Publicado el 2010-12-14 In Vida en alianza

Una familia alegre y pujante

En la ermita en Coronel SuarezARGENTINA, Juan Barbosa. Un cielo celeste como pocas veces puede verse, unido a un verde soñado en los campos circundantes y el refugio de añosos árboles que enmarcaban, junto con las serranías locales, el predio donde se realizó el Encuentro, fue el cobijo para el cierre del año de la Obra de Familias de Coronel Suárez, Buenos Aires, con la asistencia también de la Juventud Femenina. Un total de 25 familias se dieron cita (mascotas incluídas) para despedir un nuevo año de crecimiento y fecundidad.

 

Participantes

Perdidos en la Luna…

Llegaban poco a poco las familias a la cita en el parque de la Sociedad Rural local, con todos sus enseres mientras encontraban un predio totalmente ordenado y preparado, micrófonos incluidos, para disfrutar de una jornada para la cual los matrimonios organizadores venían trabajando desde tiempo atrás.

Comenzó con las presentaciones de rigor e inmediatamente una dinámica fue el disparador para la integración de los matrimonios participantes. Los niños dejaron de correr por los jardines y jugar por todo el predio ya que… ¡Ellos también querían estar «perdidos en la luna» como sus papás en la dinámica! El intercambio de opiniones (y soluciones) fue absolutamente divertido y enriquecedor, ya que los argumentos para tomar tal o cual elemento estaban muy fundamentados y no era fácil, según lo que nos comentan, llegar a un acuerdo. Finalmente se dio lo que es una certeza incontrastable: sólo se llega a la verdad mediante el consenso y el debate. ¡Sólo se crece en comunidad!

Procesionando a la Ermita

La Familia reza en la ErmitaLas familias almorzaron bajo los añosos y muy cuidados pinos del predio, e inmediatamente después un canto fue el disparador para dar comienzo a la procesión hacia la Ermita, distante «a un Rosario» del lugar donde se realizó el Encuentro.

La caminata dio comienzo en un clima de recogimiento y oración mediante el rezo del Santo Rosario en comunidad, mientras cada peregrino llevaba una flor de cartón entregada por la organización. En ella cada uno había escrito un aspecto de su personalidad que quería desterrar y, del otro lado, una virtud que pedía a la Virgen le ayude a conquistar para sí. Un sol primaveral y una suave brisa era la compañía perfecta en la caminata que, al vislumbrar el predio de una hectárea donde se encuentra la Ermita, parecían brillar y acariciar el alma con mayor intensidad.

El ingreso al terreno se realizó con un jubiloso canto movilizador y, una vez allí, la familia en pleno ofreció «su agua a la Virgen» para que Ella les ayude a traer «el vino» de desterrar el defecto y conquistar la virtud que en sus flores habían escrito.

 

Luego de una sentida oración, se realizó un pozo al costado de la imagen y uno a uno, los asistentes dejaban en él sus flores, integrando un verdadero jardín de Capitales de Gracias. Los coordinadores de la Familia, Silvia y Claudio Berraondo, entregaron a los asistentes una estrella de cartulina sobre la cual… no dieron ninguna explicación por el momento…

Actividad central y… ¡El Santuario Original presente!

La teja del Santuario Original y la Imagen de la MTA.Ya de regreso en el predio, un canto fue el llamado a reunirse nuevamente en un ordenado lugar al aire libre y bajo la sombra de los árboles, para continuar con el trabajo, esta vez con la actividad central. Antes de dar comienzo a la misma, Juana y Horacio Durañona, Jefes de la Obra de Familias, comentaron que desde el Santuario Original había peregrinado hacia Coronel Suárez una teja y que ella visitaría, junto con una imagen de Nuestra Señora de Schoenstatt, a cada matrimonio «juntando capitales de gracias para nuestra Secreta Idea Predilecta…». El comentario era uno… ¡Esa teja estuvo en los primeros tiempos de Schoenstatt y ahora viene a los primeros tiempos de Suárez!

