Publicado el 2010-09-19 In Vida en alianza

Misiones: vivir la fe

Misiones in Erlenbach, Deutschland - Fotos: BlumersALEMANIA, Frank Blumers. Muy distendido, con una taza de café en la mano, está sentado en un sofá en la casa de la Juventud católica: Tobías Büdel, de Fulda, es uno de los jefes de las misiones en Alemania; Lisa Ludwig, la otra jefa de las misiones, de la JF, entretanto se une a la conversación. A decir verdad se los ve un poco cansados. En realidad es la hora de la pausa del mediodía, pero no es justamente el momento de descansar. Tobías está «muy satisfecho» con el desarrollo de las segundas misiones en Alemania. «Pues casi todos los misioneros vuelven siempre con una amplia sonrisa al regresar de sus visitas a los hogares». Felicitas Buder, de Munich, agrega: «Es un gran regalo para nosotros; simplemente ¡es tan hermoso que se den tantas buenas conversaciones con las personas que visitamos!». «El último año sólo una vez me invitaron a entrar a una casa, y este año, ¡qué grosso!», dijo Markus Harder.

 

Misioneros im Gemeindegottesdienst

Impresiones de una semana increíble en Erlenbach

Estamos aquí desde hace cinco días. Treinta jóvenes de toda Alemania, tres Hermanas de María, un seminarista de la Argentina, y el P. Thomas Jochheim. Los habitantes de Erlenbach nos recibieron muy cordialmente. Por todas partes nos saludaban carteles amarillos. Siempre hay mucha concurrencia en la oración de la tarde. Sorprendentemente también hay muchos jóvenes, algunas personas de mediana edad, y muchos mayores. No podemos salvarnos ante las tortas que nos traen. Benny, nuestro cocinero, nos cuida muy bien.

El corazón de las misiones

Aussendung im Heiligtum in WürzburgEl corazón de las misiones son las visitas a los hogares, la misión puerta a puerta. Además siempre hay acciones especiales, como las visitas a los hogares de ancianos, a las escuelas, y varios talleres…

El P. Franz Kraft, párroco en Erlenbach, fue quien nos invitó. Pertenece a la Federación de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt y dirige esta parroquia «Cristo, la vid», desde hace un año y medio. Él también está satisfecho: «Después de esta semana seré un pagano, pero la parroquia estará convertida», dice entre risas, «A causa de ustedes no me queda ni tiempo para rezar».

De a dos, puerta a puerta… no, de a tres

Überreichung des misiones-KreuzesLas diversas impresiones surgen enseguida cuando pensamos en las visitas a los hogares. Las conversaciones que se entablan son increíbles. Algunas personas no están a la mañana, pues trabajan. Otros nos reciben con gusto. En una de las primeras puertas que nos abren, aparece una mujer, testigo de Jehová. ¿Qué significa esto? Lamentablemente no tenía tiempo. Luego conversamos con una musulmana sobre el Ramadán (mes de ayuno), el Corán, la Biblia, Dios, y muchos otros temas; antes, en un restaurante: «Sí, una noche de los hombres, ¡qué bueno sería!…».

Siempre los misioneros vamos de a dos, en realidad de a tres: con la Virgen Peregrina.

El territorio de la ciudad se asigna, cada vez, a una familia de misioneros. Muchos de ellos participaron en las misiones que organiza Schoenstatt en América Latina. Aquí es un poco distinto, pero sin embargo es lo mismo. La gente está abierta a nuestro mensaje, algo debe tocar sus corazones. Hay anhelo de Dios, el deseo de poder creer de verdad. Y entonces llegamos nosotros, jóvenes de apenas algo más de veinte años, y les contamos a gente que en parte tiene el triple de edad que nosotros lo que significa la fe en nuestras vidas y por qué estamos allí. Verdaderamente unos chiflados… El Padre Kentenich hablaba de la insignificancia de los instrumentos y de la magnitud de la tarea: es lo que se encuentra aquí.

También la dimensión ecuménica

misionerosNos acompaña la Virgen Peregrina, y por supuesto llevamos los volantes con el programa. Mucha gente se sorprende positivamente, realmente no tiene tiempo, pero entonces sin embargo conversamos una media hora sobre Dios, el mundo, la fe y la falta de fe, el destino y la providencia. El pastor evangélico nos invita a tomar un café. Por supuesto que sabe de las misiones. En la vitrina hay un cartel que anuncia nuestra semana de misión, su parroquia se alegra por la visita. También él se alegra de que estemos allí, nos invita a una reunión del consejo parroquial. Somos una Iglesia misionera, también en la dimensión ecuménica.

Una tarde fue distinta a las otras: se nos cerraron las puertas. Nos desanimamos un poco. Después encontramos de nuevo una amable acogida, una conversación sobre la fe, una familia con grandes sufrimientos, un hombre que no podía creer en la bondad de Dios. Les prometimos rezar por ellos.

Una noche para los hombres

MännerabendUna grata sorpresa a la tarde: la oración vespertina atrae a mucha gente. Una melodía en castellano acompaña la exposición del Santísimo: «Te alabo en verdad». Se invita a todos a llevar sus velas adelante. A continuación una charla delante de la iglesia, miembros de la Juventud Católica pasan brevemente por allí…

Otro día se realizó una noche para los hombres. Es bueno que alguna vez los hombres estén reunidos entre ellos. A la mayoría de las chicas les hubiera gustado participar, pero ¡imposible! El tema fue el futuro de la Iglesia. Entre rosquillas saladas (típicas del sur de Alemania) y cerveza, discutieron vivamente. ¿Por qué no participa más la juventud? ¿Tienen toda la culpa los del ’68? Dialogamos con ellos, podíamos participar cada vez más. Una verdadera tertulia. ¿Continuaría algo en la parroquia? Rezamos aún la oración de la noche en común, con ella terminó el día. El P. Peter Göttke, sacerdote del Instituto, participó esa noche en la reunión. Hasta el viernes fuimos de puerta en puerta, a visitar a la gente en su casa. No sabíamos si tendríamos éxito, pero esa no era la cuestión.

Una idea llegada de América latina

AbendgebetLa idea de las misiones procede de América Latina. Por eso en Alemania se utilizan las palabras «misiones» y «misioneros» en castellano. Un grupo de jóvenes o de familias viaja a un lugar por una semana o diez días. Allí ofrecen distintas acciones, visitan a la gente, conversan con ella sobre la fe, organizan Stas. Misas con la parroquia. En Chile es casi normal tomar una semana de las vacaciones personales para ir a las misiones. Muchos de nosotros lo vivimos en América Latina. Nos preguntamos ¿por qué hasta ahora no lo hicimos en Alemania? ¿Tenemos vergüenza de ser cristianos aquí?

Se rompió el hielo, para nosotros ha sido un gran suceso, y para la gente de Erlenbach, también. Las misiones forman parte del proyecto del futuro de la Iglesia y de Schoenstatt. Formamos una parte del futuro, lo sentimos. La Iglesia camina hacia los hombres, es misionera, dinámica, llena de vida, contagiosa. ¿Qué nos diría el Padre Kentenich? En 1965 habló de la nueva Iglesia en las más nuevas playas del tiempo. Nos sabemos incluidos en su misión. ¿Adónde iremos el año que viene? ¿De nuevo a Erlenbach? ¿O se formarán ya dos grupos? Misiones: para encender de nuevo la fe. Para ser apóstoles de la alegría.

Das ist misiones

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