ARGENTINA, Antonia Goytiño. «¡Qué jornada colmada de gracias fue la vivida el 18 de octubre de 2010, junto a la Ermita de nuestra Madre y al memorial de nuestro Padre fundador!», escribe con mucho entusiasmo Antonia Goytiño, de Adolfo González Cháves, en la provincia de Buenos Aires.
En unión con toda la familia internacional
El rezo del Santo Rosario en común contribuyó a abrir los corazones para comenzar pidiendo perdón al Señor y así recibir las bendiciones de ese día tan importante para la Familia de Schoenstatt en el mundo entero.
El párroco del lugar, P. Rubén del Pian, procedió a bendecir el memorial del Padre José Kentenich.
Inicio del trienio hacia 2014
Con el gesto simbólico de la apertura de la Ermita, se dio inicio del trienio en preparación al año 2014, año del centenario de la Alianza de Amor. Se coronó a la Mater como Reina y Madre de los jóvenes, de los hogares, de las familias, de la comunidad, del país, del trabajo, de la salud, de la esperanza, de la paz y del amor.
A continuación, hermanados en el amor a María, todos los presentes participaron en celebración de la Santa Misa. Al concluir, se renovó la Alianza de Amor para fortalecerse en la misión de proclamar a Cristo sin temor, sin cobardía, arriesgando cada día un poquito más, en estos tiempos en que tanto se necesita el reencuentro personal con Dios.
Rumbo al 2014
Ya casi al final de la tarde, María Angélica García de Courtil se ofreció a la Virgen como instrumento – ¡uno más! – para llevarla a los hogares: una nueva misionera.
En este día tan significativo, todos los misioneros presentes renovaron su compromiso misionero por un año más.
Realmente el Señor bendijo esta jornada, que además de gozar de un sol primaveral, una brisa fresca y ricos mates, hizo palpable la presencia de Cristo y las caricias de su Madre.
«Trataremos de comenzar a caminar este trienio con sencillez, solidaridad y entrega, para que el 18 de octubre del 2014 nos encuentre unidos, en paz, cercanos a nuestros hermanos, renovados profundamente en nuestra Alianza de Amor con María», concluye diciendo Antonia.