Se realizó una presentación de las herramientas pedagógicas del Movimiento de Schoenstatt y, luego de comentar sobre sus dimensiones físicas, su ubicación geográfica y de la cantidad de Santuarios y disposición de los lugares que lo integran, vino «el plato fuerte»: el trabajo en grupos. Esa actividad, estimada en un principio en 10 minutos, se prolongó por más de media hora, ya que «¡No podemos trabajar tanto en tan poco tiempo!», era la voz de «queja» que en realidad encerraba un entrañable deseo que ese tiempo no pasase nunca…

Tres preguntas y muchas respuestas coincidentes

Juventud FemeninaLas preguntas disparadoras fueron tres: Qué significa para mí un grupo de matrimonios de Schoenstatt; de qué modo concreto incrementaremos en nuestra familia la oración en lo que queda de este tiempo de Adviento y qué virtud del P. José Kentenich quiero esforzarme en conquistar para fortalecer mi compromiso con Schoenstatt.

Los cinco grupos elegían un vocero, quien sería el encargado de leer las conclusiones. ¡Todas eran prácticamente coincidentes! «Es que somos una familia que tiene un estilo y lo compartimos plenamente, pero respetando nuestras originalidades», explicaban más tarde como conclusión final.

Llegada de las niñas con «un regalo»

A la finalización, y luego de los agradecimientos de rigor, desde la lejanía podía verse una columna de sonrisas que se aproximaba a paso firme y sostenido. Las niñas traían en sus manos algo de cartón de color verde que no podía determinarse con claridad.

Ya más cerca lo ocultaron con sus espaldas y un pequeño grupo pasó a develar el misterio… ¡Eran árboles navideños realizados por ellas, con la asistencia y guía de algunas integrantes de la Juventud Femenina, en cartulina y en un sobrecito adjunto, decenas de moños para adornarlos! Cada moño sería un ofrecimiento a la Mater en este tiempo de Adviento que se trabajaría en Familia y la estrella que coronaría el arbolito… ¡era la que habían traído, cada matrimonio, desde la Ermita!

El momento menos esperado había llegado: el de la despedida. Nadie quería irse en realidad luego de lo vivido pero una idea era la conclusión final que expuso uno de los matrimonios existentes: «Este clima logrado en Familia, esta presencia viva de la Mater en Suárez y el trabajo que nos llevamos, será la garantía de crecimiento de nuestra tan amada Familia».

La asistencia a la celebración eucarística de la Inmaculada Concepción, marcó el final de un día soñado, porque estuvo lindo y porque se soñó en todos los corazones desde mucho tiempo atrás.

2 Responses

  1. P. Esteban Casquero dice:

    Sin duda la Mater se sigue manifestando en esa tierra de Cnel. Suárez. Gracias al matrimonio Barbosa que se hicieron muchos km para llegar en coche hasta el lugar y compartir un día de Familia! Schoenstatt es justamente eso VÍNCULOS… y que bien que nos hacen los sanos vínculos… el uno en el otro, con el otro y por el otro… es lo propio del amor. Y porque al estar el uno en el otro, con el otro y por el otro, nos asemejamos a la Familia Trinitaria.
    Gracias también a todos los que colaboraron para que se hiciera este día… Ella coronó la jornada con su Inmaculada protección. Que siga irradiándose el carisma de Schoenstatt allí y donde la Mater y nuestro PK nos lleven!
    Un abrazo y mi bendición para toda la Familia

  2. Juana dice:

    GRACIAS AL MATRIMONIO BARBOSA, QUE VIAJÓ DESDE CORDOBA, Y NOS ENRIQUESIO ESTE MOMENTO CON SU PRESENCIA. NOS HICIERON VIVIR COMO FAMILIA DE SCHOENSTATT UNIVERSAL. SOMOS TODOS UNA GRAN FAMILIA, DONDE QUIERA QUE VAYAMOS Y ENCONTREMOS UN SHOENSTATTIANO AHÍ ESTÁ LA FAMILIA PRESENTE.
    NUEVAMENTE MUCHAS GRACIAS!!!!

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