BRASIL, JUMAS Londrina/P. Afonso Wosny. Unidos en la Sangre, fue la frase que marcó y condujo el encuentro de la Rama de la Jumas de Londrina los días 16 y 17 de octubre. Esta frase, que originalmente fue grabada en la primera Cruz de la Unidad de la primera generación de sacerdotes de Schoenstatt de América Latina y que fue presentada en el Santuario de Bellavista, expresó la solidaridad de destinos que une a la Rama, en la conquista e la Cruz de la Unidad monumental para el Santuario de Londrina.
El encuentro comenzó con una presentación sobre la vida de cada uno de los grupos -con video y fotos -, buscando reflexionar de esta manera, sobre la «unidad» local. El sábado por la tarde hubo una conferencia con distintas dinámicas que se fueron poniendo en escena. La importancia de los vínculos personales y entre los grupos de vida en Schoenstatt, la importancia de «Ser para el otro» para que el fuego de Cristo sea auténtico.
El ardor de la Misión
En la noche, una Adoración con cantos y momentos de silencio, permitió que cada uno de los jóvenes tuviese un encuentro personal con Cristo y escribiesen una carta asumiendo el compromiso de vivir el Ardor de la Misión de la JUMAS. Después de esta vivencia, no faltaron los guitarreos, juegos y una buena película para relajarse, todo acompañado por palomitas de maíz y chocolate caliente.
El domingo el día comenzó temprano con una oración dirigida por el director espiritual del Encuentro-. Después del café hubo una conferencia en la que se trató de manera general la unidad nacional, o sea la vivencia del ideal de la JUMAS en las diferentes ciudades y regiones. Ésta fue seguida de un debate sobre cómo hacer realidad el ideal de la JUMAS en Londrina. El futbolito, como corresponde, se mantuvo antes de almuerzo.
La piedra fundamental de esta nueva conquista
El domingo por la tarde, después de la presentación de Otavio de Ibiporã sobre la Cruzada 2014, terminó el encuentro con una Misa presidida por el Padre Afonso Wosny, en la que participaron las familias de los jóvenes de la JUMAS. Al final de la Misa se rezó una «Oración de la Cruz», formada con extractos de las cartas que cada uno de los jóvenes había escrito la noche anterior. Se cantó con fuerza el Himno de Franz Reinisch en el lugar donde se levantará la cruz monumental para el santuario. Cada joven colocó una piedra que habían cargado durante todo el encuentro, simbolizando de esta manera la piedra fundamental de esta nueva conquista.
«Fidelidad por fidelidad, Unidos en la Sangre para que el Fuego de Cristo sea verdadero».
