Publicado el 2011-01-27 In Vida en alianza

Quiero ver a mamá

AtibaiaBRASIL, Hna. M. Nilza. «Quiero ver a mamá…». Así la pequeña Ana Clara se queja junto a una mujer joven, mientras que la imagen de la MTA pasa a través. Pregunto a la señora Patricia de Jacareí / SP, si la madre de esta pequeña, de casi dos años, no vino a la peregrinación, y recibo la respuesta alegre: «La madre de Ella soy yo. Ella se queja porque quiere ver el rostro de la Mater que está ahí en andas».

 

 

 

Ana ClaraLa pequeña se intimida, y oculta su rostrito tras el de su madre, que sigue contándome:

Ana Clara tiene un gran amor a la Madre y Reina y «cuando la Virgen Peregrina va a visitarnos a casa, ella queda muy feliz. Pero en los días de llevarla a otra familia, necesito llevarla sin que Ana Clara lo vea. De lo contrario, ¡todo es llanto!».

Juan Pedro, el hermano de Ana Clara confirma lo que la madre dice y dice que a él también le gusta la Mater.

Patricia dice que hoy están felices de estar en la casa de la Madre y Reina, y para resolver el sufrimiento de la niña, llevará un cuadro de la Mater a su hogar.

«Por lo tanto, Ana Clara ya no necesita llorar cada mes, porque cuando la Virgen Peregrina se lleva a otra familia, Ana Clara no se quedará sin ella», completa Patricia, que toma la mano de los niños y acompaña a más de un millar de peregrinos a continuar el programa en la carpa.

Cada peregrino es único

AtibaiaLa mayoría de estos peregrinos es de la ciudad de Jacareí / SP, Sector 7, y aquí hay 17 ómnibus. A pesar de la gran cantidad de peregrinos que llegan al santuario de Atibaia, todos los domingos, cada peregrino es único, el amado hijo de la Madre y Reina, y por lo tanto merece el respeto y el servicio para que tenga un día de gracias, de encuentro con Dios, y vuelva a casa renovado interiormente.

La jornada de hoy comienza una vez más en el Santuario con un saludo hermoso a la Madre y Reina. En la carpa, cada grupo es recibido de un modo muy cordial, participa en una reflexión y recibe la bendición del Santísimo Sacramento en las manos del Padre Genildo Gomes da Silva, párroco de San Benedicto Atibaia/SP.

Continuamos con la misión

Por la tarde, después del rezo del Santo Rosario, may bien realizado, se reza la Santa Misa. El Padre Claudio César Costa, párroco de San Francisco de Asís, Jacareí / SP, viene especialmente para presidir la misma. En su homilía, dice que hoy, Dios sigue haciendo maravillas, como en el Evangelio, sanando a los ciegos, haciendo oír a los sordos, por medio de nosotros. Nuestro trabajo misionero es ayudar a todas las personas a ver y reconocer a Jesús, que escuchen sus palabras y caminen con él. Cuando el Padre Claudio corona a la Peregrina Auxiliar, al final de la celebración, lo hace en nombre de cada uno de los presentes.

Llevar este cielo a casa

Atibaia«¡Fue un día maravilloso!», dice una peregrina en el camino a embarcar y volver a casa.

«¡Si yo pudiera llevaría un pedacito de este cielo a mi casa!», concluye. No sólo ella, pero cada hijo que sale de la casa de la Madre y Reina lleva consigo un pedacito de cielo porque en el momento de la consagración se produce un intercambio de corazones: nuestro corazón está en el corazón de la Madre y Reina, en su Santuario, y su corazón está con nosotros y palpitante de amor por nosotros.

Cada vez es algo nuevo

¡Porque cada vez que venimos a la casa de la Madre y Reina es algo nuevo! Las gracias son nuevas y renovadas, las vivencias son nuevas, y lo más importante, nos volvemos un poco más humanos de nuevo y así el mundo cambia, porque nosotros estamos renovados y transformados. Las peregrinaciones organizadas se reanudan en febrero, pero mientras las puertas están abiertas a todos los que quieran visitar la Madre y Reina, y la Santa Misa continúa.

Fuente: maeperegrina.com.br

 

 

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