Publicado el 2011-04-12 In Vida en alianza

Algo muy fuerte me atrajo

Santuario, Santa MariaBRASIL, Vânia Maria Pontes. Mi vínculo con María, Nuestra Señora de Schoenstatt, comenzó cuando me casé y fui a vivir en Santa María (Rio Grande do Sul). Al pasar por una simple capilla, algo muy fuerte me atrajo. Me dijeron que allí había una escuela de Hermanas. Y yo pensé: «Cuando tenga un hijo quiero que estudie en esta escuela». Y así pasó.

 

 

 

Carolina, a los 2 años, fue al «Girasol». Y ahí conocimos, por primera vez, por nuestra pequeña, que mal sabía pronunciar el nombre del Padre Kentenich. ¡Era lindo escuchar de ella algunas historias y palabras difíciles para nuestro idioma!

El cariño y la dedicación de las Hermanas de Schoenstatt nos encantaron y nos acercaron a la escuela de Dios.

Ella está siempre en un lugar destacado de nuestra casa

Mis padres, siempre presentes en nuestras vidas, después de que fueron a Santa María, adquirieron una linda imagen de Nuestra Señora de Schoenstatt y nos la regalaron. Ella está siempre en un lugar destacado de nuestra casa.

Esos años en el «Girasol» quedaron marcados en nuestras vidas como momentos felices de presencia de Dios y de María, Nuestra Señora de Schoenstatt.

Ahora, más que nunca, percibo que María siempre estuvo muy presente, intercediendo por nosotros al Padre, cargándonos en sus brazos amorosos de Madre. Somos una familia feliz y unida. Nuestra pequeña, ahora, tiene 22 años.

Hoy, viviendo en «Rio das Ostras» en Río de Janeiro, y participando de la Pastoral Familiar de la Parroquia Nuestra Señora de la Concepción, nos gustaría saber de la posibilidad de participar de la Campaña de la Madre y Peregrina de Schoenstatt…

Traducción: Claudio Martínez Felmer, Santiago, Chile

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *