algo muy íntimo y decidor de su actitud y espíritu de pastor. Creo que nos está enseñando algo muy importante, aparte de decirnos repetidamente: salgan de su encierro, comuniquen lo que tienen, compartan la riqueza de su carisma con otros.

Hasta aquí llego con mi reflexión. Tengo la alegría de hacerlo cuando hoy se transmite a las medios de comunicación que la Conferencia Episcopal de Chile dio su aprobación para iniciar el proceso de canonización del Padre Hernán Alessandri. Creo que es una noticia que nos debe llenar de alegría y espíritu misionero. Al Padre Hernán, le debo personalmente el haberme llevado al encuentro de la persona y mensaje del Padre José Kentenich en la mítica jornada sobre ese tema al comienzo de los años 70 en Bellavista. También me llena de sano orgullo recordarles que hace pocos días el Padre de Schoenstatt Francisco Pistilli fue designado por el Papa Francisco como Obispo de la Diócesis de Encarnación del Paraguay. Francisco nos está cobrando a los Padres la palabra, que tanto repetimos, de amar a la Iglesia y servirla con generosidad y heroísmo.

Audiencia jubilar con Francisco (texto completo)

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Publicado el In Jubileo 2014

Estamos aquí, en todo el mundo, para el HOY

REFLEXIONES JUBILARES, P. Marcelo Aravena. Han concluido las celebraciones jubilares de Schoenstatt y quisiera traer a Schoenstat.org algunas reflexiones que humildemente puedan ser de utilidad a la reflexión común. Por supuesto es un intento incompleto. Sólo algunos puntos de vista. Me referiré sólo a lo que viví en Schoenstatt y en Roma, como peregrino y guía de un grupo de 40 peregrinos de Texas, Miami y Washington.

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3 Responses

  1. elena emiia dice:

    Gracias Padre Marcelo, por compartir su experiencia vivida en el jubileo. Nos llenan de alegría y esperanzas, nos dan fuerzas para vivir mas intensamente y dar a conocer la "cultura de la alianza"; que nuestro P. José Kentenich nos dejó en herencia.
    Damos gracias a Dios por la nuevas "noticias".
    Que Dios lo bendiga y proteja siempre.

  2. sara y dice:

    Padre Marcelo que alegria ver su diafana sonrisa y eso dice de su felicidad al vivir el jubilee que tan lindo nos los trasmite y nos ha hecho recorder esos bendecidos lugares visitados en años anteriores.Nos alegramos y seguro nuestro Padre Kenenich estara feliz por el nombraminto del Padre Pistilli y por la iniciacion del proceso de beatificacion del Padre Hernan
    Alexandri.

    Que Dios lo bendiga y gracias por ser el Padre Marcelo.

  3. Tita Ravera de Andras dice:

    Querido Padre Marcelo:
    Muchas gracias por compartir su experiencia de Jubileo y publicarla en la página de schoenstatt.org!! Gracias por sus reflexiones, nos sirven para seguir saboreando lo maravilloso que fueron esos días de octubre…
    Y gracias por comunicar lo de que decidió la C. Episcopal chilena: se abre el proceso de canonización del P. Alessandri!!! Qué inmenso regalo y qué gracias nos trae este Jubileo. Bendiciones para usted y su trabajo, muchos saludos desde Viena,
    Tita Ravera de Andras

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