NIGERIA, P. Alfred Kistler. La Familia de Schoenstatt de Nigeria, reunida en el Santuario de Ibadan, concluyó el mes de María con una ceremonia que duró tres horas. Y también valió el dicho: las lluvias de mayo atraen bendiciones, ¡evidentemente muchas bendiciones!
Después de rezar el rosario procesionalmente, con abundantes cantos y danzas en honor a María y de una entusiasta homilía del P. Chigozie Odibo, se expuso el Santísimo Sacramento, finalizando con la bendición eucarística.
Exactamente hasta ese momento se veían avanzar nubes amenazantes sobre el Santuario y sobre la concurrencia que cantaba y danzaba, la que sin embargo permanecía allí inmutable. Como si el cielo esperara solamente el último Amén, se abrieron las nubes y comenzó a llover a cántaros. ¡Un signo de bendición!
Pero los jóvenes no se desanimaron, sino que comenzaron realmente a bailar con alegría, acompañados con fuerza por la música de los teclados y saxofones, mientras tenían como telón de fondo el humo que ascendía al cielo desde las esquelas con los aportes al Capital de Gracias que estaban ardiendo.
Las lluvias de mayo atraen bendiciones ¡también en Nigeria!
Traducción: aat, Argentina
