Publicado el 2014-11-20 In Jubileo 2014

Dos claves para profundizar el encuentro con Francisco

REFLEXIONES JUBILARES, Hna. M. Elizabet Parodi. El encuentro de la Familia de Schoenstatt con el Santo Padre nos regaló más, mucho más, que una secuencia de preguntas y respuestas. Creo que todos podemos afirmar que vivimos una hora de alianza. No sólo porque el jubileo fue el gran marco que encuadró ese momento, sino porque todo el encuentro fue concebido desde la dinámica interior del nada sin ti, nada sin mí.

 

Nosotros nos acercamos al pastor de la Iglesia universal para entregarle nuestro regalo, aquel que recibimos hace 100 años y que constituye el centro de nuestra espiritualidad: la alianza de amor en el santuario. Y el Papa aceptó ese regalo renovando, junto con nosotros, la alianza de amor. A su vez nos dio un mensaje iluminador para nuestro camino en el futuro: ser y dar testimonio de la alianza hasta la radicalidad de la santidad. Esas dos claves Santuario y testimonio pueden ser una ayuda para aproximarnos a la hondura del encuentro.

Un encuentro en el santuario

Durante la concepción de ese acontecimiento madurando la idea de que fuera un encuentro con el Santo Padre en el santuario, un momento de renovación de alianza en la que sus palabras iluminaran horizontes. Queríamos ser enviados por él, desde el santuario, a la nueva época que estábamos comenzando.

El haberle dado al aula el aspecto de un santuario –con simplicidad y sobriedad– fue el marco exterior para la renovación de la alianza. También el momento previo a la llegada del Papa –que nos acercó a la fecundidad de los carismas en la Iglesia y a la originalidad del nuestro, así como al obrar de María desde el santuario– fue pensado como una ayuda para resaltar el marco interior de ese momento: renovar la alianza en el santuario y ser enviados por el Santo Padre a gestar cultura de la alianza.

En diálogo

El Papa Francisco captó esa dinámica y, por así decirlo, se sumergió en la atmósfera del santuario para dialogar con nosotros. Previamente se le había preguntado si prefería dar un mensaje o interactuar en base a preguntas y respuestas. Prefirió lo último; el diálogo le pareció la forma más apropiada para regalarnos su testimonio. Y, sobre todo, para regalarnos la categoría del ser y del dar testimonio como mensaje central. Un horizonte que delineó hasta invitarnos al grado más sublime del testimonio cristiano: la santidad: “los que llevan adelante la Iglesia son los santos. No tener miedo a la vida de santidad. Eso es renovar la Iglesia. Renovar el corazón de cada uno”.

Testimonio

La categoría del testimonio fue la respuesta de Francisco al don del santuario. “O sea, yo testimonio porque ésa es la consecuencia de una opción de vida”, nos remarcó. Un claro mensaje que evoca el axioma, tan arraigado en Schoenstatt, el orden del ser determina el orden del actuar, el apostolado del ser es la base de todo emprendimiento, de todo hacer con María, desde el santuario. La misma respuesta con la que la Mater nos sorprende cuando le entregamos nuestros esfuerzos de autoeducación.

En el marco del testimonio el Santo Padre nos habló de tres actitudes indispensables para no reducirnos al rol de peluqueros espirituales de la cultura de alianza en vez de recorrer las periferias, como María, preparando nuestro tiempo para Cristo Jesús.

Francisco fue certero en su elección: abandono: “he visto milagros que el Señor hace a través de la gente que va por este camino de abandonarse en sus manos”, des-centramiento: “hay un solo centro, Jesucristo” y audacia: “coraje y aguante y salir a la periferia”. Tres actitudes que nos remiten directamente a la cuna de nuestra santidad: en el santuario María nos media gracias de cobijamiento, cuya expresión máxima se da en el abandono que nace de la confianza; de transformación interior, cuyo sentido más profundo es vivir centrados en Dios y des-centrados de nosotros mismos; y nos media gracias de fecundidad en el apostolado aumentando nuestra audacia y fortaleciéndonos en la perseverancia.

Enviados a dar testimonio de aquello que nos mueve interiormente

Sí, podemos decir que con Francisco vivimos un encuentro donde experimentamos el santuario como lugar de alianza y cuna de santidad, fuente de una nueva cultura. A la vez, vivimos la experiencia de ser aceptados en nuestro carisma y de ser enviados a dar testimonio de aquello que nos mueve interiormente.

Su mensaje: “vivir de tal manera que otros tengan ganas de vivir como nosotros. El camino del testimonio. Que eso no hay nada que lo supla”.

Su deseo: “que en este mundo de desencuentros, de difamaciones, calumnias, destrucciones con la lengua, todo eso, lleven ustedes adelante esta cultura del encuentro renovando la alianza”.

Su convicción: “nadie puede ser educado solo. Necesita que la Madre lo eduque”.

Su oración por nosotros: “los encomiendo a todos ustedes a la Madre para que los siga haciendo caminar adelante en esta renovación de la alianza”.

Orientación para esta nueva época

Ninguna de las palabras que nos fue sugiriendo a lo largo del encuentro nos pueden dejar indiferentes. Será esfuerzo de cada uno, de nuestros grupos y comunidades hacerlas interactuar con nuestro carisma e irlas asumiendo en nuestra vida, una a una. Esas palabras son su legado a nosotros, hijos y misioneros del santuario, y su forma de concebir la irradiación de la alianza. Son la orientación concreta que deseábamos que nos diera al comienzo de esta nueva época.

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Publicado el In Jubileo 2014

Dos claves para profundizar el encuentro con Francisco

REFLEXIONES JUBILARES, Hna. M. Elizabet Parodi. El encuentro de la Familia de Schoenstatt con el Santo Padre nos regaló más, mucho más, que una secuencia de preguntas y respuestas. Creo que todos podemos afirmar que vivimos una hora de alianza. No sólo porque el jubileo fue el gran marco que encuadró ese momento, sino porque todo el encuentro fue concebido desde la dinámica interior del nada sin ti, nada sin mí.

 

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2 Responses

  1. Delia Navarro Castex dice:

    Querida Hna Elisabet
    Mil gracias por tan rica reflexión. Gracias por ayudarnos a ponernos en camino.
    Espero se encuentre bien.
    Me han invitado a Roma para mayo 2015, si la MTA lo aprueba le avisaré para verla, si es posible.

    Con todo afecto,
    Quedamos en eso, permanecemos fieles

    Delia desde Bs As

  2. Angie Santos dice:

    Hermoso comentario Hna. Elizabeth. Gracias!
    Y gracias de nuevo por "la reubicación" en la Audiencia
    Un abrazo desde Houston
    Angie

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