COSTA RICA, Celia Miranda Oporta •
El sábado 07 de agosto se llevó a cabo el retiro «Dilecta Filia» (Hija amada) por tercera vez consecutiva en la rama de mujeres universitarias en Costa Rica. —
Como universitarias, la rutina con estudios, trabajos y presiones sociales aumenta, fácil es caer en el activismo y olvidarnos de lo esencial.
Este retiro, en particular, estuvo orientado a las vivencias de la Hna. Emilie, quien desde su pequeñez nos muestra su camino para conquistar la libertad interior.
Reconocerse pequeñas con la mirada en la eternidad
Desde su preparación hasta su ejecución, el retiro fue un constante reconocernos pequeñas. Vivenciamos que nuestro tesoro verdadero es ver a Dios como nuestro padre y abandonarnos completamente en sus manos tal cómo somos, que nuestra mirada y nuestras esperanzas deben estar puestas en la eternidad y que todos esos anhelos más íntimos del corazón pueden ser saciados únicamente por el amor infinito de Dios.
Dilecta Filia es nuestro recordatorio de las maravillas que hace Dios en un corazón completamente abandonado en él.
Tal como se lo expresaba el padre Kentenich a la hermana Emilie:
«Cuanto más profundamente sienta su impotencia y cuanto más sufra por ella, tanto más confiadamente debe arrojarse a los brazos de Dios padre y a los brazos de la santísima Virgen y debe arriesgarse y esforzarse por llegar a ser una heroína de la confianza».
