Publicado el 2011-07-26 In Vida en alianza

Dos ángeles guardianes – más ángeles que guarda

Foto: Federico BaumlROMA, Federico Bauml. Si has estado en el Santuario de Belmonte en el último período puedes haber notado una novedad agradable. Son cinco, son rubios, muy agradables y siempre sonrientes. Hablan poco italiano (pero visiblemente mejoran) y son los nuevos guardianes del santuario. Estarán con nosotros durante los próximos tres años, y esperamos que para mucho más. Conozcámoslos un poco mejor.

 

 

Les presento a Monika y Božetĕch

Comencemos la presentación de la dueña de casa.

Monika es de Brno (ciudad conocida principalmente por ser el sitio de un Gran Premio de motociclismo). Tiene una larga experiencia en el movimiento de Schoenstatt, especialmente en la juventud femenina de quienes era también la jefa. Estudió enfermería y fisioterapia, y también se interesó en pedagogía infantil, con especial énfasis en el disfrute del tiempo libre. Monika cocina muy bien (hablo por experiencia personal) y dedica la mayor parte de su tiempo a correr detrás de tres niños traviesos corriendo por la casa.

Božetĕch ha hecho todos los trabajos posibles, de jardinero a asistente parlamentario pasando por un intento en el mundo del marketing.

Por lo que más nos interesa, Božetĕch estuvo en el seminario, en Munster, para convertirse en Padre de Schoenstatt. Pero el Señor tenía otra misión en mente para él, diferente de la de los sacerdotes, pero no menos exigente. El abandono del seminario por cierto no entorpeció el amor de Božetĕch por la teología, que culminó en una importantísima disertación teológica sobre el tema del matrimonio, especialmente dirigido a las parejas que están casados por menos de diez años, con una comparación entre las diócesis checas y las diócesis austríacas.

Monika y Božetĕch se casaron hace doce años, pronunciaron su «sí» el 14 de agosto de 1999 en el Santuario de Rosole, el único Santuario de Schoenstatt en la República Checa. Están en Roma desde el 17 de febrero de 2011.

…y ahora el resto de la familia

Monika y Božetĕch tienen tres espléndidos hijos.

El mayor es Jakub, y todo el mundo lo llama Kuba. Tiene diez años y el año que viene hará el quinto grado de primaria. Es tímido, habla poco, pero con el balón entre sus pies sabe que hacer y cómo.

Luego viene Anežka (pronunciado Añesca), que tiene ocho años. Es muy rubia y tiene dos hermosos ojos azules, se parece a una muñeca. El próximo año hará el tercer grado de primaria, escribe sobre cualquier hoja de papel de inmediato lo que entiende y ya conoce un montón de palabras en italiano.

Y, finalmente, Ondra, el más pequeño de la casa, tiene tres años, pero hay confusión cuando los dos hermanos se reúnen y tal vez incluso más que eso. Nunca se detiene y nunca se calla, hace discursos larguísimos, independientemente del hecho de que la mayoría de las veces la otra persona no lo entiende. Un verdadero terremoto.

Desde septiembre Yacub, Anežka y Ondra irán a la escuela italiana, mientras que la instrucción checa la proveerá su madre.

Su misión

Monika y Božetĕch no son sin duda simples custodios. Lo suyo es una misión. Con sus vidas, con su ejemplo, hacen un apostolado es indispensable para el crecimiento de nuestro joven movimiento. Viven su vocación en el matrimonio, una vocación diferente a la consagrada, pero no por eso menos importante.

Con sus vidas ofrecen un ejemplo de lo que es la espiritualidad de Schoenstatt, caminando a formar una sola familia, junto con los Padres y las Hermanas de María. En ellos es evidente el deseo de ser cofundadores del Movimiento en Italia.

Y no crean que la decisión de venir a Italia fue una elección fácil para ellos. Cuando los superiores del Instituto de familias les pidieron venir a Italia, Monika y Božetĕch tuvieron que dejarlo todo: una casa recientemente reformada, amigos, trabajo, niños en edad escolar. Pero a pesar de esto respondieron: «Señor, si esta es tu voluntad, estamos dispuestos a ir a Italia».

Atmósfera de familia

Cuando se entra en Belmonte se respira una atmósfera de familia. Monika, Božetĕch y los niños tienen una serenidad innata que transmiten en forma contagiosa a las personas que encuentran.

No obstante las dificultades, se encuentran bien en Roma y están muy contentos del acogimiento que han recibido, de haber encontrado nuevos amigos; dicen «sentirse en casa en un país extranjero». En particular los niños están felices de vivir en ese rincón del paraíso que es Belmonte.

Verlos y estar seguido con ellos es una lección continua de lo que se dice «ser felices con poco» y gozar lo que se tiene. Les doy un ejemplo: ¿Saben qué ha sido para ellos un signo tangible de que la voluntad de Dios los ha traído a Italia? ¡El hecho de que después de su llegada a Roma se inauguró una nueva ruta aérea que en tres horas y media conduce de Roma a Brno, su casa!

¡Para ellos sí es «extraordinario en lo ordinario»!

Traducción: Lorenzo Cintolesi, Santiago, Chile

1 Responses

  1. Angelica Hashimoto dice:

    Que lindo poder ver este apostolado!
    Ser família, eis a nossa missão!
    Rezamos para que esta família continue sua missão com muitas bençãos e graças!

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