ROMA, P. Michael Gerber. Las principales iglesias románicas tienen en su centro, bajo el nivel del piso, lo que se llama «confessio». En ella se encuentran las reliquias de los apóstoles san Pedro y san Pablo, o reliquias de los santos lugares como Belén (María Maggiore). Son testimonios que expresan que Dios en Jesucristo escribe la historia con su pueblo. Algo similar también se encuentra en el Santuario Matri Ecclesiae, en Belmonte.
Fiesta del Santuario de Instituto de Sacerdotes Diocesanos con pre-sabor a 2014
El «relicario» con los documentos en el piso del Santuario no es tan grande como en las iglesias principales. Los jóvenes que hicieron obras de construcción hace poco, lo han hecho de nuevo accesible. Ahora se puede levantar una losa de mármol y debajo hay un especio de aproximadamente un metro cúbico, suficientemente grande como para dar cabida a los testimonios que hablan de cómo Dios escribe historia hoy con su pueblo. Al final de la fiesta del Santuario (lo publicó schoenstatt.org) vinieron a un acto importante: 40 sacerdotes del Instituto de Sacerdotes Diocesanos trajeron testimonios de unos 30 Santuarios esparcidos por todo el mundo dando cuenta cómo Dios ha escrito en estos santuarios la historia con las personas: una hoja de bambú de Cebú (Filipinas) fue allí como también «piedras históricas» y, por supuesto, muchos testimonios escritos.
Esto se entiende como un gran impulso en el camino hacia 2014. Para entonces todos los Santuarios están invitados a llevar un testimonio a Belmonte, donde Dios ha escrito historia en su Santuario. Los peregrinos que lleguen a Roma estarán conscientes: ¡llevamos en nosotros la historia que Dios está escribiendo con nosotros!
…y muchas historias fascinantes están detrás de ellos
Cuando los hermanos iniciaron la celebración en el Santuario relatando las historias de sus Santuarios, no hubo tiempo suficiente. Un indicador de camino revela la diversidad de nuestros Santuarios. Existencialmente se permite experimentar a los presentes la razón de ser porqué existe Belmonte: donde se anuda el «fajo» de la historia, se desarrolla una dinámica que contagia. Mientras tanto, el relicario con los documentos se cierra de nuevo. Los que entran en el Santuario no ven nada «en la superficie». Pero no importa: esta cámara especial del tesoro será motivo para hablar en los próximos meses…
Original: alemán. Traducción: Eduardo Arnouil, Chile/Schoenstatt
