Publicado el 2010-09-07 In Vida en alianza

Necesitamos una multitud de misioneros…

Região BelémBRASIL, Hna. M. Nilza P. da Silva. Sólo faltó un ómnibus para ser 100 los peregrinos que vinieron a pasar el día 22 de agosto con la Madre y Reina en el Santuario en Atibaia / SP. También vinieron en cientos de vehículos más pequeños aproximadamente 6000 peregrinos provenientes de diversos lugares, la mayoría de la región de Belén, de la Arquidiócesis de Sao Paulo.

 

 

 

 

Região Belém

La casa de la Madre, al igual que todos sus espacios en el jardín, está repleta de gente de fe. Todo el mundo quiere mirar sus ojos de madre, en el Santuario, y decirle todo lo que lleva en el corazón. El Sr. Egidio, el marido de Aparecida que coordina la Campaña en la parroquia Adelia Santa, está impresionado con la multitud y el espíritu de fe que vivencia. «Los medios de comunicación deberían mostrar esto de aquí», dice él. Su amigo apoya la afirmación y dice que está feliz de participar en esta peregrinación de fe. Junto con los demás peregrinos ellos se encuentran delante del Santuario, saludando a la Madre de Dios e implorando las gracias de la peregrinación.

La Madre conduce al Hijo

Região BelémAl descender a la carpa, la multitud ya se encuentra con una larga fila de fieles para confesarse. Los Padre Atanasio y Norival, de la región de Belén, están disponibles para esto. La fila no se reduce hasta el final del día, mostrando que esta peregrinación es realmente un día de reconciliación con Dios para centenares de presentes. Después de una reflexión, en el que niños y adultos están en grupos separados para aprovechar mejor, el P. Norival preside la bendición con el Santísimo Sacramento. Así, la Madre conduce al Hijo al final de la mañana.

Una multitud de misioneros

Região BelémEl programa de la tarde comienza con el rezo del rosario. La carpa se va llenando más y más. Todos los asientos están ocupados y esto da una atmósfera de fortaleza en la fe sin igual. La clave es la gratitud a la Madre y Reina por todo lo que de Ella hemos recibido.

En la Santa Misa presidida por el Padre Marcelo, de la parroquia de Cristo Rey, en la región de Belén, con la ayuda de dos sacerdotes presentes, los misioneros que participan del día de formación especial para ellos están presentes. Impacta la entrada de las imágenes peregrinas, pues no termina más la entrada de misioneros felices. El Padre Marcelo, en su homilía, pide a cada uno de los misioneros sus esfuerzos para aumentar aún más el número porque «necesitamos millones de misioneros de la Peregrina», dice. «Necesitamos una multitud de misioneros que lleven a la Virgen Peregrina a los hogares para que el mundo nuevamente crea y sea bendecido por Dios».

En la comunión, 55 ministros presentes ayudan para que cada participante de la celebración tenga su encuentro personal con Jesús en la Eucaristía. Así, el día se ve coronado de bendiciones.

En la corona la entrega del corazón

Região BelémAntes de concluir la celebración, representados por una joven, cada uno entrega una vez más la corona a la Madre y Reina como signo de gratitud, de consagración al servicio de su misión por el Santuario. El Padre Marcelo anima a todos a vivar con alegría a la Madre y Reina. Más aún, dirigidos por él, todos los miembros de una misma familia se abrazan y piden la bendición de la Madre y Reina para su familia, consagrándose a Ella.

Cabe remarcar que, debido a un imprevisto, no había una banda instrumental para las celebraciones del día. Pero esto no es problema, porque en el hogar de la Madre de Dios todos están en casa, así que rápidamente aparecen por todas partes los jóvenes que cantan y tocan en sus parroquias y se forma una nueva banda. La armonía de los cantos revela que, de hecho, donde el amor une, aunque improvisado, todo se vuelve más hermoso.

Al finalizar el día, la alegría a la hora de la despedida y el «hasta el próximo año» revelan que cada uno parte enriquecido con las gracias recibidas y acompañado por la presencia de la Madre y Reina en su vida, porque en el Santuario ella acepta el corazón de cada y lo acompaña con su cuidado maternal. Ella también le dice a cada uno: «¡Hasta pronto! ¡Voy junto a ustedes!».

Fuente: www.maeperegrina.com.br

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Traducción: Kikito Vázquez, Asunción, Paraguay

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