Publicado el 2010-08-27 In Vida en alianza

Generación Dar, una respuesta, un apostolado

Casa Maria Reina en Mar del PlataARGENTINA, Diego Asili. Tener ganas de hacer muchas veces no son suficientes para lograr algo. Hacen falta ideas, hacen falta herramientas, trabajo y por sobre todas las cosas, la gracia de Dios. Con la Mater presente todo se hace más fácil. La historia de ganas que se hicieron ideas, ideas que se hicieron proyecto y un proyecto que hoy brinda talleres, vínculos y acompañamiento a muchos chicos del barrio Camet de Mar del Plata. La historia de Generación Dar.

 


Transcurría el año 2009 en Mar del Plata y en los jóvenes del santuario de las nuevas playas surgía la necesidad de un apostolado concreto, la misión (Ver Sacrum) por más sorprendente y fructífera que era, no alcanzaba. Tanto la juventud masculina como la femenina sentían la necesidad de brindar algo a la comunidad, pero por sobre todas las cosas la necesidad de llevar a la Mater a más gente, desde la juventud y abarcando todo lo que esta etapa de la vida conlleva.

Surge una idea, nace un proyecto

Taller de computaciónCon esa inquietud optaron por participar de la Jornada Social 2009. Las propuestas abundaban, pero no era simple encontrar una acorde a los tiempos de los jóvenes, en su mayoría universitarios. El padre Pablo Osow, perteneciente a la federación de sacerdotes, dio un testimonio movilizante, y entre todas las actividades que contó que realizaban en su parroquia, una fue respuesta a todas las inquietudes. Ofrecer talleres a chicos de algún barrio. Una idea que quedo un poco en el aire, pero había una idea al fin. Algunos jóvenes del movimiento tomaron la responsabilidad y la idea se transformo en un proyecto concreto. Talleres que puedan servir en un futuro para conseguir trabajo, o ayudarlos a desarrollarse como personas.

Faltaba un detalle no menor, el donde trabajar. Nuevamente apareció la intervención providencial de María, el comedor María Reina había reabierto sus puertas y estaba dando de comer a unos cien chicos, el acercamiento fue mutuo y la idea encanto. El proyecto Generación Dar estaba en camino.

La hora de trabajar

Una vez encontrado el lugar, llegó la hora de empezar a trabajar. Se comenzó por un censo en el barrio, con idea de presentarse y algo más. El censo iba acompañado de una encuesta: ¿En cuales de estos talleres te gustaría participar? De entre una gran lista de opciones de actividades se eligieron tres: guitarra, computación y danzas.

De la misma juventud se fueron ofreciendo voluntarios para dar los talleres y los que no se llegaban a cubrir, providencialmente llegaban desde afuera, al igual que donaciones de computadoras, los insumos necesarios para los talleres o hasta la merienda que las mismas madres que se encargan del comedor se ofrecieron a dar.

Frutos inesperados

Día del NiñoNo sólo se lograba enseñar cosas a los chicos de uno de los barrios más humildes de Mar del Plata, sino que de a poco estos chicos empezaron a respetar el espacio, respetar a «los profes» como ellos los llaman, a adquirir valores, bendecir la mesa. Se refuerzan día a día los vínculos entre las madres que ayudan en el comedor y los voluntarios. Era demasiado, pero los regalos del cielo no concluyeron en eso. La felicidad de estos niños provoca mucha más felicidad a los que intentan dar que a los que en primera instancia la reciben. Poco a poco los voluntarios fueron creciendo en número y en compromiso, las ramas fueron aumentando sus miembros; amigos que se sumaban a Generación Dar se interesaban por Schoenstatt, por la Mater y a su vez estos fueron acercando a más gente.

Seguir creciendo, la apuesta presente y futura

Actualmente funcionan además de los talleres mencionados, talleres de cocina y de títeres y se les hace un acompañamiento escolar, participan unos veinte voluntarios estables y otros diez se van alternando según su disponibilidad. Asisten unos sesenta chicos del barrio, número que va creciendo de a poco, y número que en el festejo del día del niño supero los ciento cincuenta. Quizá no sea mucho, pero el objetivo planteado se esta logrando, la juventud de Mar del Plata encontró un apostolado para trabajar. Con las herramientas necesarias se transformo una idea en un proyecto, y de a poco irá y esta dando cada vez más frutos. La participación de este año en la jornada social es una cita obligada.

2 Responses

  1. Alejandro dice:

    Conozco la obra y es exelente, sigan adelante chicos…

  2. Nelly dice:

    Estoy de acuerdo con Diego, en todo emprendimiento es necesario no solo tener ganas de trabajar, se necesita alguien que tenga ideas, tomar la iniciativa, reunir a gente con voluntad de trabajo y poner en práctica esas ideas, al comienzo cuestará mucho, pero al tiempo se notarán los resultados. Felicito la iniciativa de la Casa de María Reina y ojalá sea ejemplo para otros barrios. Felicitaciones, un abrazo Nelly

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