POLONIA, Hna. Anastazja Komor, Hna. Elwira Kędzia. En Swider, cerca de Varsovia, fue colocada una estatua del Padre Kentenich en el Centro del Movimiento de Schoenstatt en Polonia. Ella fue bendecida exactamente a la misma hora en que los Pallottinos hacían entrega oficial del Santuario Original a los schoenstattianos el 22 de septiembre en Schoenstatt. Para la Familia de Schoenstatt de Polonia esto es otro motivo de cantar el Magnificat junto a toda la Familia de Schoenstatt, como expresión de su experiencia de fe: «La Santísima Virgen es realmente la gran misionera: ¡Ella obra milagros!
La preparación de esta fiesta se prolongó durante muchos años. Dentro de la Familia de las Hermanas, se despertó la idea de invitar al Padre Kentenich en la forma de la estatua. La idea encontró eco en la Familia de Schoenstatt y se puso en movimiento. El Año del Padre trajo una intensificación de la corriente del Padre y puso al Padre y Fundador en el centro. Así comenzó el camino al Jubileo con el Padre Kentenich. En los años siguientes se contempló en el trabajo del año al Padre Fundador en relación al santuario: «Ustedes me encontrarán en el Santuario» y con la misión común: «¡Yo los envío desde el Santuario!».
Un largo camino de preparación
Como preparación inmediata a la llegada de la estatua del Padre Kentenich, se rezó una novena durante nueve meses bajo el título: Llamados por el Padre en el camino de la Alianza. Los hechos de la vida del Fundador, los que fueron contemplados durante la novena, dieron testimonio de lo importante que fue para el Padre Kentenich, el regalarle Schoenstatt a Polonia.
Los preparativos para la elaboración de la estatua comenzaron ya en el 2012. El artista Tomasz Siemierzewicz comenzó su trabajo con gran entusiasmo. A modo de orientación, le sirvieron las estatuas existentes en diversos Centros de Schoenstatt en el mundo, al igual que fotos del Fundador. Sin embargo, la información más importante la obtuvo de las visitas que los Padres y las Hermanas hicieron en su atelier. Los toques finales en los detalles de la estatua, intensificó el trabajo espiritual, especialmente entre las Hermanas, quienes esperaban impacientes la conclusión de la obra.
Cuando un padre viene de visita…
Emocionados y con gran alegría, la Familia de Schoenstatt saludó la estatua del Padre ya el 11 de abril. Se buscó el lugar definitivo dónde la estatua se quedaría: en el camino que conduce al santuario. Porque con el gesto de la mano abierta, el Padre invita al Santuario. Pero primero, él visitó los seis Centros de Schoenstatt de Polonia. El despertó el anhelo de conocer en profundidad su persona y su misión para la Iglesia. Muchas personas abrieron sus corazones y dieron testimonio de su vinculación al Padre. Para muchos fue una verdadera alegría la sesión de fotos con el Padre. Otros entraron en diálogo con él a través del teléfono del Padre. Así, gracias a la estatua, ¡él se acercó a muchos como Fundador y como Padre!
En la Semana de Octubre se pudo experimentar la gran fuerza inspiradora y unificadora que emana de la persona del Fundador. Eso sucedió también por los impulsos espirituales preparados por la Juventud sobre los comienzos de Schoenstatt en la Diócesis de Köslin-Kolberg. Esto hizo posible volver a conocer tanto la grandeza del Padre Fundador, como también la hermosura y actualidad de su misión y de la misión del Movimiento de Schoenstatt. Esperemos que esta presencia y cercanía del Padre, que en estos días se vivió tan profundamente, traiga frutos en la vida personal y comunitaria en la forma de una mayor profundidad y unidad en la vida del Movimiento de Schoenstatt y de la Iglesia.
Unidos en el espíritu, en el corazón y en la oración
Muchos invitados, tanto representantes de todas las comunidades del Movimiento de Schoenstatt, como también delegados de Bielorrusia y Bruselas, se unieron en un sólo espíritu y en un sólo corazón en la persona del Fundador. Oraciones que surgieron en el camino de preparación, se convirtieron para todos los presentes en una emotiva meditación alrededor de la estatua del Padre. Aquí algunas de ellas:
– Eterno Padre Dios, te agradecemos por nuestro Padre, no sólo como guía en el camino, sino como compañero, como un líder espiritual, quien nos hace experimentar personalmente que tú estás aquí, velando, amándonos sobre todas las cosas, incluso en momentos difíciles…
– Te damos gracias porque nos has llamado a ser una gran familia internacional. Danos la fuerza y la motivación para conocerte en profundidad y construir una íntima relación contigo…
– A través de la intercesión de José Kentenich, te saludamos querida MTA, salúdanos tú. Ayúdanos a descubrir la voluntad de Dios Padre y a aceptar conscientemente esa voluntad en nuestra vida.
– Padre, te pedimos que atraigas hacia ti los corazones de aquellos que te buscan y que desean profundizar una relación contigo, para que todo el Movimiento selle contigo la Alianza de Amor.
Así, esta Semana de Octubre y el encuentro con el Padre Fundador fueron motivo para asumir en profundidad la responsabilidad por la misión confiada y para identificarse más con ella. También se sintió una profunda gratitud, gratitud por el regalo de la vocación a Schoenstatt y al camino de la Alianza de Amor.
Enriquecidos con este encuentro con el Padre Fundador, llevamos en el camino hacia el año del Jubileo 2014, el deseo y la esperanza de permanecer bajo la bendición de Dios Padre, de atraer hacia nosotros esta bendición, especialmente en el año del Jubileo de la Familia de Schoenstatt, pero también atraerla a las familias, a la Iglesia y al mundo, que la piden a gritos, incluso cuando este llamado no se escuche directamente.
