Publicado el 2011-12-29 In Vida en alianza

Vistiendo a Jesús, en hechos concretos

ARGENTINA, org. “Que noticia más linda nos trajo el Niño Jesús en esta Navidad”, escriben Sonia y Alberto Hierrezuelo, los coordinadores diocesanos de San Juan, refiriéndose en un artículo publicado el 24 de diciembre en el “Diario del Cuyo” sobre una iniciativa navideña de las “Voluntarias de María” que llevaron donaciones a los bebés del Hospital Rawson, bajo la consigna «Queremos vestir al Niño Dios».

 

 

“¡Gracias por esta hermosa noticia de Navidad, una Buena Noticia!”, responde inmediatamente el P. Javier Arteaga, Director del Movimiento de Schoenstatt en Argentina. “Me alegró mucho leer que han llevado no sólo el primer ajuar para los recién nacidos del Hospital Rawson «vistiendo al Niño Dios» en ellos, sino que les han dado a las mamás un gesto de cercanía, amor y contención cristiana como otras Marías, «llevando paz, amor y alegría», como reza la oración del Padre Fundador. En la nota, al relatar la acción de ustedes, se puede entreleer características del amor: el amor es generoso y solidario – ustedes dan no sólo cosas sino su tiempo y vida-, es paciente y duradero – ustedes van cada semana todo el año durante años- , es creativo – ustedes le han dado a vuestro apostolado un nuevo toque luminoso con esta acción de Navidad.

Gracias también a la Familia de Schoenstatt sanjuanina que ha ayudado con sus generosas donaciones para que esta acción fuera posible. Esa es la Navidad en concreto, amor en hechos concretos”. Esa es la cultura de alianza hecha realidad, en un hospital de San Juan.

Como los Reyes Magos

En el artículo del Diario del Cuyo, la periodista Paulina Rotman escribe:

No pueden ser Melchor, Gaspar y Baltazar. Son mujeres y entre todas suman cuatro. Sobra una para cumplir al pie de la letra con la tradición católica. Pero como los Reyes Magos que llegaron hasta el establo donde tuvo lugar el nacimiento del Niños Jesús, cargados de inciensos, mirra y oro -según cuenta la tradición litúrgica-, las cuatro integrantes del voluntariado de María de Schoenstatt también peregrinaron horas antes de la Navidad por los pasillos del Hospital Guillermo Rawson para acompañar a los recién nacidos. Ellas se habían propuesto como lema para las celebraciones de este año querer «Vestir al Niño Dios» y así lo hicieron en un acto sencillo que conjugó espiritualidad y solidaridad, dos de los pilares que se practican en este movimiento internacional.

Para que ningún chiquito quedase sin sus regalos

La implacable siesta sanjuanina no fue excusa para que Gladi Gallardo -sí su nombre es particular ya que no tiene ni «y» ni «s» por lo que como ella dice, la hace más original- junto a Catalina Manrique, María Cardozo y Patricia González llegaran al centro de salud con sus cargamentos de regalos, como los Reyes Magos en Belén. En sus bolsas no había aquellos objetos simbólicos que recibió Jesús, pero sí elementos fundamentales como una primer mudita de ropa, pañales y una mantita para ser recibidos «como Dios manda».

Durante la semana que pasó, recorrieron los pasillos de Maternidad, Neonatología y Terapia Intensiva Pediátrica, para que ningún chiquito quedase sin sus regalos. Es más, si veían una mamá en trabajo de parto, a ella también le entregaban su «paquetito», el que pudo ser armado gracias a la colaboración de las más de 100 familias que forman parte del Movimiento de Schoenstatt en San Juan. En total repartieron 70 ajuares con ropita de bebé, escarpines, mantitas, pañales, chupetes. Además a cada regalo le adosaron algunos eslabones con sentido navideño como ser una estampita y un rosario, más un pan dulce para compartir y festejar por el nacimiento.

El Niño Jesús nació en un establo pobre pero rodeado de amor

«Nosotras quisimos dejarles varios mensajes de Navidad a las mamás y sus bebés partiendo del ejemplo de la Sagrada Familia. Ese es todo un símbolo de unión para estos tiempos. Inclusive a las mamás que tienen a sus chiquitos internados por falta de peso, o por prematuros o por padecer alguna enfermedad les decíamos que no se olvidaran que el Niño Jesús nació en un establo pobre pero rodeado de amor y que sus hijos representan a ese Cristo Doliente. Quisimos compartir con ellas el símbolo de que el dinero no es todo y que lo más importante es que el corazón pueda convertirse en pesebre que de contención y abrigo a ese niño que acaba de nacer. Hay que recordar siempre que cada año nace de nuevo el Niño Jesús y eso nos permite renovar el espíritu y las esperanzas», contaron las mujeres que por primera vez realizaron esta actividad navideña, pese a que su labor se lleva a cabo desde hace años, todos los lunes de 16 a 19, en el hospital. Allí ellas se ocupan de rezar por quien lo necesita, cobijar a los que les piden consuelo y ayudar materialmente a aquellos que no tienen nada”.

-> Voluntariado de María

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