ARGENTINA, Griselda Cajide. «Hoy, 8 de junio, ha sido un día muy especial para la Familia de Schoenstatt en el Chaco, en el norte de la Argentina. Hemos vivido como Familia un emotivo y providencial momento». Así predicaba el P. Adolfo, rector del seminario diocesano, en la Santa Misa matutina, en la que ocho seminaristas fueron enviados como misioneros de la Mater, se lanzaron a la gran misión por el noreste argentino.
En el Chaco la Mater y el Padre Kentenich se están manifestando en forma muy fecunda:
El 8 de mayo se realizó el envío de un seminarista en Itatí, Corrientes, este 8 de junio pasado, como dice más arriba, fueron ocho los seminaristas enviados. Y el 8 de julio se cumplen cien años de la ordenación sacerdotal de nuestro querido Padre José Kentenich. ¡Todo es muy providencial!
Providencial, porque estos jóvenes están justo en la etapa de discernimiento, y quién mejor que María les puede enseñar a escuchar la voz de Dios, lo que Jesús les pide que hagan. Realmente, sentíamos arder nuestro corazón, unidos a los corazones de todos.
Providencialmente, decidieron hacerlo como misioneros de la Virgen peregrina de Schoenstatt.
Veníamos pidiendo por el envío de misioneros en el interior de la provincia, pero no nos imaginamos que lo iban a ser nada menos que futuros sacerdotes.
Otro hecho importante: justo al mes de haber recibido la imagen un seminarista en Itatí, en el año del centenario del sacerdocio del Padre Kentenich y en el año sacerdotal proclamado por el Papa, se realizó este maravilloso envío.
No se imaginan qué alegría inmensa sentimos cuando todos rezaban la oración del misionero, y más aún cuando levantaron en alto las imágenes peregrinas.
Creo que nada es casualidad: todo es un regalo que la Mater hace a nuestra Familia en el Chaco.
