PARAGUAY, María Luz Fleitas/att. El 10 de marzo la Obra Familiar (colaboradores y miembros de la Liga Apostólica) comenzó sus actividades del año. El gran encuentro fue en la iglesia Santa María de la Trinidad, con una Santa Misa presidida por el P. Martín Gómez. Los jefes de la gran comunidad de colaboradores, Carolina y Víctor Romero, y los jefes de los círculos de miembros de la Liga Apostólica, Graciela y Beltrán Macchi, les dieron una alegre bienvenida a los participantes, con el entusiasmo de la corriente misionera en camino hacia el 2014.
Felices con este reencuentro y por iniciar un nuevo año de vida, irradiaban simpatía, entusiasmo. Los diversos grupos llevaban algún distintivo original, que mostraban su pertenencia a tan linda familia, unida en el amor a la Mater y al Padre y Fundador, y en el anhelo por crecer en el carisma de Schoenstatt.
“Como generación del centenario queremos ser líderes y misioneros”
Durante la Jornada se presentaron los objetivos de la rama, definidos en los talleres que se realizaron unos días antes de esta jornada de arranque. Uno de los propósitos de la rama es participar en la Sta. Misa que se celebra en el Santuario los días 18: ser parte de la fiesta que se vive un mes tras otro en toda la familia de Schoenstatt paraguaya.
El P. Martín habló del próximo jubileo del Movimiento y de la construcción de la Nación de Dios: “como Obra Familiar damos inicio a un nuevo año, queremos decir sí a todo lo que Dios y la Mater dispongan para nosotros en este año”.
El lema de este año “Generación audaz, arde por la misión”, es una etapa para alcanzar el gran objetivo “Como generación del centenario queremos ser líderes y misioneros”. Se acentúa especialmente la conciencia de misión en este tercer año del trienio hacia el 2014.
En este momento histórico, como generación del Centenario, aspiramos a ser audaces como la primera generación, ser forjadores de historia, no permanecer pasivos contemplando el pasado. No tener miedo de manifestarse como católicos, tener la osadía de luchar contra la injusticia y el egoísmo, para vivir la alianza de amor en un grado heroico. ¡Con amor, un día tras otro, piedra tras piedra, queremos construir la Nación de Dios!
“Arde por la misión”, dice la segunda parte del lema. Aquí resuena “En ti debe arder primero lo que se quieres encender en otros”. El P. Martín recordó la conocida expresión del Padre Kentenich: “no se puede encender un fuego con un trozo de hielo”. El ardor por la misión no es algo que se pueda conquistar por sí mismo, es imprescindible contar con el fuego del Espíritu Santo, con el amor de Dios que se derrama en Pentecostés.
El Santuario de Schoenstatt es el cenáculo, tal como dice la hora de vísperas del Hacia el Padre, dónde la Mater implora el Espíritu Santo.
Cultivar el espíritu
Como generación del centenario, la rama familiar quiere dejar sus huellas. Para ello asume los siguientes propósitos para la plena celebración de los cien años de la alianza de amor.
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Participar en la Sta. Misa en el Santuario los días 18. Para cultivar y fortalecer la espiritualidad, vincularse a la fuente de gracias en un día tan especial en el que se renueva en todo el mundo la alianza de amor. Sin las gracias del Santuario no se puede encender el mundo.
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Fortalecer la propia familia con una acción concreta como contribución a la sociedad; para afirmar la espiritualidad, cultivar la unidad familiar. En los talleres surgieron varias opciones, como por ejemplo perseverar en la oración diaria en común, revitalizar la vida de los Santuarios del Hogar.
La aspiración de este año es ser líderes y misioneros en todos los ambientes, en la familia, en el trabajo…
Generación audaz ¡arde por la misión!
Redacción periodística: aat, Argentina/schoenstatt.org
