Publicado el 2010-06-05 In Vida en alianza

Sí, Madre, llevamos contigo la misión de tu Hijo

La Campaña del Rosario en Paraguay cumple 25 añosPARAGUAY, Katia Monreale. Con inmensa alegría se festejaron en la Familia de Schoenstatt los 25 años de la llegada de la primera imagen de la Virgen Peregrina al Paraguay. Fue el 31 de mayo de 1985, y comenzó así la Campaña, con el anhelo de emular la convicción profunda de aquel hombre que fue esposo, padre de siete hijos, el ahora Siervo de Dios Don João Luiz Pozzobon. Él supo asumir con fe y celo apostólico la consigna del Padre y Fundador y se entregó por entero a llevar a la Madre de Dios a todos los lugares donde le era posible, para fortalecer la convicción de ser hijos predilectos de Dios Padre, llamados a vivir en Alianza de Amor, acentuando la misión del apostolado mariano.


Saludando a la AuxiliarEste año representa, para todos los que forman parte de esta gran obra misionera y de evangelización en el Paraguay, un tiempo de gracias que quieren celebrar con la alegría del misionero que ha recibido el llamado de llevar a los demás lo más bello: anunciar a Cristo, el Hijo de Dios y de María, como la verdad que no envejece, que es siempre actual, que responde a las necesidades más hondas del corazón del hombre. Cada misionero lleva en sus brazos la imagen de la Virgen Peregrina. Esto es en sí una respuesta al gran impulso misionero de la Iglesia: «la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión», por eso afirman: «Sí, Madre, llevamos contigo la misión de tu Hijo».

La semilla que al viento el Señor esparció…

El hijo de Don Joao con la AuxiliarEl 31 de mayo se celebraron también los 51 años del Movimiento de Schoenstatt en el Paraguay, y sin duda todos vibraron con la canción de los primeros: «la semilla que al viento el Señor esparció, germinó y produjo abundantes frutos». Y como símbolo muy actual de este ser semilla, justamente después de estos días de fiesta el Padre Eterno recibió en sus manos y en su corazón la vida de uno de los pioneros de la segunda fundación de Schoenstatt en el Paraguay, que trabajó incansablemente en la búsqueda de un lugar para el Santuario: Claudio Batella, del grupo Sagrada Familia, de la Obra Familiar.

Finalmente María – Ella misma Morada de Dios = Tupãrenda, en guaraní – eligió el lugar para establecerse y desde allí transformar los corazones de todos los que acudan a Ella.

Entrada de la AuxiliarHoy la Familia de Schoenstatt paraguaya está agradecida por esa elección, por todos los dones recibidos en estos 51 años de historia santa, y por tantas vidas ofrecidas por la misión de ser Nación de Dios-Corazón de América.

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