ALEMANIA, Sandra Lezcano. Siempre causa gran alegría poder ir a Gymnich, a la casa del Padre. La palabra Gymnich cada día se asocia más en la mente de muchos schoenstattianos con un ambiente familiar, con el cobijamiento, la alegría y sobre todo con la familia Kentenich. Con motivo del 125° aniversario del natalicio del Padre José Kentenich, la parroquia San Cuniberto, de Gymnich, junto a la «Asociación patrocinadora de la casa natal del Padre José Kentenich» y la familia de Schoenstatt invitaron a concurrir a Gymnich. Y el 22 de noviembre llegaron a este pequeño pueblo cerca de Colonia el Cardenal Joachim Meisner, la prensa y cientos de personas. Allí, el 16 de noviembre de 1885, nació un niño que quizás no fue apreciado primero por ser hijo natural, luego desconocido, controvertido, y hoy más y más venerado en su Gymnich natal y en todo el mundo schoenstattiano.
La internacionalidad de Schoenstatt hecha familia
Por la mañana salió un ómnibus de Schoenstatt rumbo a Gymnich: fue una verdadera excursión familiar. El Padre Peter Noethen, rector de la Casa Provincial de los Padres de Schoenstatt en el Monte Sión, se encargó de dar una cálida bienvenida a todos. Entre los pasajeros había Padres de Schoenstatt, Hermanas de Maria, las chicas que hacen su tiempo de Schoenstatt provenientes de México, de la Argentina, de Uruguay y Paraguay. También estaban los diáconos y Padres que participan del terciado en el Monte Sión, oriundos de la India, Burundi y el Congo, en compañía de los Padres Peter Locher y Andrew Pastore. También iban varios schoenstattianos que viven en las cercanías de Schoenstatt, y quien esto escribe: voluntaria paraguaya en la oficina de prensa.
Durante el viaje ya hubo una linda experiencia: se rezó en común el santo rosario – guiado por el Padre Andrew Pastore – en alemán, inglés, español y francés, intercalando canciones entre cada misterio. Todos tenían impreso el rezo del rosario en los distintos idiomas para poder seguirlo, y de esta manera unirse como familia internacional.
Pero tú, Gymnich, aunque eres pequeña entre las ciudades de Renania
Llegaron a destino, a la casa del Padre Kentenich, desde donde minutos más tarde partiría la procesión.
El arribo del Cardenal Meisner – que había salido un día antes de la reunión de cardenales con motivo del consistorio para estar en Gymnich ese día – fue un momento muy festivo para todos.
Luego de unas palabras de bienvenida al Cardenal por parte del Padre Joseph Pikos, se inició la procesión encabezada por los monaguillos, a quienes les seguían los miembros de la sociedad de tiro de San Cuniberto, los diáconos, los sacerdotes, el Cardenal y todos los feligreses.
Una gran figura de Renania
La Misa fue hermosa, se notó el esmero y el cariño que pusieron todos los que la prepararon. La acompañó un magnífico coro. El cardenal dio una homilía que verdaderamente transmitió energía, optimismo y ánimo a todos los presentes. Parafraseando las palabras bíblica de Miqueas, 5, 8 sobre Belén («Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti saldrá el que ha de ser gobernante en Israel») dijo: «Pero tú, Gymnich, aunque eres pequeña entre las ciudades de Renania, de ti salió el Fundador de Schoenstatt». Continuó diciendo: «En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Dios hace lo más grande con los pequeños, con los humildes: este es el estilo de de Dios», destacó. «Miramos a esta gran figura de Renania, el Fundador de Schoenstatt, para recibir de él orientación en estos tiempos. Como todos los grandes fundadores encontró en María el modelo del ser discípulo de Dios. Mostró al Fiat (el Sí), el Magníficat (la alabanza de la grandeza de Dios), y el «beata quia credidisti» (la fe) de María como tres momentos de la vida de un discípulo de Cristo que también se pueden observar en la vida del Padre Kentenich.
En el momento de la ofrenda, el Cardenal se entusiasmó al recibir una pequeña maqueta del Santuario de Schoenstatt, que le fue obsequiada como recuerdo de su visita a Gymnich… sólo que más tarde se supo que había sido prestada para la Misa. El Padre Noethen habrá tenido que informar del cambio de rumbo al propietario de este pequeño Santuario.
