Publicado el 2011-12-27 In Vida en alianza

Una Navidad iluminada por el Rayo de Sol

BRASIL, Hna. M. Nilza. Los ángeles anunciaron el nacimiento del niño Jesús en el 2011! 215 de ellos, de 2 a 4 años, el 15 de diciembre, cantaron la paz divina para sus padres y benefactores, en el Centro de Educación Infantil, Rayo de Sol, Atibaia/SP. Es la presentación de Navidad de la entidad, asistida por las Hermanas de María de Schoenstatt, en el barrio Caetetuba.

 

 

Familias iluminadas por el Rayo de Sol

El Rayo de Sol, coordinado por la Hna. M. Lucilene Mendes, asistida por la Hna. Marione Ginter, todos los días recibe cientos de estos pequeños y los acompaña. Ellos son hijos de familias en situación de vulnerabilidad, porque sus padres trabajan y los pequeños no pueden quedar en peligro.

Maria de Fátima dos Reis Silva es madre de Naue, que hace tres años está en el Rayo de Sol y hoy se despide. La madre afirma que el CEI deja muchas cosas buenas para su familia porque Naue es la tercera que tiene el privilegio de pasar el día allí. Con un aire de nostalgia, María de Fátima dice que siente ahora que sus vínculos con el Rayo de Sol se verán disminuidos, porque ya no tiene hijos allí. «Rayo de Sol fue todo bueno en mi vida porque allí mis hijos han aprendido cosas muy importantes. Creo que aprendieron a respetar a la gente, aprendieron a ser religiosos, a creer en Dios… Es una educación muy buena».

Sabrina y Rodrigo S. da Silva, tomaron fotos de sus hijos y a toda costa trataron de capturar un poco ese momento de alegría y fe. La primera hija ya fue iluminada por el Rayo de Sol y está ahora en una escuela pública, continuando sus estudios, la segunda está en la entidad y Sabrina dice, sonriendo: «¡Ahora, vamos a ver si podemos conseguir lugar para la menor el próximo año!». Hacen hincapié en que sin Rayo de Sol, no podían trabajar y por lo tanto no se puede imaginar lo que sería la familia sin la «guardería». «Los niños aprenden mucho», dicen los padres. «Ellos aprenden a convivir con la gente, a orar. Es muy bonito cuando llegan a casa y, por ejemplo, antes de las comidas nos invitan a orar. También aprenden a ser más autónomos, a vestirse solos. En casa, también les enseñamos, pero la guardería refuerza mucho y ayuda. Ellos hacen bastantes cosas y se cuidan solos, como cepillarse los dientes. ¡Esto es muy bueno para nosotros y para ellos!».

Muchos corazones generosos hacen que el Sol esparza sus rayos

Pero para ser un Rayo de Sol que realmente ilumina muchas vidas, el Centro de Educación cuenta con la ayuda de muchos profesionales voluntarios. Esta presentación de Navidad es el resultado de la dedicación del Maestro Celso Coltro, quien ensayó durante muchas horas con este coro de pequeños ángeles.

El día 15, el resultado es encantador. Los ángeles por todos lados, con las alas y túnicas blancas bien arregladas, cantaban con voz suave canciones Navideñas, invitando a los presentes a celebrar una verdadera Navidad. Al final, la Sagrada Familia llega al pesebre, acompañada por los pastores y los animalitos, y repiten la noche santa, cuando Dios se hizo niño y vino a nosotros.

¿Será que en aquella noche oscura de Belén, los ángeles cantaron más bonito que estos pequeñitos? Es difícil saber. Pero esto es más completo porque tiene angelitos con todos los rostros; algunos sonrientes, otros más serios e incluso algunos con la cara empapada en lágrimas, porque ven a sus padres presentes.

El sol recoge sus rayos… ¡hasta el 2012!

De todos modos, así termina otro año de mucha luz del Sol Divino en ese Centro de Educación. La Hna. M. Lucilene dice gracias a todos los presentes, especialmente a aquellos que ayudan durante todo el año para que el rayo de sol no se apague. Entre ellos, el párroco, el padre Boracini Osvaldo, que amablemente vino con el CIS y ofrece espacio para los eventos más grandes.

Ahora queda poner la casa orden, descansar un poco, y en 2012, estar con el hogar y el corazón abierto para recibir a los niños pequeños que la Madre de Jesús, va a enviar para ser iluminados en el Rayo de Sol.

Fuente: www.maeperegrina.com.br

 

Traducción: Kikito Vazquez, Asunción, Paraguay

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