CHILE, Barbara Brain •
Como si todos fueran jóvenes de la misma edad, la Federación Apostólica de Familias de Chile y Bolivia se reunió en Bellavista el 19 y 20 de Agosto, bajo una lluvia de agua y de bendiciones. —
Con el objetivo de encenderse y reencantarse, cientos de familias de todas las edades se encontraron bajo el lema “Vino Nuevo en Odres Nuevos”. Y eso es lo que se logró.
“Nos planteamos un Congreso trabajado y construido entre todos”, afirman los jefes de la región Chile-Bolivia, Jorge Brain e Isabel Valenzuela. Para ello se reunieron previamente en grupos de familias de diferentes edades y regiones. Pequeños grupos destinados a descubrir cómo estaba hablando el Espíritu Santo. “Queríamos recoger las inquietudes presentes en nuestra comunidad y conversar acerca de ellas. Con estos insumos se escogieron las temáticas a abordar. Queríamos llegar con un camino recorrido, así podríamos tratar en el congreso lo que efectivamente estaba presente en las familias, las dudas, dolores o asuntos no resueltos” explica Isabel.
Y así se hizo. Se trabajó en grupos antes y durante, y se recogieron sus pareceres, los que saldrán como un documento a seguir trabajando de cara a las necesidades que presenta el tiempo actual. “En este sentido el Congreso no fue conclusivo, lo que se pretendía era aclarar dudas que pudiera tener a algunos desanimados, recoger la diversidad de opiniones y viven-
cias, aprender a verlas, valorarlas y respetarlas. Valorar la riqueza de nuestra comunidad que se compone de gente de edades diferentes, de regiones diferentes, de miradas distintas. Ejercicio que es imperativo que hagamos a todo nivel para poder regalarlo en todos los lugares donde nos movemos”, asegura Jorge.
El domingo se destinó a proyectar esta comunidad hacia adelante. A partir de la realidad del país, de la Iglesia y de la familia analizar qué caminos se abren como vías para evangelizar, profundizar, estudiar, iluminar, asumir, transformar desde nuestra espiritualidad y carisma.
“El resultado fue mucho mejor de lo esperado”, aseguran los jefes de la FAF. “Asistieron muchas personas, había un gran anhelo de participar. Las personas sintieron que el Congreso logró poner los temas que inquietan a los federados y que se intentó dar respuesta. En ese sentido, se agradeció el lenguaje directo”, concluyen.
Participaron 305 adultos, 21 niños el sábado y 39 el domingo.
Testimonios
La previa
El Congreso se inició en abril con 3 encuentros interregionales vía zoom. Camino de Pedro (cómo voy), Camino de Emaús (con quién vamos) y Camino al Cenáculo (quién nos impulsa). “Los coordinadores de estos grupos interregionales merecen mención aparte. Hicieron un valioso trabajo, convocando y resumiendo las respuestas de cada encuentro a la comisión que definiría el contenido del Congreso”.
Como en todo evento de magnitud, hubo mucha gente involucrada y comprometida. Se formaron comisiones preparatorias en torno al contenido, liturgia, finanzas, logística y ornamentación, secretaría, dueños de casa, alojamiento y acogida, audio y equipos, comunicaciones.
Jornada sabatina
Los invitados el sábado marcaron ya una pauta de lo que vendría. Leonor Alliende, Carlos Montoya y Paulina Tapia y Álvaro González, mostraron sus experiencias en construir comunidad de corazones en cada Curso; compartir vida familiar con una línea apostólica fuera del hogar; y ser un testimonio vivo de los frutos y la fidelidad de una vida en la Federación, respectivamente. Con más de 50 años en la FAF y 90 años de vida, Álvaro González se ganó un aplauso de pie.
El superior del Instituto de los Padres de Schoenstatt de la Provincia, Diogo Barata, explicó con un lenguaje directo y sin rodeos, el tema de los abusos de parte de miembros de su comunidad y cómo lo están abordando. Además, animó a revivir en Schoenstatt el espíritu de la reciente Jornada Mundial Juvenil, JMJ realizada en su tierra natal, Portugal. Destacó el espíritu abierto y juvenil del Papa, con un llamado a deshacernos de lo superfluo en la Familia de Schoenstatt, fomentando la sencillez y la unidad.
El P. Patricio Moore, asistente de la FAF, informó acerca de los avances que ha habido en la llamada “causa Kentenich”, sobre todo de las publicaciones que han salido. Expuso acerca de las causas segundas y explicó por qué el padre fundador es un contacto vital en Schoenstatt.
Finalmente se recibió el saludo, vía zoom, de los jefes internacionales de la Federación, Raúl Viñas y Silvina Labraña (Argentina).
Finalizando el Domingo
El domingo, con el tiempo algo más generoso y menos lluvioso, contó con la presencia de Sergio Micco, abogado de la Universidad de Concepción, político y académico; Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas de la UC, profesor y doctor en Política Social; y la Hna. Verónica Santillán, religiosa de la congregación Esclavas del Corazón de Jesús, sicóloga, quien participa actualmente en el Sínodo de la Iglesia en Chile.
Sergio Micco expuso sobre la actual situación política de Chile, Ignacio analizó las encuestas con relación a los valores de los chilenos, con la grata sorpresa que, pese a la baja en muchos aspectos valóricos, la familia sigue siendo el referente principal con el que se identifican los jóvenes y adultos en el país. La Hna. Verónica, nos invitó a sumarnos al camino sinodal de la Iglesia, a caminar juntos y con todos. Todos tienen cabida en la Iglesia. Nos invitó a abrirnos a la diversidad, a las nuevas realidades culturales y valóricas.
La FAF en Chile está compuesta por 6 regiones: Andina, Costa, Sur y 3 regiones en Santiago. Cuenta con 54 cursos, de los cuales 5 son de matrimonios postulantes.
Fuente: Revista Vínculo, septiembre 2023