Una tarde de festejos para el Padre Kentenich
Al terminar la Santa Misa toda la concurrencia se dirigió al local de la sociedad de tiro, donde por obra de la Divina Providencia entraron las más de quinientas personas que habían participado en la Eucaristía. Todo estaba preparado: un ambiente de fiesta, un escenario lleno de rosas blancas con la foto del niño José Kentenich junto a la de su madre, Catalina, y a la de la ciudad de Gymnich.
Luego de compartir el almuerzo, la tarde transcurrió entre cantos y alocuciones del párroco del lugar, el Padre Joseph Pikos, del Padre Willi Josef Platz, director del Movimiento de Schoenstatt en la diócesis de Colonia, del Dr. Franz Georg Rips (alcalde de Erftstadt) y del jefe del distrito, Sr. Werner Stump.
Una vinculación aún más fuerte
Ambos ya visitaron Schoenstatt y dieron un testimonio impresionante de su admiración por el Padre Kentenich. «Es uno de los mas excelsos representantes de la Iglesia católica de los tiempos mas nuevos», dijo Franz Georg Rips. El Sr. Werner Stump (jefe de distrito) relató que siendo niño tuvo un contacto con Schoenstatt por medio de sus padres, pero que recién hace dos años conoció más profundamente al Padre Kentenich y su obra, y quedó fascinado con su persona y su espiritualidad moderna. Le impresionó su sinceridad y su resiliencia. Expresó su deseo de una vinculación aún más fuerte entre Gymnich, el Padre Kentenich y Schoenstatt.
La situación de la mujer a fines del siglo XIX
También dio una charla impactante la señora Kläre Schmitz sobre la situación de la mujer, especialmente de la madre soltera a fines del siglo XIX, ilustrando así lo que le tocó vivir a Catalina Kentenich. Se entregó por escrito la traducción al castellano y al inglés para los hablantes de esos idiomas.
Más tarde siguió el informe del Padre Ángel Strada sobre la marcha del proceso de beatificación del Padre Kentenich, indicando todo lo que ya se ha adelantado y también todo lo que aún falta por hacer. A todo esto, cada persona que subía al escenario entregaba una rosa blanca al Padre y Fundador.
Gymnich y Schoenstatt unidos por el Padre y Fundador
Luego hubo un momento cultural ofrecido a los presentes: los niños del jardín de infantes de la ciudad de Gymnich, las familias, los diáconos y Padres del terciado, las chicas del tiempo de Schoenstatt. El Padre Noethen iba dirigiendo el movimiento en el escenario y a los niños les agradecía entregándoles una foto del Padre Kentenich. Al culminar la fiesta, el Padre Heinrich Walter dijo unas palabras de agradecimiento en nombre de toda la Obra de Schoenstatt y junto con todos los sacerdotes presentes dieron la bendición a la concurrencia.
Al salir del recinto se encontraba un pequeño stand preparado por el Secretariado del Padre donde las Hermanas M. Adele y M. Resia, en compañía del Sr. Labe, ofrecían novenas del Padre Kentenich, textos, e invitaban a la gente de Gymnich a conocer el lugar de encuentro con el Padre Kentenich: la Casa que lleva su nombre en el Monte Schoenstatt. Muchas personas mostraron interés en este material.
La casa del Padre, un lugar que cobija a muchos
Al volver al ómnibus para regresar a Schoenstatt hubo oportunidad de saludar un momento al Padre Kentenich en su casa natal. Fue algo mágico ver en la oscuridad de la noche la casa del Padre iluminada. De lejos se apreciaban las siluetas de las personas que estaban adentro. La casa es aparentemente chica, pero entró una gran cantidad de gente a visitarla. Fue el broche perfecto para terminar el día en Gymnich.
Ese hermoso día vivido en la ciudad natal del Padre y Fundador fue una manera especial de recordar el 125º aniversario de su nacimiento, y de vislumbrar todo lo que tuvo que vivir Catalina Kentenich para que su hijo llegara a ser el gran hombre que hoy miles de personas consideran como su Padre.
Conferencia de la Sra. Kläre Schmitz, Gymnich
